Cómo los migrantes atraviesan la tierra de nadie entre Colombia y Panamá

Traficantes de personas ofrecen cruces riesgosos en el Tapón del Darién

No solo la naturaleza hace al Darién un territorio impenetrable; sino también los grupos criminales. (Sebastián Díaz)

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Hallazgos clave:

  • La frontera colombo-panameña, donde se ubica la selva del Darién, es una zona anárquica dominada por organizaciones criminales. Ya que se ha vuelto poblada por migrantes cruzando del sur al norte del continente, los traficantes de personas han hecho un negocio de guiar a migrantes a través de ríos correntosos y montañas empinadas por alrededor de tres días.
  • Los migrantes que caminan por el Darién se enfrentan a los riesgos de ser robados, secuestrados, violados y/o estafados. Los traficantes ofrecen una variedad de rutas con precios variados, dependiendo del riesgo que estas implican.
  • Los migrantes usan WhatsApp principalmente para comunicarse e informarse con otros que hacen la travesía hacia Estados Unidos. Sin embargo, los grupos de WhatsApp también son una fuente de desinformación sobre normas de migración y la plataforma principal para que los traficantes ofrezcan sus servicios de guía en el Tapón del Darién.

Contexto

El Tapón del Darién es el único territorio donde la carretera Panamericana, que conecta a Alaska, Estados Unidos, con Tierra del Fuego, Argentina, está incompleta. Ubicado en la frontera entre Colombia y Panamá, el Darién es una selva que está compuesta por ríos correntosos, pantanos y montañas empinadas. Alrededor de 13.000 personas de diferentes comunidades indígenas, incluyendo los guna, emberá y wounaan, están asentadas a lo largo del Darién.

No solo la naturaleza lo hace un territorio impenetrable; sino también los grupos criminales. El Clan del Golfo, uno de los grupos criminales más importantes de Colombia, domina la zona. También conocido como el “infierno verde”, el Darién es uno de los pasos más concurridos para migrantes yendo de Sur a Norteamérica.

En 2023, el número de migrantes ilegales cruzando el Tapón del Darién ha incrementado exponencialmente. Entre enero y febrero de 2021, los funcionarios de migración panameña identificaron a alrededor de 4.000 migrantes ilegales cruzando el Tapón del Darién. En los mismos meses de 2023, la cifra llegó a los 49.291.

Aunque la mayoría de migrantes ilegales que cruzan el Tapón del Darién vienen de Sudamérica, africanos y asiáticos componen 4 y 10% de los migrantes registrados a inicios de 2023, respectivamente. De hecho, en el primer cuarto de 2023, los migrantes chinos se han vuelto el cuarto grupo más grande que cruza por el Darién. Solo haitianos, ecuatorianos y venezolanos son los que tienen un porcentaje mayor a los chinos que cruzan por este territorio hostil.

Esta investigación busca explicar cómo los migrantes cruzan el Tapón del Darién y los riesgos a los que se enfrentan en su camino a Estados Unidos. El Impunity Observer conversó con un traficante de personas, o “guías” como los coyotes se llaman a sí mismos, y varios migrantes a través de redes sociales. Los entrevistados pidieron permanecer anónimos por temor a ser identificados y enfrentar a represalias.

Llegando al Tapón del Darién

Para conocer más sobre las rutas y precios que toman los migrantes, un investigador del Impunity Observer pretendió ser un migrante en busca de un coyote. El traficante ofreció varias rutas con precios diferentes de acuerdo a los riesgos que representan.

Las rutas más peligrosas son las más baratas, actualmente van desde los $320 por adulto. Las rutas más caras, que pueden costar hasta $1.200, son las menos peligrosas.

Las tarifas para niños de dos a ocho años están entre $70 y $150. Para niños entre nueve y 12 años, las tarifas van desde $120 hasta $200. Aquellos mayores de 12 años deben pagar la misma tarifa que los adultos.

El punto de partida para la mayoría de las rutas es la ciudad de Necoclí, que está a ocho horas en bus de Medellín, la segunda ciudad más poblada de Colombia. Otras rutas empiezan en Arboletes, el pueblo más al norte de Antioquia, Colombia.

El viaje en bus de Medellín a Necoclí cuesta alrededor de $20 por persona y los buses operan desde las 5 a.m. hasta las 11:50 p.m. El guía recoge a los migrantes en la parada del bus e inmediatamente les cobra la tarifa por cruzar el Tapón del Darién.

Los migrantes comen y duermen una noche en Necoclí —ambos incluidos en la tarifa—. Descansados y alimentados, los migrantes se reúnen con los coyotes en el puerto de Necoclí en la mañana siguiente.

En un viaje en lancha de 90 minutos, los guías llevan a los migrantes desde Necoclí hasta Acandí o Capurganá —las ciudades más cercanas a la frontera con Panamá y al Tapón del Darién—.

Los traficantes recomiendan que cada migrante viaje con: (1) botas de montaña, (2) linterna, (3) suero oral, (4) ropa cómoda para caminar, (5) panela, (6) pastillas purificadoras de agua y (7) al menos una botella de agua de cinco litros. Cada familia o grupo también debe llevar: (1) una carpa, (2) una hornilla portátil y (3) un botiquín de emergencias.

Múltiples rutas para cruzar

Las rutas más baratas para cruzar el Tapón del Darién pueden ser “el viaje más difícil que uno puede experimentar en la vida”, como dijo una migrante en el grupo de WhatsApp al que tuvimos acceso.

Según la experiencia de migrantes y guías contactados por el Impunity Observer, la duración de las rutas dependen de la velocidad y la resistencia física de las personas. Los guías comúnmente continúan con el grupo y abandonan a los más lentos en la selva.

Las siguientes son las rutas para cruzar el Tapón del Darién que el guía ofreció al investigador del Impunity Observer:

Ruta de Acandí ($320): Esta toma alrededor de dos días y medio e incluye el cruce por ríos correntosos y montañas empinadas. Al llegar a Acandí y antes de cruzar el Tapón, los migrantes comen algo ligero. Luego el guía brinda transporte —ya sean motocicletas o caballos— para llegar al campamento llamado Las Tecas, donde los migrantes ya empiezan a cruzar la frontera. Un nuevo guía los ayuda a cruzar hasta llegar a Tres Bocas, en la provincia de Darién en Panamá.

Ruta de Capurganá ($320): Al llegar a Capurganá, los guías ofrecen una comida y luego se empieza el recorrido. El guía explicó al Impunity Observer que esta ruta es diferente a la vieja de Capurganá, donde los migrantes debían caminar de cinco a seis días en la selva. En esta ruta, los migrantes deberán caminar por alrededor de dos días y medio hasta salir de la selva.

Similar a la ruta de Acandí, los migrantes deben llegar a Las Tecas, pero lo deben hacer caminando. Los guías acompañan a los migrantes hasta antes de llegar a Panamá, donde deben seguir el camino solos. La diferencia entre esta y la ruta de Acandí es que los migrantes siguen a distintos guías en las diferentes porciones de la ruta.

Ruta de Carreto ($450): El guía describe a la ruta de Carreto como “excelente”. Según él, han habido cero casos de violación y robo en esta ruta, en comparación con las anteriores, donde se han reportado múltiples casos.

Al llegar a Carreto, los migrantes descansan y comen para recuperar energía. Luego, similar a las otras rutas, los migrantes deben caminar alrededor de dos días y medio hasta salir de la selva. En esta ruta, sin embargo, hay menos ríos correntosos y montañas empinadas, lo que requiere menor esfuerzo físico.

Ruta de Caledonia ($1200): Los migrantes que pasan esta ruta, “casi que no deben caminar”, asegura el guía. Para esta ruta, los migrantes deben ir a Capurganá, donde tomarán un bote para llegar a la Bahía de Caledonia, Panamá.

Una vez en Caledonia, el guía brindará transporte —carro o caballo— para evitar gran parte de la selva. Acá, los migrantes tienen cero interacciones con ríos correntosos o montañas.

Además de las comidas y los vehículos, los precios incluyen un recargo por extorsión que cobran las comunidades o pandillas que dominan los territorios. Usualmente, estos grupos permiten que los migrantes pasen de forma segura. Sin embargo, en ocasiones piden más dinero y atacan a los migrantes.

Al salir del Tapón, los migrantes usualmente encuentran las estaciones de recepción de migrantes (ERM). Con el apoyo de organizaciones multinacionales como Naciones Unidas y su Organización Internacional de la Migración, el Gobierno panameño estableció tres ERM cercanos al Darién en 2020.

Con personal compuesto por funcionarios panameños y miembros de organizaciones especializadas en migración y Naciones Unidas, los ERM brindan información, tratamiento médico, espacios para dormir y comida. Los ERM tienen capacidad para albergar a unos 500 a 700 migrantes a la semana.

Peligros usuales

  • Extorsión y secuestro

Debido a la presencia de grupos criminales en la frontera entre Colombia y Panamá, los migrantes se enfrentan constantemente a escenarios peligrosos, incluso mortales.

En el lado colombiano, el Clan del Golfo domina el territorio, incluyendo el tráfico de personas, según la Fundación Ideas para la Paz de Colombia. Debido al monopolio relativo del grupo criminal, la violencia y las tasas de asesinato son relativamente bajas. Aún así, el Clan del Golfo ha sido acusado de cometer actos de extorsión, secuestro y tortura a través del Darién.

En el lado panameño, en contraste, la anarquía y la violencia reinan. Un amplio número de pandillas emboscan a migrantes a lo largo del camino y los atacan.

  • Ataques y violaciones

Los migrantes cruzando el Darién son usualmente objetivos para ladrones locales, secuestradores y violadores.

En septiembre de 2022, por ejemplo, un ladrón atacó a una familia en Tres Bocas, Panamá. Durante el ataque, el ladrón disparó a un niño de seis años en la cara, matándolo instantáneamente.

Un reporte de Naciones Unidas reveló que más de 300 mujeres fueron violadas al intentar cruzar la selva en 2021. Asimismo, otro reporte de Naciones Unidas de febrero de 2023, indicó que el personal de los ERM habrían pedido favores sexuales a migrantes a cambio de ayuda o dinero, lo que necesitaban para seguir con su travesía.

  • Minas bajo tierra

El 22 de marzo, funcionarios colombianos declararon que habían encontrado minas bajo tierra cerca de las rutas que cruzan los migrantes en el Darién. La declaración, sin embargo, no brinda mayor información. Funcionarios colombianos temen la existencia de más minas cerca a los caminos de Acandí, que significarían un riesgo mortal para miles de migrantes.

  • Estafas

Ya que es una operación ilegal, los migrantes se enfrentan al riesgo de ser estafados por guías, que los abandonan en el medio de la selva incluso antes de llegar a Panamá. Aunque no hay información confiable sobre migrantes siendo estafados, estas son historias comunes en medios locales y regionales.

Redes sociales: Herramienta para migrantes y traficantes de personas

Las redes sociales, especialmente WhatsApp y TikTok, son canales de información para los migrantes. Estas plataformas también son herramientas para los coyotes, que llaman la atención de los migrantes y promocionan los beneficios de escoger sus servicios.

Las personas interesadas en migrar a Estados Unidos a través del Darién frecuentemente se unían al grupo al que el Impunity Observer tenía acceso. Algunos de los miembros del grupo estaban ya en Estados Unidos y otros cruzando fronteras centroamericanas. Este grupo tiene más de 830 miembros de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

En el grupo de WhatsApp, los migrantes comparten información sobre sus viajes, dando información a aquellos que todavía están considerando viajar. De igual forma, el guía se mantiene en contacto con los migrantes que están prontos a cruzar el Tapón. Los migrantes usualmente preguntan si hay alguien saliendo de ciudades cercanas a ellos para hacer juntos la travesía.

Sin embargo, este grupo y otros similares pueden también ser peligrosos. Muy pocas personas se conocen entre sí, por lo que no saben a quién realmente están hablando. Dándose cuenta de esta situación, una migrante exclamó: “Por favor dejen de compartir información personal porque puede llevar a su ubicación exacta”. Algunas personas también comparten desinformación sobre reglas de migración en otras fronteras como la de México con Estados Unidos.

Con más de 7.200 seguidores en TikTok, el guía que habló con el Impunity Observer ofrece sus servicios en esta plataforma. En sus videos, que reciben entre 50.000 y 330.000 vistas cada uno, él muestra testimonios positivos de clientes previos. También comparte mensajes alegres como “la gente está feliz” o “estos son verdaderos guerreros”.

El guía usa TikTok y WhatsApp para persuadir a migrantes que escojan sus servicios. En el grupo de WhatsApp que maneja el guía, él motiva a los migrantes para que visiten su cuenta de TikTok, donde hay experiencias previas de grupos. Similarmente, él motiva a sus visitantes en TikTok para que se unan al grupo de WhatsApp.

La travesía

A pesar de la escasa información confiable disponible sobre el Tapón del Darién, lo que hay disponible apunta a un crecimiento en número de personas que lo cruzan. Irónicamente, un cartel mortal —como el Clan del Golfo— parece ser lo único estable, al menos en el lado colombiano, ya que no tiene un competidor con quien disputar su dominio.

Está región anárquica es territorio fértil para todo tipo de criminales. Las redes sociales parecen haber ayudado y causado perjuicio a potenciales migrantes: dándoles información, pero también conectándoles con actores negativos e impulsando este viaje.

Muchos residentes del tercer mundo como Venezuela o Haití no ven ningún futuro dentro de sus países. Mientras haya muchas más oportunidades económicas en Estados Unidos, su desesperación los llevará a escapar y tomar grandes riesgos. En otras palabras, los problemas que hay en esta zona son problemas también para Estados Unidos y los países en medio. La migración es solo un síntoma de Estados fallidos y la tecnología está abriéndonos los ojos ante su prevalencia.

Mauro Echeverría

Mauro Echeverría is Econ Americas’ deputy editor. He holds a BA in international relations with minors in political science and anthropology from the San Francisco University of Quito. Mauro leads the research on local economic development at the Ecuadorian think tank Libre Razón.

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