El olor a financiamiento chino en las instituciones ecuatorianas

Cómo la financiación de infraestructura se volvió corrosiva

El incremento de inversión china en Ecuador empezó después de la posesión de Correa en 2007. (Sebastián Díaz)

Read in English.

Hallazgos clave

  • En 2008, un año después de que el presidente Rafael Correa se posesionara, capitales corrosivos desde China empezaron a impregnar las instituciones ecuatorianas. Esto condicionó al Estado a comprar y contratar directamente a empresas pertenecientes al Estado chino.
  • Entre 2015 y 2019, China construyó más del 70% de los más grandes proyectos de infraestructura en sectores estratégicos como la minería y la producción de petróleo y energía. Muchos de estos han involucrado malversación de fondos públicos, tráfico de influencias y construcciones de mala calidad.
  • La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, construida por la empresa perteneciente al Estado chino Sinohydro en 2016, tiene más de 7.000 grietas. Estas han impedido que trabaje a toda su capacidad por más de tres años.
  • El Partido Comunista Chino (PCC) ha respondido a las acusaciones de corrupción en los procesos de inversión. El régimen sostiene que siempre ha promovido la transparencia y el fortalecimiento de instituciones.
  • Investigadores de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD) —quienes han seguido de cerca los casos de corrupción— rechazaron la respuesta del PCCh y mencionan que nunca se presentaron argumentos válidos y nunca pudieron desmentir la información de la investigación.

Introducción

Las instituciones públicas ecuatorianas —junto a aquellas de Argentina, Brasil y Venezuela— se han vuelto un destino principal en América Latina para los préstamos de bancos estatales chinos. Oenegés enfocadas en transparencia gubernamental, sin embargo, están revelando los compromisos y las consecuencias problemáticas que vienen junto a estos préstamos. Estos le ofrece a la parte china más que exclusivamente una oportunidad de negocios.

El incremento de la inversión china en Ecuador empezó después de la posesión del presidente socialista Rafael Correa en 2007. En 2008, se reportó que la inversión china —tanto en crédito como en capital— llegó a $2.200 millones, cuando el presidente de la conferencia del PCCh Jia Qingling firmó tres acuerdos de cooperación por más de $52 millones. Los acuerdos incluyeron préstamos a Ecuador y la compra de aviones hechos en China para la Fuerza Aérea ecuatoriana.

Entre 2010 y 2019, Ecuador recibió más de $16.000 millones de bancos chinos. Más del 80% de los préstamos chinos a Ecuador tenían una tasa de interés entre 6,25 y 7,91%. Esto es casi 50% más alto que aquellos ofrecidos comúnmente a países en desarrollo por organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Las tasas elevadas parten de una prima de riesgo alta. Sin embargo, con estas tasas surge la duda: ¿por qué los funcionarios ecuatorianos aceptaron préstamos con tasas tan altas?

Una investigación de FCD, publicada en septiembre de 2022, identificó acuerdos de financiamiento en los sectores estratégicos ecuatorianos como el petrolero, minero y energético. Los acuerdos de inversión china, que en su mayoría empezaron en 2007, han fallado su misión establecida de “exportar energía limpia al resto de la región”. En lugar de exportar energía limpia, Ecuador gastará más de $400 millones en 2023 para importar energía de Colombia ya que las plantas de energía ecuatorianas están funcionando a un 41% de su capacidad total.

Los muchos acuerdos respaldados por el PCCh no han tenido transparencia y han sido asociados con sobornos de funcionarios públicos. Los acuerdos han incluido casos prominentes de corrupción como la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. Es un proyecto de $3.000 millones que no ha logrado funcionar a toda su capacidad por cinco años desde su apertura. FCD ha descrito a los proyectos de infraestructura china en Ecuador —como plantas hidroeléctricas y las concesiones de exploración minera y petrolera— como “capitales corrosivos”.

La corrosión de instituciones débiles

En 2015, el Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE) —una institución estadounidense que apoya la democracia en favor de la empresa privada— acuñó el término capitales corrosivos. Este se refiere a “financiamiento que no es transparente, ni está sujeto a rendición de cuentas, ni tiene orientación de mercado que fluye de regímenes autoritarios a democracias nuevas y en desarrollo”. Los capitales corrosivos llegan a sus receptores mediante inversión extranjera directa, inversiones de portafolio, ayuda financiera, proyectos de infraestructura y préstamos comerciales.

Un amplio rango de consecuencias provienen de los capitales corrosivos: (1) tolerancia de fuentes corruptas de capitales, (2) transparencia reducida y (3) políticas exteriores que benefician a países no democráticos.

Los países que reciben capitales corrosivos usualmente reúnen dos condiciones clave: instituciones débiles y falta de oportunidades de financiamiento.

“Uno de los principales desafíos con los capitales corrosivos es que, aparte de debilitar instituciones cruciales en el país, evita que las instituciones se consoliden, desarrollen y ganen confianza”, Andrés Lozano, coautor de la investigación de FCD le dijo al Impunity Observer.

Por qué Ecuador es vulnerable

Para 2008, Ecuador había adquirido las dos condiciones para capitales corrosivos. Después de empezar el siglo con una crisis política y tres presidentes diferentes en tres años, las instituciones ecuatorianas permanecieron débiles. En 2008, después de declarar el incumplimiento de su deuda externa, las autoridades ecuatorianas elegidas también querían más oportunidades de financiamiento para llevar a cabo la “revolución ciudadana” de Correa.

Las instituciones ecuatorianas continúan siendo débiles, de acuerdo con el Índice de Calidad Institucional de la Red Liberal de América Latina (RELIAL). Este analiza factores como el Estado de derecho, la libertad de expresión, corrupción y libertad económica. A pesar de la mejora de Ecuador en 2022 —llegando desde la posición 129 en 2021 a la 121 en 2022— esta todavía es menor a la de Colombia y Perú, que están en la posición 87 y 71, respectivamente.

Para el fin de 2008, durante el primer mandato de Correa, el Gobierno ecuatoriano anunció el incumplimiento del 91% de su deuda externa, declarándola “ilegítima e ilegal”. Correa incluso llamó a los tenedores de bonos “verdaderos monstruos”. En consecuencia, Ecuador tuvo dificultad para encontrar prestamistas y condiciones más costosas.

Para obtener financiamiento para su plan de Gobierno, la administración de Correa se acercó por dinero a aliados ideológicos como Irán, China, Bolivia, Cuba y Nicaragua.

El dinero infecta para luego regresar a China

Entre 2015 y 2019, el Estado ecuatoriano le otorgó a compañías chinas más de 70% de los contratos más grandes en los sectores petroleros, mineros e hídricos —donde muchos de estos están involucrados en casos de corrupción como tráfico de influencias y malversación de fondos públicos.

La investigación de FCD establece: “Los préstamos chinos otorgados a Ecuador para proyectos en sectores estratégicos tenían cláusulas específicas que permitían más compañías chinas en los mercados ecuatorianos”. En lugar de contratar compañías a través de procesos de licitación, funcionarios ecuatorianos contrataron directamente a compañías chinas, las que evadieron competir con empresas locales y extranjeras. Estos préstamos de toma y dame van directamente a los bolsillos de empresas chinas, algo que endulzó el acuerdo para el PCCh y seguramente explica porqué aceptó dar fondos directamente a un deudor que recientemente incumplió con sus pagos.

Leonardo Gómez, coautor de la investigación de FCD, le dijo al Impunity Observer que nueve de diez proyectos de inversión china que ellos analizaron, tenían al menos un caso de corrupción. Los casos de corrupción incluyeron (1) sobornos, (2) malversación de fondos públicos y (3) tráfico de influencias.

Por ejemplo, la represa Coca Codo Sinclair en la provincia de Napo en la Amazonía ecuatoriana no ha podido funcionar a su capacidad completa desde su apertura en 2016. La Contraloría General encontró más 7.000 fisuras en la represa que costó más de $3.200 millones. Esta fue construida por Sinohydro, respaldada por el PCCh, y su financiamiento vino principalmente del banco estatal chino Exim.

Varias autoridades ecuatorianas que estuvieron involucradas en la construcción de la represa han estado en prisión por casos de sobornos. El exvicepresidente Jorge Glas y el exministro de energía Alecksey Mosquera todavía se enfrentan a cargos de malversación de fondos públicos de Contraloría.

Existen muchos otros ejemplos de capitales corrosivos en los sectores estratégicos de Ecuador. Los más notables incluyen la represa Paute Sopladora, Minas San Francisco y el financiamiento del acueducto de Santa Elena.

Cómo el PCCh defiende sus acciones

La Embajada de China en Ecuador no se quedó callada frente a las críticas y rechazó la investigación en un comunicado de cuatro páginas emitido el 18 de octubre. Funcionarios del PCCh describieron a la investigación de FCD como “comentarios difamatorios” y señalaron que “nadie obligó a Ecuador a firmar los acuerdos de cooperación”.

Funcionarios del PCCh también mencionaron que el Banco Exim y de Desarrollo de China apoyaron a Ecuador durante los encierros de la pandemia de COVID-19, a pesar de las acusaciones de FCD. Similarmente, el comunicado del PCCh resalta la importancia de las inversiones chinas en el desarrollo de la infraestructura ecuatoriana.

Finalmente, funcionarios del PCC sostienen que siempre han estado del lado de la transparencia, y que ahora hay datos detallados disponibles en línea con respecto a los préstamos chinos en Ecuador. Saber si estos datos son precisos, sin embargo, es cuestionable.

Gómez y Lozano, en una entrevista exclusiva con el Impunity Observer, respondieron al comunicado del PCCh. Lozano clarifica que la investigación de FCD se enfocó en capitales corrosivos de China porque es el ejemplo más prominente en Ecuador. La investigación, sin embargo, no buscaba rechazar o socavar toda la inversión china (o extranjera) en el país.

Gómez y Lozano están de acuerdo en que el comunicado del PCCh no refuta la investigación. Los autores, de hecho, están de acuerdo con el primer argumento del comunicado. Gómez culpa a la administración de Correa por acercarse a China por dinero con condiciones perjudiciales. En cuanto al segundo argumento, Gómez respondió: “Es cierto que China ayudó a Ecuador en tiempos de necesidad durante la pandemia, pero sus condiciones deberán ser investigadas”.

Gómez también respondió al comunicado con respecto a la supuesta transparencia de China. “Hablan de transparencia, pero los datos se volvieron disponibles al finalizar la administración de Correa, años después de haber finalizado los acuerdos”. Gómez y Lozano están de acuerdo en que ellos están cuestionando las formas y los costos para Ecuador, no negando que Ecuador se benefició de alguna forma de la inversión china.

Mauro Echeverría

Mauro Echeverría is Econ Americas’ deputy editor. He holds a BA in international relations with minors in political science and anthropology from the San Francisco University of Quito. Mauro leads the research on local economic development at the Ecuadorian think tank Libre Razón.

More Posts

Follow Me:
TwitterLinkedIn

Join us in our mission to foster positive relations between the United States and Latin America through independent journalism.

As we improve our quality and deepen our coverage, we wish to make the Impunity Observer financially sustainable and reader-oriented. In return, we ask that you show your support in the form of subscriptions.

Non-subscribers can read up to six articles per month. Subscribe here.

Leave a Reply