Hallazgos clave:
- Además de países del tercer mundo, algunas naciones desarrolladas y negocios privados han contratado por seis décadas a médicos, atletas y marineros cubanos. Estos ciudadanos cubanos reciben entre 10 y 25% de lo que los países y compañías pagan por ellos. El régimen comunista recibe el resto al vender la mano de obra mediante compañías estatales.
- Mientras los trabajadores cubanos están en el exterior, los jefes de las misiones y trabajadores locales se aprovechan y abusan de ellos más allá de los impuestos confiscatorios. Debido a que los trabajadores no pueden renunciar o escoger entre empleadores que compiten, los trabajadores son usualmente sujetos a acoso sexual, restricciones de mobilidad y expresión y violaciones a la privacidad. Los trabajadores también tienen que vivir en condiciones peligrosas, incluyendo violencia de pandillas y escasas medicinas y comida.
- Con un ingreso anual de $8.500 millones, estas misiones internacionales son la mayor fuente de dinero del régimen. Esto es más que los ingresos por remesas y turismo, que generan $4.000 y $2.900 millones, respectivamente.
Contexto
El 2 de enero de 2024, se venció el plazo de 60 días para Cuba, España, Italia y Catar pudieran responder a una carta de la ONU de noviembre de 2023. Esta los acusaba de participar en la violación de los derechos de trabajadores cubanos en el exterior. El régimen ha estado exportando médicos, atletas y marineros en las llamadas misiones internacionales por seis décadas.
Según la carta, las misiones internacionales cubanas —especialmente en el ámbito médico— “son la mayor fuente de ingresos del régimen”. Un reporte de 2022 de Prisoners Defenders sostiene que las misiones internacionales generan un ingreso anual de $8.500 millones. Para comparar, las remesas y el turismo generan $4.000 y $2.900 millones, respectivamente.
El plan de desarrollo del Partido Comunista de Cuba para el periodo 2021-2026 establece que el régimen “continuará el desarrollo de los servicios médicos”, que incluyen a las misiones internacionales. El régimen disfraza a las misiones como altruistas o caridad, pero aún así recibe un ingreso y viola los derechos de sus trabajadores a vista de todos. El plan tiene la osadía de decir que “las misiones muestran la solidaridad y humanismo de Cuba a pesar de tener recursos limitados”.
Esta investigación explica cómo países desarrollados —además de países del tercer mundo— sostienen la esclavitud moderna del régimen comunista. Con múltiples testimonios de primera mano, compartimos las condiciones y abusos que los cubanos han experimentado en las misiones.
Para esto, el Impunity Observer entrevistó a:
- Javier Larrondo, fundador y presidente de Prisoners Defenders, una oenegé española que monitorea los derechos civiles alrededor del mundo;
- Arisleydi López, una médica cubana ahora en Colombia;
- Otros tres médicos cubanos que han participado en cinco misiones diferentes.
Los últimos tres solicitaron mantenerse en el anonimato debido al temor de sufrir represalias en su contra o de sus familias que siguen en Cuba. Revivir memorias dolorosas hizo que ser un testigo fuese un servicio desafiante para ayudar a quienes todavía la sufren.
Esclavitud moderna
El Cambridge Dictionary define la esclavitud moderna como “la condición de ser forzado mediante amenazas o violencia para trabajar por poco o nada de dinero y no tener el poder de controlar el trabajo que hace o dónde lo hace”. La esclavitud moderna incluye el matrimonio obligado, labor forzosa y participación forzosa en crímenes.
Larrondo explica que la esclavitud sucede cuando una persona, Estado o institución puede usar a un individuo para beneficio personal o comercial sin el consentimiento de la persona. Añade que la esclavitud ha evolucionado en su apariencia y ya no necesita tener a una persona bajo cadenas como sucedía hace siglos.
En 2021, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que 50 millones de personas estaban inmersos en esclavitud moderna, Según la OIT, “el número de personas en esclavitud moderna ha aumentado significativamente en los últimos cinco años”. La organización registró un aumento de 10 millones de esclavos modernos entre 2016 y 2021.
La fachada
El régimen castrista, dirigido durante décadas por el difunto Fidel Castro, envía una variedad de trabajadores bajo contrato al exterior. Estos incluyen misiones médicas y de marineros e incluso fichajes estrella en el caso de atletas famosos. Larrondo le contó al Impunity Observer que el régimen cubano tiene más de 100 compañías que manejan trabajadores para las misiones internacionales.
En 60 años, Cuba ha exportado más de 400.000 médicos a más de 160 países. Aunque la mayoría de receptores son países en vías de desarrollo en África y Latinoamérica, países desarrollados como Italia y Portugal también han pagado por estas misiones médicas.
La compañía estatal Selecmar, que tiene alrededor de 7.000 trabajadores a su disposición, exporta marineros cubanos. Selecmar ofrece sus marineros a compañías internacionales de renombre en países desarrollados, como Canadá y España. El régimen presiona a las compañías de cruceros para que contraten trabajadores de Selecmar y a cambio les dejan hacer paradas turísticas en Cuba: “Si los cruceros desean hacer paradas en Cuba, la compañía debe contratar al menos 25% de marineros de Selecmar”, añade Larrondo.
Los negocios privados, como navieras, también pueden ahorrar dinero al contratar marineros cubanos ya que cuestan significativamente menos que aquellos trabajadores de países desarrollados.
El Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación de Cuba (INDER) maneja los contratos de atletas que compiten en el exterior. El INDER exporta atletas locales para que compitan en múltiples disciplinas. En 2020, el medio del régimen Jit confirmó que Cuba exportó 59 atletas a Alemania, Canadá, México e Italia.
El régimen no exporta atletas a Estados Unidos. Aunque no hay una razón pública, probablemente el riesgo de desertar —como el régimen denomina a los trabajadores que abandonan las misiones y se quedan en el exterior— es mayor. Además, podría haber un problema ideológico de comerciar abiertamente con el enemigo capitalista, el imperio.
Antes de embarcar
Todos los entrevistados aseguran que la dictadura cubana elige a dedo a sus trabajadores de las misiones y ellos no pueden negarse, de lo contrario, ellos y sus familias temen sufrir de acoso por parte de la dictadura. Además, el artículo 176 del Código Penal de Cuba establece una sentencia de ocho años en prisión para aquellos trabajadores que rechacen o deserten de sus puestos de trabajo en el exterior o no regresen a Cuba cuando su periodo se termine.
Asimismo, extrabajadores de misiones le dijeron al Impunity Observer que funcionarios de la dictadura les prohibirían de facto regresar a la isla si abandonaban sus empleos en el exterior. La prohibición también impide que sus familiares abandonen la isla. Esto evita que los trabajadores vean a sus familiares por hasta ocho años, lo que es consistente con el reporte de Prisoners Defenders de 2022. Este aseguraba que el régimen cubano había prohibido a 5.000 esclavos cubanos de ver a sus hijos.
Según los médicos, funcionarios cubanos los coercionaron e intimidaron para que firmen los contratos de las misiones. Los trabajadores temían sufrir represalias si no lo hacían. En algunos casos, los contratos tenían secciones que el régimen dejaba en blanco intencionalmente, como en la cláusula de los salarios, para que los trabajadores no sepan cuánto dinero recibirían. En otros casos, el régimen no les dio una copia del contrato. Consecuentemente, los trabajadores no sabían cuánto dinero recibirían al trabajar en el exterior ni las condiciones que sufrirían allá.
Abuso a los trabajadores
Los jefes de misión son funcionarios del régimen que vigilan las acciones de los trabajadores. En el caso de los marineros, el personal de los navíos vigilan a los trabajadores. Si un marinero cubano se escapa, Larrondo reveló al Impunity Observer, que la naviera debe pagar una multa de $10.000 a Selecmar. Para evitar esta situación, le retienen el pasaporte a los marineros cubanos.
Durante las misiones, los trabajadores sufren diferentes tipos de abusos, principalmente de los jefes de misión pero también de los trabajadores locales:
Cero privacidad: De acuerdo con los testimonios, los jefes de las misiones fomentaban que los compañeros de cuarto se espíen entre sí. Además, todos los entrevistados sintieron en algún punto que funcionarios del régimen les estaban espiando o violando su privacidad al entrar en sus cuartos sin autorización. Uno de los médicos compraba un celular diferente cada dos meses para evitar que funcionarios del régimen intervengan en sus llamadas.
Acoso sexual: Los jefes de misión suelen acosar sexualmente a las mujeres de múltiples formas. Estas incluyen pedidos de favores sexuales, toqueteo inapropiado, hacer que las condiciones de vivienda y trabajo dependan de favores sexuales y violaciones. Una doctora cubana reveló que ella se “casó” con un amigo cubano para que los jefes de misión dejaran de acosarla.
Los entrevistados explican que los jefes de misión tienen mucho poder sobre las mujeres. Si una mujer se niega a realizar favores sexuales a los jefes de misión, estos pueden actuar en represalia regresándolas a Cuba —para que reciban un castigo explícito o de facto— o “hacer de sus vidas un infierno en las misiones”.
Restricción de libertades: Tres de los cuatro trabajadores cubanos sufrieron la retención de sus pasaportes en algún punto mientras estaban en las misiones. Tal como lo hacían en los cruceros, los jefes de misiones lo hicieron para evitar que los trabajadores deserten y pidan asilo.
Todos los trabajadores cubanos sostienen que los jefes de las misiones les prohíben hablar con periodistas o personas que no están relacionadas con las misiones. Según su experiencia, los trabajadores no podían moverse libremente por las ciudades donde estaban. En ocasiones, los jefes incluso les prohibían reunirse entre trabajadores.
Condiciones peligrosas
Los trabajadores de misiones cubanos se enfrentan a situaciones adversas, incluyendo:
Barrios peligrosos: Aunque este no es el caso para todos, usualmente el régimen pone a los trabajadores en condiciones de peligro durante las misiones. López, por ejemplo, le dijo al Impunity Observer que cuando ella participaba en la misión de Venezuela, le tocó vivir en Petare, Caracas, que se es conocido como el barrio más peligroso del mundo. Ella añadió: “Tenía que dormir en el piso, sino corría el riesgo de que me llegue una bala en medio de las disputas entre pandillas”.
Dinero para apenas subsistir: Una doctora cubana reveló que “apenas tenía dinero para comida” mientras trabajaba en el exterior. En múltiples ocasiones, los trabajadores tenían que “escoger entre comer comida vencida o no comer” antes de trabajar en “turnos largos”. Aunque algunos trabajadores querían enviar remesas a Cuba para mantener a sus familias, usualmente no tenían el dinero suficiente para hacerlo.
Preparación insuficiente: Médicos cubanos revelaron al Impunity Observer que la preparación que recibieron antes de ir a las misiones no era suficiente ni apropiada para enfrentar los desafíos en el exterior. Por ejemplo, tenían poco conocimiento en los idiomas locales.
Además, los trabajadores que ahora han huido sostienen que las reuniones de trabajo y el entrenamiento previo tenían más tintes políticos que técnicos. Una doctora cubana contó que ella estaba en el exterior cuando se dieron las manifestaciones pacíficas a favor de la democracia en Cuba el 11 de julio de 2021. Los jefes de misión usaban las reuniones de trabajo para decir a los médicos que debían luchar contra la oposición a través de redes sociales.
Falta de medicina: López sostiene que cuando ella trabajaba en la Amazonía venezolana, no había medicina disponible para los trabajadores cubanos en caso de que se enfermasen o sufriesen picaduras de animales. Ella dice que el régimen no tenía ningún plan de contingencia en caso de que surja una emergencia de salud.
Colaboración de naciones desarrolladas
Los países desarrollados y negocios privados han participado en el esquema de la dictadura por decenios. En Europa, Portugal e Italia han contratado múltiples misiones médicas, recibiendo cientos de trabajadores cubanos en los últimos cinco años. En ambos casos, los gobiernos nacionales y provinciales han firmado contratos con la empresa estatal del régimen: Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (CSMC).
En octubre de 2022, Roberto Occhiutto —presidente de la provincia de Calabria, al sur de Italia— firmó un contrato con CSMC del régimen cubano. El contrato explícitamente establece que el gobierno provincial de Calabria pagará €3.500 ($3.795) a CSMC mensualmente por cada trabajador. Hay 500 médicos que están trabajando en los hospitales de la provincia. Larrondo asegura que los trabajadores, en promedio, reciben entre 10 y 25% del dinero que pagan los receptores por ellos. El resto va para la empresa estatal CSMC.
Calabria, sin embargo, no es el único caso en Italia. L’Unione Sarda, un medio local de la provincia de Cerdeña, reveló a inicios de 2024 que el gobierno provincial pronto firmará un contrato con CSMC para recibir 128 médicos cubanos. Los detalles del acuerdo permanecen en secreto.
En julio de 2023, el sitio portugués de notícias Jornal de Notícias reveló que el gobierno estaba planeando contratar 300 médicos cubanos a través de CSMC. Luego de hacerse público, organizaciones de la sociedad civil y políticos de oposición criticaron a la administración en funciones por participar en el esquema. Al final, el acuerdo no se materializó.
Portugal, sin embargo, contrató al menos a 43 médicos cubanos de CSMC en 2009. Según el portal de noticias Público, los trabajadores recibían un salario de €300 ($325) al mes. Portugal, en cambio, pagó €5.900 ($6.399) a CSMC al mes por cada trabajador. La misión terminó después de dos años.
Noruega y Luxemburgo pagaron misiones médicas cubanas para Haití y Cabo Verde, respectivamente, en 2010 y 2020. El portal ADN Cuba ha confirmado que Luxemburgo pagó más de $500.000 a CSMC por una misión de 99 trabajadores. Por otro lado, lo que el gobierno de Noruega pagó a CSMC por la misión de 348 trabajadores en Haití permanece en secreto.
Aunque Larrondo cree que Noruega y Luxemburgo no entienden las condiciones detrás de las misiones, asegura que la administración de Occhiuto en Calabria, Italia, está al tanto. Occhiuto incluso sonrió cuando se le confrontó con las condiciones de los trabajadores en su provincia. También parece haber conocimiento de la situación en Portugal, dado que la presencia cubana se ha vuelto un asunto político.
Desafortunadamente, gran parte del mundo se ha creído la narrativa del régimen comunista de que las misiones internacionales son altruistas. Mientras tanto, cientos de miles de trabajadores han sufrido de esclavitud inhumana. Además de robar a las personas el fruto de su trabajo, funcionarios del régimen usualmente abusan de su poder para aprovecharse e incluso violar a mujeres mientras trabajan en el exterior. Algunos países europeos, como Italia y Portugal, han sido cómplices de la esclavitud de cubanos.
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