El presidente español Pedro Sánchez parece estar vinculado al contrabando de oro venezolano hacia Europa. Conocido como oro sangriento, el régimen venezolano lo utiliza para lavar capitales ilícitos y evadir sanciones. A inicios de octubre de 2024, la Guardia Civil española reveló la potencial conexión de Sánchez con el traslado de 104 lingotes de oro venezolano en 2020 que pasó por el aeropuerto de Madrid.
Estos hallazgos sugieren que la administración de Sánchez, al aliarse con regímenes de izquierda, se está convirtiendo en un caballo de Troya: abriendo las puertas de Europa a fuerzas antidemocráticas y legitimándolas en la arena internacional.
El escándalo “Delcygate”
En enero de 2020, la vicepresidente venezolana Delcy Rodríguez ingresó ilegalmente a España en un avión privado con 40 maletas supuestamente cargadas de lingotes de oro. Su equipaje siguió rumbo a Turquía. Esta y otras investigaciones, conducidas por funcionarios de justicia de países como Estados Unidos, explican que el oro es derretido para borrar su origen y trazabilidad.
Debido a sanciones europeas en su contra, Rodríguez tiene prohibido ingresar al área Schengen, por lo que tuvo que regresar al avión. En un intento por justificar su presencia en el aeropuerto de Madrid —como si estuviera haciendo escala— el Ministerio de Relaciones Internacionales venezolano hizo una solicitud de última hora para reunirse con el Presidente turco. No obstante, al no contar con suficiente anticipación, los oficiales turcos se negaron.
La investigación de la Guardia Civil reveló que Rodríguez estaba en contacto por mensajes telefónicos con el empresario español Victor de Aldama y el entonces ministro de Transportes José Ábalos. De Aldama y Ábalos ya estaban implicados en otros casos de enriquecimiento ilícito y corrupción durante la primera administración de Sánchez.
Los investigadores que revisaron los mensajes de Ábalos encontraron que Sánchez sabía de la presencia de Rodríguez en España. De acuerdo con el informe investigativo, Ábalos habría comunicado a Sánchez de la llegada de Rodríguez cuatro días antes.
Además, de Aldama aparentemente planeaba una reunión entre Rodríguez, Sánchez y el expresidente español Luis Rodríguez Zapatero (2004–2011). Se supone que ésta se llevaría a cabo un día después de la llegada de Rodríguez a Madrid. Sin embargo, como Rodríguez no pudo justificar su presencia en Europa, la reunión programada para las 9 pm del 21 de enero del 2020, en un chalet de la Embajada venezolana, nunca ocurrió.
El escándalo, ampliamente conocido en España como “Delcygate,” ha sido sumamente controversial, lo que pone en riesgo la estabilidad de Sánchez. Si funcionarios de alto mando han permitido el lavado de activos mediante oro venezolano contrabandeado, España estaría implicado en una red global de regímenes de izquierda —que supuestamente persiguen los mismos fines ideológicos— y organizaciones de crimen organizado.
El esquema de lavado de activos y contrabando de oro
El contrabando de oro venezolano, perpetrado por el régimen chavista, opera al menos desde 2018, aunque algunas investigaciones evidencian que ya se comercializaba oro ilegalmente durante el mandato de Hugo Chávez (1999-2013). Este oro, además de no contar con la debida autorización del legislativo venezolano para comercializarse fuera del país, parece que provenía parte de las reservas nacionales y otra de minería ilegal.
De acuerdo con el Organized Crime and Corruption Reporting Project, al menos 75 toneladas de oro se extraen ilegalmente de las minas venezolanas cada año. Además, los trabajadores de estas minas sufren condiciones inhumanas, pues la minería es liderada y gestionada por organizaciones criminales. Por ello, se lo conoce también como oro sangriento.
En 2018, Reuters determinó que Venezuela exportó $900 millones en oro ilegal ese año. Se identificó que había empresas de Turquía, Emiratos Árabes Unidos e Irán involucradas en este esquema. En estos países, pasa por refinerías e ingresa nuevamente a Venezuela sin su registro previo, lo que también permite a los altos mandos del régimen del dictador Nicolás Maduro burlar las sanciones impuestas por Estados Unidos.
La ambigüedad de España frente a la dictadura chavista
Ante los resultados nada creíbles y sumamente cuestionados de la elección presidencial venezolana, Sánchez ha preferido no avalar la victoria de Nicolás Maduro, ni desmentirla. Esta ambigüedad persiste pese a que el Congreso español reconoció al opositor Edmundo Gonzalez como mandatario electo el 11 de septiembre. Asimismo, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, calificó al gobierno de Maduro de “dictatorial” durante una entrevista con un medio español.
Aún sin una postura clara en torno a las elecciones, España concedió el asilo que González solicitó el 8 de septiembre. Entre un par de disputas públicas entre los gobiernos venezolano y español, deja la duda que la concesión de asilo sea un acto distractor para no vincular a Sánchez con el régimen de Maduro debido a las investigaciones de corrupción.
Doy una cálida bienvenida a nuestro país a @EdmundoGU, a quien acogemos mostrando el compromiso humanitario y la solidaridad de España con los venezolanos.
España sigue trabajando en favor de la democracia, el diálogo y los derechos fundamentales del pueblo hermano de Venezuela. pic.twitter.com/EoTRvYPJSq
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) September 12, 2024
Anunciando que tomará una decisión sobre el representante legítimo de Venezuela a finales de año, Sánchez dijo: “Hemos pedido la publicación de las actas, no hemos reconocido la victoria de Nicolás Maduro, y hacemos algo muy importante, trabajar por la unidad en la Unión Europea, para que la unidad de la Unión Europea nos permita tener un margen de mediación de aquí a fin de año”.
El actuar de Sánchez están en tela de duda
Si la Guardia Civil española confirma la relación de Sánchez con el entramado de contrabando de oro venezolano, se confirma que la actual administración ha permitido un entramado global criminal de lavado de capitales. El oro sangriento de Venezuela no solo consiste en un esquema de corrupción entre funcionarios de gobierno y organizaciones criminales del país sudamericano, sino de varios países alrededor del mundo, incluido sus aliados antidemocráticos Turquía e Irán.
Zapatero, también del partido socialista gobernante PSOE, ha apoyado públicamente a Maduro. En 2020, con permiso y dinero de la administración de Sanchez, Zapatero viajó a Venezuela para reunirse con Maduro. También estuvo presente en Bolivia en marzo de 2024 para reunirse con Rodríguez y en Honduras, asistió al foro de São Paulo, llevado a cabo en julio. La administración de Sanchez, o al menos el PSOE, han pagado por estos viajes, aunque el financiamiento carece de transparencia.
Ahora su sucesor, Sánchez, parece ir por el mismo camino. Su alineación ideológica está exponiendo a España como cómplice de la dictadura venezolana, legitimando a Maduro por medio del silencio de Sanchez y permitiendo que realice sus actividades ilícitas detrás de cortinas.
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