Por qué la frontera paraguaya es tierra de nadie

Ciudad del Este alberga organizaciones terroristas e industrias clandestinas

Por qué la frontera paraguaya es tierra de nadie. En la triple frontera, pequeños grupos narcos coexisten con grupos criminales extranjeros.

Ciudad del Este es la segunda ciudad más poblada en Paraguay, solo detrás de su capital, Asunción. (Sebastián Díaz)

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Hallazgos clave:

  • Ciudad del Este en Paraguay, Puerto Iguazú en Argentina y Foz do Iguaçu en Brasil conforman la triple frontera, área conocida por albergar grupos terroristas, cárteles de droga y múltiples mercados ilegales. Este último incluye el tráfico de armas, personas y drogas, la producción y venta de productos falsificados y la tala ilegal de árboles. 
  • En la triple frontera, pequeños cárteles de droga coexisten con grupos criminales extranjeros como Hezbollah del Líbano o el Primeiro Comando da Capital de Brasil y clanes política y económicamente poderosos, cuyo poderío incluye el dominio de la justicia de Alto Paraná en Paraguay. 
  • De acuerdo a inteligencia israelita, Hezbollah también está presente en Venezuela, donde contrabandea oro a Irán. Ese dinero financia ataques terroristas de Hezbollah en el Medio Oriente. 
  • Aunque el principal interés de grupos terroristas extranjeros como Hezbollah en Latinoamérica es el ingreso económico, su presencia socava las instituciones y el Estado de derecho, volviendo a la región más vulnerable a la ocupación y ataques de otros grupos criminales. 

Contexto

Ciudad del Este, ubicada en la provincia paraguaya de Alto Paraná, limita con la ciudad brasileña de Foz do Iguaçu y la argentina Puerto Iguazú. El punto donde las tres ciudades se unen es conocido comúnmente como la triple frontera en Sudamérica. Albergue de al menos seis grupos terroristas y armados, la triple frontera tiene diversos mercados ilegales. 

El 15 de junio de 2023, el sitio de noticias Infobae reveló que tres de los cuatro miembros de Hezbollah —que presuntamente son responsables de los ataques terroristas en Argentina en la década de los 1990— viven en Ciudad del Este, Paraguay y Foz do Iguaçu, Brasil. 

Esta investigación explica por qué los grupos criminales están operando en la triple frontera, particularmente en Ciudad del Este. Para este propósito, el Impunity Observer entrevistó a Maria Zuppello —periodista enfocada en crimen y terror en Latinoamérica— y César Niño —profesor de relaciones internacionales de la Universidad La Salle de Bogotá, Colombia—. 

Conocida como la ciudad del comercio, Ciudad del Este es la segunda ciudad más poblada, solo detrás de la capital, Asunción. El turismo y las compras de sus vecinos brasileños y argentinos es una práctica común

Emanuele Ottolenghi, miembro de la Foundation for Defense of Democracies, explica que la provincia Alto Paraná es un sitio de tráfico de bienes falsificados. Él dice que el comercio en esta frontera ha sido lucrativo para los grupos criminales debido a “las diferencias de impuestos y las tasas de cambio”. 

Debido a los mercados ilegales y la falta de control de las autoridades locales en Ciudad del Este, Niño argumenta que la triple frontera es un “agujero negro geopolítico”. Él explica que el área tiene “zonas donde el Estado no llega,” cruces fronterizos ilegales, control aduanero muy pobre o inexistente y funcionarios públicos corruptos. Estas son las principales razones —aparte de las oportunidades que brindan las diferencias de impuestos y las tasas de cambio— para que los grupos operen en esta parte del continente.  

Grupos criminales operando en Ciudad del Este

Aparte de albergar a pequeñas pandillas narcotraficantes, Ciudad del Este y la triple frontera albergan grupos criminales nacionales y transnacionales:  

Primeiro Comando da Capital (PCC): Creado en 1993 en Sao Paulo, Brasil, el PCC está involucrado en narcotráfico a nivel regional y tiene más de 30.000 miembros a lo largo de Sudamérica. Como fuente de ingresos, el PCC participa en el contrabando de cigarrillos de Paraguay a Argentina y Brasil. 

Según un reporte de diario O Globo de Brasil, Hezbollah le pidió a los miembros del PCC que protejan a los presos libaneses en las cárceles brasileñas, donde el PCC tiene poder. A cambio, Hezbollah integró al PCC al negocio del contrabando de cigarrillos en Ciudad del Este. 

Comando Vermelho (CV): Creado en Brasil en los 1970 como una milicia de izquierdas en Brasil, el CV está presente en Brasil, Colombia, Paraguay y Perú. El CV y el PCC tenían una alianza para traficar droga proveniente de la Amazonía colombiana y peruana. Sin embargo, rompieron su acuerdo en 2016, lo que ha llevado a conflictos armados para ganar el control de la ruta. El CV, aparte de traficar marihuana y cocaína, también está involucrado en el contrabando de cigarrillos en la triple frontera. 

El Clan Barakat: Con su cuartel en Ciudad del Este, esta organización criminal genera ingresos del narcotráfico, la extorsión, la falsificación de dinero y el tráfico de armas y personas. Parte de sus ingresos van a grupos terroristas de Medio Oriente, específicamente Hezbollah. De hecho, Assad Barakat, cabeza del clan, ha sido sancionado por Estados Unidos por financiar a Hezbollah desde 2004. 

El hermano de Barakat era un funcionario de alto cargo en el departamento de cultura del Consejo Shura. Este es el cuerpo de toma de decisiones más importante de Hezbollah y está liderado por la cabeza de Hezbollah Hassan Nasrallah. Debajo del Consejo Shura, en la estructura de la organización, hay otros cinco consejos: el judicial, político, ejecutivo, parlamentario y el Jihad. Las cabezas de los seis consejos están sancionados por Estados Unidos por terrorismo.

El Clan Zacarías: Este clan está compuesto por la familia Zacarías, especialmente por el senador Javier Zacarías y su esposa Sandra McLeod. La Fiscalía paraguaya ha acusado a ambos de corrupción al ocupar cargos públicos en Ciudad del Este. Según la Fiscalía, ellos usaron dinero público para financiar sus campañas políticas en 2015 y 2017. Ambos pertenecen al Partido Colorado, que ha sido el dominante por alrededor de 70 años. Según un informe de InSight Crime, el clan Zacarías tiene el control judicial de Alto Paraná, con una influencia aún más grande en Ciudad del Este. 

El Clan Rotela: Esta organización criminal está liderada por la familia Rotela. El clan inició en 2007 y su principal actividad es el microtráfico de drogas. Con muchos miembros en prisiones paraguayas, el clan Rotela está en constantes enfrentamientos contra el PCC dentro de prisiones. Según medios paraguayos, la presencia del Clan Rotela en Alto Paraná está limitada a las prisiones de la provincia. 

Hezbollah: El grupo terrorista creado en Líbano en 1982 también está en Ciudad del Este y la triple frontera. Su presencia en esta zona se registra desde hace tres décadas. En la triple frontera, Hezbollah y sus aliados trafican drogas, productos falsificados y armas a Europa y los vecinos Argentina y Brasil. Inteligencia estadounidense explica que Hezbollah usa la aerolínea del régimen —Mahan Air— para algunos de sus viajes a Venezuela e Irán. 

Además, la agencia de inteligencia israelita Mossad identificó que Hezbollah e Irán son responsables por los atentados terroristas en Argentina en 1992 y 1994. El último, un bombardeo a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), es uno de los casos de terrorismo más prominentes de Sudamérica, donde 85 personas murieron y 300 resultaron heridas. Reportes de inteligencia independientes de Estados Unidos, Argentina e Israel revelaron que el financiamiento y los perpetradores de ambos ataques provinieron de la triple frontera. 

Zuppello contó al Impunity Observer que la fuerte presencia de migrantes libaneses —principalmente debido a la Primera Guerra del Líbano en 1982, la Guerra Civil libanesa en 1975 y otros conflictos armados— es otra razón por la que Hezbollah ha crecido dentro de la triple frontera. Sin embargo, la presencia de grupos terroristas y otros criminales ha evolucionado con el pasar del tiempo y múltiples grupos de Brasil han ganado mayor presencia en el área. En algunos casos, como el PCC, grupos criminales brasileños colaboran con grupos extranjeros. 

Presencia de Hezbollah en Latinoamérica

El gobierno estadounidense ha identificado la presencia de grupos armados y terroristas en la triple frontera desde incios del siglo 21. Un reporte de 2003 de la División Federal de Investigación de la Librería del Congreso señaló “la operación de seis grupos islámicos fundamentalistas en la triple frontera”. Estos grupos incluían a Al-Gama’a al-Islamiyya, Al-Jihad, al Qaeda, Hamas, Hezbollah y al-Muqawamah.

El 15 de junio de 2023, el juez federal de Argentina Daniel Rafecas ordenó la captura de cuatro libaneses presuntamente responsables por el ataque terrorista a la AMIA en 1994. La Fiscalía dice que fueron coautores del atentado. Según un reporte de Infobae, los cuatro hombres, miembros de Hezbollah, son Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Farouk Abdul Hay Omairi y Abdallah Salman. El reporte asegura que los tres primeros viven en la triple frontera mientras que Salman vive en el Líbano. 

El 24 de junio, el juez paraguayo Gustavo Amarilla firmó una resolución para congelar los bienes de los cuatro libaneses. La resolución durará seis meses y establece que las autoridades deberán brindar cualquier información al respecto a las autoridades argentinas.

A pesar de reportes nacionales e internacionales sobre la presencia de múltiples grupos terroristas internacionales en Paraguay y la triple frontera, autoridades paraguayas nombraron a Hezbollah y Hamas como organizaciones terroristas en 2019, con el objetivo de disminuir su presencia. Niño explica que son escasas las acciones concretas de los gobiernos para abordar la presencia de estos grupos criminales porque Argentina, Brasil y Paraguay no tienen un entendimiento claro del problema. Para él, la cooperación entre todos los países que están involucrados en las operaciones de Hezbollah es necesaria para reducir su presencia en la región. Para Niño, la cooperación en el presente es inexistente. 

Hay información limitada sobre la cooperación entre Estados Unidos y los tres países. Sin embargo, en 2022 autoridades paraguayas deportaron a Kassem Mohamad Hijazi —que vivía en Ciudad del Este— a Estados Unidos por financiar a Hezbollah y lavar dinero de fuentes ilícitas. Hijazi todavía está bajo custodia de funcionarios estadounidenses. 

Hezbollah e Irán también están presentes en otras partes de la región, específicamente en Venezuela. En febrero, inteligencia israelita reveló que el régimen iraní contrabandeaba oro desde Venezuela. El reporte dice que que la aerolínea del régimen Mahan Air —sancionada por Estados Unidos— transportó decenas de kilogramos de oro. El régimen iraní presuntamente vende este oro y usa el dinero para financiar ataques terroristas de Hezbollah en el Medio Oriente. 

Un comunicado en 2011 del exsecretario adjunto de Estado para la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Estado de Derecho William Brownfield advirtió sobre la creciente presencia de Irán en Latinoamérica. Brownfield específicamente se refería a reuniones entre los dictadores Ahmadinejad y Hugo Chávez de Irán y Venezuela, respectivamente, y la apertura de seis nuevas Embajadas iraníes en la región desde 2006 a 2011.

La presencia de múltiples grupos criminales en Ciudad del Este y el resto de la triple frontera se debe a una serie de factores, como la falta de presencia de agentes de seguridad y cumplimiento de la ley, diferencias en los impuestos y en las tasas de cambios, fronteras relativamente abiertas entre Argentina, Brasil y Paraguay, funcionarios corruptos y falta de control fronterizo. Sin embargo, expertos —como Niño— están de acuerdo en que grupos terroristas en el área están enfocados principalmente en los réditos económicos más que atemorizar la sociedad. A fin de cuentas, mientras más grande es la presencia de estos grupos, más grande es el riesgo que corre la región en cuanto a ataques y dominio de organizaciones criminales locales y extranjeras.

Mauro Echeverría

Mauro Echeverría is Econ Americas’ deputy editor. He holds a BA in international relations with minors in political science and anthropology from the San Francisco University of Quito. Mauro leads the research on local economic development at the Ecuadorian think tank Libre Razón.

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