El hundimiento de las lanchas narcotraficantes en el Caribe por parte del presidente Donald Trump hace que la ruta terrestre sea más importante para el tráfico de Nicolás Maduro. El embajador de EE. UU. en Guatemala heredado de Joe Biden, Tobin Bradley, y el subjefe de misión (DCM) Patrick Ventrell están ayudando a Maduro en este país. Trump puede presionar a Maduro en Guatemala, removiéndolos de su cargo e insistir a Guatemala a aplicar sus leyes.
El régimen del presidente Bernardo Arévalo facilita el narcotráfico. República Dominicana y España han incautado cocaína enviada desde Guatemala. Asimismo, el Ejército y la Policía guatemaltecos se mantuvieron de espectadores mientras presuntos narcotraficantes disparaban contra autoridades mexicanas. Arévalo apoyó públicamente sus crímenes. Arévalo ha dividido al Ejército al mantener ilegalmente en el cargo a su ministro de Defensa más allá de su límite de mandato, habilitando el narcotráfico.
Dado que su partido político ha sido judicialmente cancelado, Arévalo—impuesto fraudulentamente por Biden y el Departamento de Estado (DOS)—por ley debe ser removido del cargo. Bradley y Ventrell intimidan a los magistrados guatemaltecos para que no apliquen la ley. También intimidan a líderes del sector privado para que apoyen a Arévalo.
El DOS publicó el 15 de septiembre una resolución presidencial de Trump sobre “países de tránsito principal de drogas o de producción ilícita de drogas” que incluyó a Guatemala, junto con los vecinos Belice, El Salvador, Honduras y México. La publicación se abstiene de asignar culpabilidad a la cooperación antidrogas o su ausencia, pero en el caso de Guatemala esto es un error evidente. Guatemala es el cuello de botella que los funcionarios de administraciones anteriores mantienen para facultar el narcotráfico hacia Estados Unidos.
Las declaraciones y omisiones del DOS sobre Colombia y Guatemala revelan que el DOS oculta la verdad sobre Arévalo tanto como puede. Al declarar que la producción de cocaína de Colombia bajo el presidente Gustavo Petro ha “aumentado a récords históricos”, Trump la descertifica de sus “obligaciones de control de drogas.” Trump elogió a los “dedicados servidores públicos” de Colombia y afirmó que el fracaso “recae únicamente en su liderazgo político.”
En contraste, el informe 2025 de la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos del DOS afirma: “Estados Unidos y Colombia continúan colaborando en una serie de prioridades antidrogas compartidas … El gobierno colombiano no alienta ni facilita, como política, la producción o distribución ilícita de drogas.”
Respecto a Guatemala, el informe dice: “La administración de Arévalo es un socio en la lucha contra el narcotráfico internacional … Guatemala no alienta ni facilita, como política gubernamental, la producción o distribución ilícita de drogas.”
Nada ha cambiado en Colombia o Guatemala entre el informe engañoso del DOS y la determinación de Trump. Parece que la decisión de Trump de confrontar el narcotráfico de Maduro llevó a la descertificación de Colombia, a pesar de que los traidores del DOS favorecen a Petro. Como Trump no ha prestado atención a Guatemala, el personal del DOS en el Hemisferio Occidental continúa traicionando al secretario de Estado Marco Rubio, a Trump y a Estados Unidos.
La declaración de Rubio del 15 de septiembre por el Día Nacional de Guatemala confirma la traición. Mientras Bradley y Ventrell mantienen el país abierto al narcotráfico, Rubio declaró: “Guatemala continúa siendo un socio firme en la lucha contra los traficantes de drogas y los carteles.”
La declaración habla de trabajar juntos para modernizar la infraestructura estratégica y otros proyectos. Arévalo ni siquiera puede mantener o arreglar las carreteras de Guatemala. Un gobierno nacido de la corrupción no puede hacer lo que la declaración describe.
Alrededor de 50 personas han sido capturadas y condenadas en Estados Unidos desde 1959 por espionaje vinculado a Cuba. Muchas más han pasado desapercibidas. La penetración de inteligencia cubana probablemente explica la protección del DOS a Arévalo.
Los indígenas guatemaltecos son individualistas y emprendedores que rechazan el colectivismo y prosperarían con un gobierno limitado y un Estado de Derecho. Los dictadores de Cuba deben impedir que eso suceda para evitar una comparación devastadora con el fracaso de Cuba.
Igualmente importante para los dictadores cubanos es mantener a Guatemala abierta para el cártel de Maduro.
Exasesores del Congreso en el DOS ayudaron a imponer fraudulentamente a Arévalo como presidente. Junto con los funcionarios de carrera del DOS, han protegido al enemigo de Estados Unidos, Arévalo.
Bradley y Ventrell intentan quedarse en Guatemala hasta 2026, cuando Arévalo, si aún está en el cargo, hará nombramientos clave para consolidar el poder. A menos que Trump remueva a Maduro y aplaste a los carteles, Guatemala se convertirá en un aliado chavista abierto, una dictadura y hostil a Estados Unidos.
Si esto ocurriera bajo la vigilancia de Rubio, dañaría su carrera política. Él desconoce que está siendo mal informado sobre Guatemala. Rubio y Trump aún pueden salvar la situación removiendo rápidamente a Bradley, reemplazando a Ventrell con un encargado de negocios, y empujando a Guatemala a aplicar sus leyes y salvarse. Esta solución creará un fuerte aliado de Estados Unidos y un modelo para otros países sin tener que usar dinero ni aranceles estadounidenses.’
Este artículo se publicó originalmente en BizPac Review.
