Las nominaciones del presidente Donald Trump para el Departamento de Estado (DOS) señalan un giro agresivo y una postura anti-China. Además de un mayor enfoque en el Hemisferio Occidental dentro de la diplomacia de Estados Unidos.
Marco Rubio es un opositor declarado de China, que se encuentra muy bien informado sobre los asuntos de América Latina. La designación de Jacob Helberg, también opositor de China, como el principal funcionario de la política económica del DOS, anticipa que la estrategia económica que el DOS seguirá se enfocará en ABC (cualquiera menos China). La asignación de Mauricio Claver-Carone como enviado especial para Latinoamérica sugiere que América Latina jugará un rol más importante en la estrategia geopolítica de Estados Unidos en los próximos años.
Latinoamérica será la clave para la estrategia de ABC del Departamento de Estado. La primera administración de Trump promovió una estrategia de nearshoring para reducir la dependencia de Estados Unidos a la industria China. Su regreso promete reanimar el esfuerzo por reindustrializar Estados Unidos.
El nearshoring se refiere a trasladar las cadenas de suministro y las operaciones de manufactura a países cercanos a Estados Unidos. Uno de sus principales objetivos es reducir la dependencia hacia China y mercados distantes, incentivando a las empresas a trasladar su producción a países latinoamericanos como México y Guatemala.
El Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA) de 2018, que reemplazó al tratado de libre comercio de 1992 (NAFTA), facilitó esta estrategia. El USMCA incluyó disposiciones para fortalecer la manufactura e integrar una cadena de suministro en la región. Al mejorar las relaciones comerciales dentro de la región, la actividad económica entre Estados Unidos y sus países vecinos se profundizará. Esto es particularmente importante debido a las interrupciones globales en las cadenas de suministro y la creciente influencia económica de China en América Latina.
Con el tiempo, las economías de Centroamérica y del Sur podrían beneficiarse del traslado de la producción desde Asia. Países como México y Guatemala, en particular, están bien posicionados para beneficiarse de esta transición debido a su proximidad, acceso a puertos estadounidenses, costos laborales competitivos, y acuerdos comerciales establecidos—como el CAFTA-DR, firmado en 2004. A medida que las compañías buscan alternativas a la manufactura China, América Latina puede surgir como un destino favorable para inversiones.
A largo plazo, el cambio hacia la industrialización regional también podría reducir los incentivos a la inmigración ilegal hacia Estados Unidos por ser una forma de fomentar el desarrollo económico. Al ofrecer un plan para crear oportunidades laborales y estimular la industrialización local, el nearshoring aborda una causa de la inmigración ilegal: la falta de dinamismo económico y la creación de empleo en la región.
La industrialización prematura de Latinoamérica es una de las principales razones de la falta de dinamismo económico y la generación de empleo. Datos del Banco Mundial revelan que, durante el periodo de 1966–1980, el PIB de América Latina creció a una tasa promedio del 6%, y los sectores industriales y de manufactura a tasas aún mayores. Entre 2009 y 2022, el crecimiento promedio del PIB fue menor al 2%, y menos que el 1% para la industria y manufactura.
De manera similar, el PIB de México creció al 6.5% entre 1966 y 1980, mientras que el de la industria y manufactura crecieron a tasas similares o mayores. Entre 2009–2022, el crecimiento del PIB mexicano fue de 1.5%, y el crecimiento de su industria apenas alcanzó el 0.3%. En el caso de Guatemala, su PIB creció a una tasa del 5.7% durante el periodo de 1966 y 1980, mientras que la industria y la manufactura crecieron aproximadamente un 8% y 6.93%, respectivamente. De nuevo, se observa una caída entre el periodo 2009–2022, cuando el PIB de Guatemala creció al 3.3% y la industria y manufactura creció a tasas alrededor del 3%.
En contraste, el PIB y la industria de China crecieron a una tasa del 7% entre 2009–2022. Del mismo modo, Bangladesh tuvo un crecimiento del PIB del 6.3% y alrededor del 9% en promedio tanto en industria como en manufactura.
Un impulso al nearshoring podría incitar mayores tasas de crecimiento en la industria, la manufactura y el PIB general de los aliados regionales, generando empleos bien remunerados en la economía formal y reduciendo los incentivos para la inmigración ilegal. Según Statista, la población de inmigrantes ilegales en Estados Unidos aumentó un 230% entre 1990 y 2010, y se ha mantenido alta desde entonces.
El nearshoring es una respuesta directa a las vulnerabilidades expuestas por amenazas geopolíticas, como el ascenso de China en América Latina. Otros eventos globales, como la pandemia de la Covid-19, destacaron los riesgos de depender en exceso de cadenas de suministro lejanas.
Cambiar la cadena de suministro industrial más cerca de Estados Unidos ayudaría a garantizar que bienes críticos puedan producirse dentro de la región, evitando los posibles cuellos de botella derivados de la dependencia de la producción lejana en el extranjero. Además, el nearshoring reduciría el creciente poder económico de China, generando beneficios a los aliados en la región en una base de ganar-ganar y disminuyendo los incentivos para la inmigración ilegal.
Persisten varios desafíos, los países de Latinoamérica enfrentan importantes brechas de infraestructura, obstáculos regulatorios y la necesidad de desarrollar fuerza laboral. Las empresas estadounidenses requieren incentivos para comprometerse con inversiones a largo plazo en la región. Esto es importante ya que la inversión extranjera directa (IED) de Estados Unidos ha mostrado una tendencia baja en el crítico país del Triángulo Norte, Guatemala. La IED de Estados Unidos en Guatemala cayó un 37% en el periodo 2019–2023, en comparación a los cinco años anteriores. La IED estadounidense solía representar el 27% de la IED en Guatemala, pero ahora solo promedia el 15%. Esta es una cifra insignificante considerando la importancia de Guatemala para la estrategia geopolítica global y regional de Estados Unidos. Guatemala es el país más grande del mundo, en términos de población y PIB, que aún reconoce diplomáticamente a Taiwán
Un enfoque en llevar el nearshoring a Centroamérica, en particular a Guatemala, sería un triunfo estratégico para la siguiente administración de Trump. Esto alinearía intereses económicos y de seguridad, al mismo tiempo que mitigaría las vulnerabilidades de la cadena de suministro global y la inmigración ilegal. Para los aliados regionales de Estados Unidos, el nearshoring podría abrir nuevas vías para el crecimiento, empleo y desarrollo.
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