Después de 412 días confinados en la residencia diplomática argentina en Caracas, cinco representantes de la oposición venezolana llegaron a salvo suelo estadounidense. Su salida el 6 de mayo de 2025 representa un golpe simbólico a la dictadura de Nicolás Maduro. Dado que el gobierno estadounidense ha reconocido abiertamente su participación en la operación de rescate, se infiere un claro respaldo de la administración de Donald Trump a la causa de la liberación de Venezuela.
El secretario de Estado Marco Rubio, el subsecretario Christopher Landau, el senador Rick Scott y la representante María Elvira Salazar, entre otros funcionarios, elogiaron el rescate y agradecieron a todos los involucrados. Sin comprometerse con detalles específicos sobre los métodos empleados, también condenaron al régimen y/o expresaron su apoyo a un retorno a la democracia en Venezuela.
The U.S. welcomes the successful rescue of all hostages held by the Maduro regime at the Argentinian Embassy in Caracas.
— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) May 7, 2025
Following a precise operation, all hostages are now safely on U.S. soil. Maduro's illegitimate regime has undermined Venezuela's institutions, violated human…
Los cinco disidentes—Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos, todos miembros del partido opositor Vente Venezuela—buscaron asilo en la residencia argentina en marzo de 2024. Esta decisión fue una respuesta directa a las órdenes de arresto emitidas por la fiscalía venezolana, bajo cargos de conspiración. Tales cargos parecían ser parte de una maniobra para sabotear la campaña presidencial de María Corina Machado.
Tras las elecciones presidenciales fraudulentas de 2024, el régimen de Maduro rompió relaciones diplomáticas con Argentina el 29 de julio, luego de que el presidente Javier Milei se negara a reconocer los resultados electorales. Para agosto, la residencia argentina quedó sin personal, y la custodia del recinto pasó a manos de autoridades brasileñas.
Desde noviembre, los disidentes denunciaron haber estado sometidos a un asedio orquestado por el Estado. Agentes armados rodeaban la residencia, bloqueaban la entrada de alimentos y cortaban servicios básicos como electricidad y agua. Esto sugiere que la salida fue producto de una negociación, más que de una fuga precipitada—aunque hasta el momento se desconocen los detalles.
El rescate ocurre en medio de una creciente presión estadounidense sobre Maduro. En marzo, Trump advirtió que los países que compren petróleo o gas venezolano enfrentarían un arancel adicional del 25 % en su comercio con Estados Unidos.
La operación también antecede las elecciones legislativas venezolanas, previstas para el 25 de mayo. El régimen de Maduro intenta proyectar una imagen de proceso democrático, a pesar de las denuncias de fraude en el ciclo electoral anterior y del encarcelamiento ilegal de aproximadamente 1,000 presos políticos, según la organización de vigilancia Foro Penal, integrada por abogados venezolanos.
Aunque la operación de rescate sugiere un debilitamiento del régimen, la dictadura sigue firme en el poder. Como advirtió el presidente de la Red Liberal de América Latina en un comunicado público:
“Si bien celebramos que hoy se encuentren a salvo, no podemos ignorar que esta salida —aunque fruto de una operación valiente y eficaz— representa también una forma de exilio forzado impuesto por un régimen que continúa violando sistemáticamente los derechos humanos, persiguiendo, encarcelando y silenciando a quienes luchan por la libertad.”