Por qué los haitianos se despiden de Chile y parten a Estados Unidos

Las deterioradas condiciones de vida y empleo ahuyentan a los migrantes

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Los 13.000 haitianos que se juntaron en la frontera sur de EE.UU. son la punta del iceberg. (Azucena Uresti)

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A finales de septiembre, oficiales de migración estadounidenses desmantelaron un refugio debajo de un puente al sur de Texas. Alrededor de 15.000 migrantes, haitianos en su mayoría, estaban esperando entrar a EE. UU. bajo la promesa de una política migratoria más flexible.

La última ola de migrantes haitianos que está llegando a Estados Unidos es parte de un éxodo que inició en 2010 con un devastador terremoto en la isla caribeña. Aunque miles de haitianos primero se instalaron en Brasil y luego en Chile, ahora viajan hacia el norte debido a la disminución de las oportunidades económicas y políticas migratorias más estrictas.

¿Por qué los migrantes haitianos dejan Chile?

Hasta 2019, Chile gozaba de estabilidad política y crecimiento económico como ningún otro país en América del Sur. Se convirtió en un imán del capital, la innovación y los migrantes. Cuando el éxodo inició, los Haitianos no necesitaban visa para ingresar a Chile, así que se convirtió en un destino natural para ellos.

En 2010, solo 988 haitianos ingresaron legalmente a Chile, pero esa cifra creció rápidamente: 110.166 en 2017 y 182.000 a finales de 2020.

La mayoría de migrantes que salieron de Haití primero se instalaron en Brasil. Sin embargo, la crisis política y económica que golpeó al país más grande de la región en 2014 —y llevó al Partido de los Trabajadores a la debacle— desvaneció sus esperanzas. Un fenómeno similar está ocurriendo en Chile.

Las deterioradas condiciones socioeconómicas —luego de las reformas realizadas por la expresidente socialista Michelle Bachelet— detonaron manifestaciones y violencia a finales de 2019. Ese año, el número de haitianos que dejó Chile excedió el número de los que ingresaron. Dicha tendencia continúa.

De acuerdo con el gobierno de Chile, 10.478 haitianos se fueron del país en 2019 y alrededor de 3.500 haitianos han abandonado el país en lo que va de este año. No obstante, los datos oficiales desconocen los ingresos y las salidas ilegales, los cuales han aumentado por los cierres de fronteras causado por la pandemia.

Los haitianos que han decidido embarcarse en una travesía de 8.462 kilómetros desde Chile hasta Estados Unidos argumentan que la hostilidad y la falta de empleo ha empeorado en Sudamérica. Las tasas de pobreza y desempleo en Chile superaron el 10% en 2020, y el gobierno conservador de Sebastián Piñera endureció las políticas migratorias.

¿Cómo han cambiado las políticas migratorias?

En diciembre de 2020, el Congreso chileno aprobó la Ley de Migración y Extranjería, una versión de un proyecto de ley enviado por Piñera durante su primer periodo presidencial en 2014. La ley pasó la revisión constitucional el 20 de abril de 2021.

Pese a que los funcionarios de gobierno tienen un año para establecer regulaciones, ya han aplicado medidas para controlar la migración ilegal en el país.

  • Visas temporales: la administración de Piñera creó una alternativa para regular el estado migratorio de quienes ingresaron al país por una entrada legal antes de marzo 2020 y quienes han permanecido por más tiempo que el indicado por sus permisos de residencia. A quienes ingresaron de forma ilegal, se les dio la oportunidad de salir del país sin sanciones dentro de 180 días.
  • Nuevos requerimientos de visa: los haitianos ya no pueden ingresar a Chile sin visa. Ahora necesitan una visa consular emitida en Puerto Príncipe, lo que ha detenido la llegada de migrantes.
  • Expulsión: el gobierno chileno ha emitido órdenes de extradición para migrantes con antecedentes penales y estado migratorio irregular. Pese a acciones legales iniciadas por activistas de derechos humanos, tres aviones han partido en 2021 con pasajeros venezolanos, colombianos y haitianos deportados. En total, el gobierno ha otorgado 2.328 órdenes de deportación y ha repatriado a 321 migrantes en lo que va de este año. De acuerdo con datos oficiales, los ingresos ilegales han disminuido en 92% desde que el primer vuelo de extradición salió en febrero de 2021.
  • Restricciones en la aplicación de las vacunas: el gobierno de Chile ha limitado la aplicación de vacunas en contra de la Covid-19 a residentes chilenos y migrantes con estatus legal. Solamente viajeros con las dos dosis de la vacuna pueden entrar a Chile.

¿Qué está pasando en la frontera sur de Estados Unidos?

Alejandro Mayorkas, secretario de seguridad nacional de EE. UU., admitió que el número de migrantes que actualmente buscan ingresar por la frontera sur no tiene precedentes. Mientras que algunos lo intentan por primera vez, otros han regresado luego de que Biden ofreció expandir el régimen de asilo.

De octubre de 2020 a julio de 2021, el gobierno estadounidense encontró a 845.307 personas tratando de ingresar al país por tierra, en comparación con los 796.400 identificados durante el mismo periodo un año atrás. Desde enero de 2021, el porcentaje de quienes permanecen bajo custodia estadounidense esperando una resolución ha incrementado versus los expulsados, alcanzando 53% de los migrantes capturados en julio.

El 18 de septiembre, la patrulla de control fronterizo desmanteló un refugio improvisado debajo del puente que conecta a México con Del Rio, Texas, donde aproximadamente 15.000 personas esperaban cruzar la frontera. Cerca de 13.000 de ellos eran haitianos y, pese a que vinieron desde Chile, el gobierno de EE. UU. los envió a su país de origen.

Sin embargo, el problema está lejos de resolverse. El gobierno panameño ha advertido que alrededor de 60.000 personas están en camino a la frontera sur de Estados Unidos. La mayoría de ellos son haitianos.

De acuerdo con testimonios de haitianos que estaban en el refugio de la frontera con Del Río, el viaje les tomó más de tres meses. Puesto que iban en un grupo grande, ellos pudieron evitar contratar a coyotes para viajar. Sin embargo, dado a la longitud y dificultad del viaje, algunos aparentemente murieron en el camino. Ellos viajaron en bus, carro y, en ocasiones, a pie. Se comunicaban mediante WhatsApp y Facebook para saber los lugares más fáciles y seguros de cruzar las fronteras.

Biden prometió reformar la política migratoria durante su campaña, pero la dimensión de la crisis ha sido abrumadora. En su lugar, el gobierno de Biden continúa aplicando el Título 42 de la era de Trump. Esta medida de salud pública permite la expulsión inmediata de migrantes para minimizar el contagio de la Covid-19 y emplea tácticas combativas para disuadir el cruce fronterizo ilegal.

¿Cómo el éxodo haitiano está impactando a la región y Estados Unidos?

Los 13.000 haitianos que se juntaron en la frontera entre México y EE. UU. solamente son la punta del iceberg. A lo largo de la región, hay caravanas de haitianos esperando cruzar fronteras mientras se dirigen a Estados Unidos.

El gobierno colombiano informó a finales de septiembre que cerca de 19.000 migrantes estaban estancados en Necoclí, esperando llegar a Panamá en lancha. Muchos de ellos eran de Haití; el resto vienen de Venezuela, Cuba y países africanos. Solamente 250 personas por día pueden obtener tiquetes para viajar en lancha.

Alternativamente, para ir desde Colombia hasta Panamá, los migrantes pueden pasar por la peligrosa selva del Darién. Allí el poder de grupos de crimen organizado ha aumentado al mismo ritmo que el tráfico de migrantes.

El gobierno mexicano ha tratado de disuadir que los migrantes continúen su camino hacia el norte, deteniéndolos en su frontera con Guatemala. Pese a que los oficiales mexicanos pudieron capturar a 63.000 migrantes en septiembre, muchos otros eludieron los controles.

Puesto que los inmigrantes haitianos indocumentados no pueden regresar a Chile y no quieren regresar a su país que se mantiene sumido en la pobreza, muchos se quedan en México. No obstante, México tiene una capacidad limitada para hospedarlos y ofrecerles asilo.

Entre enero y agosto de 2021, la Comisión mexicana para asistir a refugiados recibió un récord histórico de 77.559 solicitudes de asilo, en su mayoría de haitianos y hondureños.

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Paz Gómez

Paz Gómez is an Econ Americas analyst and a widely published economic commentator. Based in Quito, she leads the firm’s office in Ecuador. She holds an MS in digital currency and blockchain from the University of Nicosia, Cyprus, and a BA in international relations and political science from San Francisco University of Quito. She is a cofounder and the academic coordinator of Libre Razón, a classical-liberal think tank in Quito, Ecuador. Follow @mpazgomezm.

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