El 3 de mayo de 2024, seis miembros de la Cámara de Representantes de EE.UU., pertenecientes al Caucus Latino-Judío, condenaron al presidente colombiano Gustavo Petro por romper relaciones diplomáticas con Israel. En lugar de emitir condenas infructuosas, los representantes deben ver bajo la superficie el apoyo diplomático del régimen de Joe Biden a Petro y cuestionar por qué están alineados.
El 7 de mayo, casi tres semanas después de las protestas universitarias a nivel nacional –financiadas en parte por sus donantes– Biden condenó el feroz auge del antisemitismo. Las necesidades electorales de Biden, motivaron su declaración atrasada y engañosa. Biden no ha ejercido la ley federal en contra de las protestas violentas, notoriamente coordinadas.
La verdad detrás de esto podría hundir a Biden y a los Demócratas en las elecciones de este año. Las protestas a favor de Hamás calzan perfectamente en el insidioso trayecto totalitario del Partido Demócrata hacia un Estado unipartidista. Los manifestantes mantienen una agenda política profundamente antiestadounidense, a expensas de quienes aman este país y sus tradiciones constitucionales.
Dos ideologías totalitarias –comunismo y fundamentalismo islámico– han convergido en estas protestas. El régimen de Biden apoya estas dos fuerzas ideológicas en Colombia y Venezuela para alcanzar la transformación de Estados Unidos.
De acuerdo con Joseph Humire, director ejecutivo de Center for a Secure Free Society, Irán ha reemplazado a Cuba como el poder dominante en Venezuela. Este último se ha convertido en el cabecilla de la actividad criminal anti estadounidense en América Latina, y Petro ha demostrado ser un compinche de Irán y Venezuela.
Humire ha catalogado a Hezbollah como “uno de los desestabilizadores más peligrosos de América Latina”. Opera libremente en Venezuela y lava dinero ilícito en todo el mundo. Humire indica que los islamistas y comunistas dejan sus diferencias ideológicas de lado y se enfocan en la logística que beneficia a ambos en sus negocios criminales.
La senadora colombiana María Fernanda Cabal ha mencionado que Colombia es tierra fértil para la alianza infernal –considerando a Petro, un exguerrillero, y las guerrillas narcoterroristas FARC y ELN–. La red criminal de Hezbollah y los comunistas han superado asuntos relacionados a sus perversas ideologías para dominar los países, mientras que el mundo libre cava su propia tumba.
“Debemos encontrar una forma de rescatar los valores judeo-crisitianos que nos han mantenido libres”, lamenta Cabal. La declaración de Cabal es urgente para Estados Unidos en la actualidad. Los totalitarios que veneran al gobierno y aquellos que dicen venerar a Alá se han unido para atacar a Estados Unidos desde dentro y fuera. Sin la agenda totalitaria del Partido Demócrata, las violentas protestas no hubiesen ocurrido. Los islamistas influyen mediante propaganda, pero no controlan las instituciones, las ciudades, los estados y el gobierno federal –como lo hacen los Demócratas–.
María Salazar, representante republicana por Florida y una de las firmantes de la carta del 3 de mayo, presenció de primera mano el apoyo del régimen de Biden a Petro en una audiencia del 7 de junio de 2023 que ella presidió. Salazar quería escuchar el testimonio del desertor de Petro, Armando Benedetti, por lo que consultó a Brian Nichols, secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, por qué la visa de Benedetti fue cancelada.
Nichols fingió demencia. Salazar consultó a Nichols si podría otorgarle una visa a Benedetti. Nichols respondió: “yo no tengo la autoridad de otorgar visas”. Salazar inmediatamente replicó: “Claro que la tiene”. Nichols estaba protegiendo a Petro, de la misma forma que él y el régimen de Biden atacan a aliados estadounidenses y protegen a los adversarios en todo el mundo.
En la audiencia, el representante republicano por Texas Keith Self preguntó a Todd Robinson, secretario de Estado adjunto en Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, si México era un Estado fallido. Robinson dijo que no, y mencionó que Estados Unidos estaba combatiendo a los cárteles. Este encubrimiento a los traficantes de drogas y personas es preocupante y congruente con el pasado de Robinson.
Cuando Robinson fue embajador en Guatemala (2014-2017), él e Iván Velásquez encarcelaron ilegalmente a más de una docena de personas para que Biden pudiese recuperar un lucrativo contrato que su cliente había perdido. Velásquez lideraba una comisión anti impunidad creada por la Organización de Naciones Unidas y es actual Ministro de Defensa de Petro. Biden, Robinson y Velásquez están conectados en esta historia criminal, y Robinson recientemente publicó una foto de él y Velásquez fuera de la Casa Blanca. Biden designó a Robinson como secretario adjunto de narcóticos y pudo haber ayudado a Velásquez a ser ministro.
Cabal dice que Velásquez ha estado favoreciendo a narcotraficantes, como de las FARC. Eso incluye abrir las puertas de Colombia para que sea ruta libre de drogas y migrantes ilegales, un impulso a la operación Hezbollah-Venezuela.
Por motivos electorales, Biden no puede decir, como lo hizo Petro, que Israel comete genocidio en contra de los habitantes de Gaza. Las acciones de Biden –especialmente no hacer valer las sanciones a Irán– se contradicen con la serie de concesiones a Israel. Biden finge preocuparse por los civiles de Gaza para proteger a Hamás de la destrucción israelí.
Biden está deteniendo una entrega de armas de precisión a Israel que fue autorizada por el Congreso, incluso cuando esas armas ayudarían a Israel a minimizar la muerte de no combatientes. Biden anunció el 8 de mayo que no brindará apoyo si Israel atacara Rafah.
Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, anunció un esfuerzo general de la Cámara para combatir el antisemitismo en las universadades. La Cámara debería revelar no sólo los motivos de las protestas sino también la unión de las dos ideologías totalitarias con el régimen de Biden en medio de su casa y en el exterior.
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