Amenaza a la soberanía: ONU muestra sus verdaderas intenciones en Guatemala
Donald Trump declaró en su campaña que, “la Organización de las Naciones Unidas no es amiga de la democracia ni lo es de la libertad”. Su discurso del martes ante […]
Donald Trump declaró en su campaña que, “la Organización de las Naciones Unidas no es amiga de la democracia ni lo es de la libertad”. Su discurso del martes ante […]
La CICIG es un arma política y Jimmy Morales se interpuso en su camino.
Los cambios constitucionales ilegales aumentarían el poder judicial izquierdista
El próximo embajador tendrá que evaluar los daños y romper vínculos con los colectivos violentos
Jorge Colindres influye en la opinión pública para prevenir la opresión
Es necesario remover personal y aplicar los cambios de Cuba a Guatemala
Trump puede acabar con el demonio y facilitar el desarrollo económico
En búsqueda de su independencia económica entre el activismo y el emprendimiento
Entrevista: Ray Luna Rodríguez busca unidad y valores liberales
Una variedad de analistas estadounidenses, incluyendo militares retirados y oficiales de inteligencia, se han preguntado lo mismo. Ellos afirman que la estrategia del presidente Barack Obama en Guatemala —llevada a cabo por dos secretarios de Estado y por la mismísima Primera Dama— constituyen un crimen de traición.
Por si acaso usted no lo sabía, Guatemala pasó por grandes aprietos en 2015. Sus líderes fueron destituidos y encarcelados bajo acusaciones de corrupción. Y como vieron claramente la Organización de Estados Americanos y otros entes, la decapitación, literalmente hablando, de la sociedad fue parte de un intento de suspender las elecciones en ese país.
El próximo 11 de enero, a menos de tres semanas de haber celebrado el nacimiento de Cristo, el más famoso de la historia, el Gobierno de Guatemala tomará la dirección opuesta. Bajo la presión del Gobierno de Barack Obama, el expresidente Efraín Ríos Montt será enjuiciado nuevamente, y así se intentará responsabilizar al país por los infortunios de un genocidio que nunca existió.
Toda la corrupción, como hubiese escrito Julio César, está dividida en tres partes. La primera es la propia corrupción, mientras que las otras dos son las posibles formas de repararla.
A finales de noviembre, un curioso informe fue publicado en un periódico guatemalteco. El embajador estadounidense Todd Robinson anunciaba que pediría un mayor compromiso del presidente electo, Jimmy Morales.
La mafia política de Guatemala, a la cual llamamos “La Mancha”, está una vez más intentando sofocar al nuevo Gobierno, incluso antes de que este asuma el poder. El pasado 17 de noviembre la nueva ministra de Gobernación, Eunice Mendizábal, designó al capitán retirado Óscar Platero como subdirector de la Dirección General de Inteligencia Civil (Digici).
Las elecciones presidenciales en Guatemala ya terminaron. Y las maniobras postelectorales han comenzado con vigor.
Desde su celda en la prisión, el expresidente de Guatemala Otto Pérez Molina ha jugado la carta de llorón al decirle a la cadena Russia Today —un extraño aliado, por cierto— que el responsable de su caída no era otro que Estados Unidos, y sus viejos trucos; y que influyó en su caza a través de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) de las Naciones Unidas, una valiosa compañera para la corrupción oficial.
En la primera ronda de elecciones presidenciales del pasado 6 de septiembre, Guatemala evitó, por poco, un golpe de Estado que las pudo haber suspendido, y que las hubiesen mantenido suspendidas por un largo tiempo. Con una segunda vuelta prevista para el 25 de octubre, el país ha retrocedido ahora a la relativa comodidad de ser un paraíso para la corrupción, como lo ha sido a lo largo de su historia.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala concluyó, y la sorpresiva ganadora es… la propia Guatemala. La competencia entre los variados candidatos había sido en gran medida ensombrecida por la imposición de cargos criminales, apenas unos días antes de los comicios, contra el presidente y la vicepresidenta, una situación que llevó al país al borde de un golpe de Estado.
El Congreso de Guatemala votó anoche para retirar la inmunidad judicial al presidente Otto Pérez Molina, acusado de estar implicado en una red de sobornos. Su ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, ya está en la cárcel, donde se encuentra a la espera de un juicio por cargos similares.