España, la primera globalización, una obra contra la leyenda negra

Hispanoamérica debe conocer y asumir su historia para poder avanzar

Debemos reconciliarnos con nuestro pasado y ensalzar con orgullo nuestra herencia cultural y lingüística. (Wikimedia)

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Cuando hablamos de la historia de España y su herencia, parece estar grabado en el imaginario colectivo una serie de complejos y taras que predisponen una opinión negativa de la misma. Sin embargo, la historias suelen estar plagadas de mitos, y esta no es la excepción. Hoy en día, los caudillos hispanoamericanos se aprovechan de los resentimientos socioculturales para conquistar el poder y así cumplir con sus agendas políticas.

El 15 de octubre del 2021, días después del día de la hispanidad, el cine español estrenó una joya audiovisual que desafía de frente, a la corriente histórica de la leyenda negra y a la imposición actual de lo políticamente correcto. España, la primera globalización desentrama las tergiversaciones propagandísticas que caricaturizan al imperio español como cruel, tiránico y oscurantista, para aproximar al espectador a una versión más fidedigna de los hechos históricos.

La producción se llevó a cabo por López-Li Films, en coproducción con RTVE y el apoyo de la Comunidad de Madrid, el patrocinio del Ayuntamiento de Salamanca y de la Fundación Fernando Núñez. Sin embargo, vale resaltar el hecho de que gran parte de este proyecto ha sido gracias al mecenazgo privado. Con el apoyo de más de 1.600 personas, mediante la modalidad de crowdfunding, el proyecto consiguió $101.164 dólares en fondos.

El director, José Luis López-Linares, conocido cineasta español y ganador del principal premio nacional de cine de España — Premios Goya— en 2006. Harto de las tonterías que se repiten una y otra vez sobre que los españoles deben pedir perdón por los actos de sus antepasados, decidió crear este documental para desmitificar los hechos históricos.

López-Linares busca dar a conocer el papel de la hispanidad en la historia mundial e intentar revertir aquel daño infundado en la identidad cultural de los herederos del extinto imperio español, tanto de los peninsulares como de los americanos.

Un aporte clave que nos deja este documental a todos quienes componemos el mundo hispano, cerca de 490 millones de personas, es que debemos reconciliarnos con nuestro pasado y ensalzar con orgullo nuestra herencia cultural y lingüística. Ver la herencia hispana como una ventaja comparativa a sacar provecho en el mundo del siglo XXI, en lugar de como una pesada cruz que nos acompaña sin conocer siquiera la verdadera historia detrás.

La globalización temprana

La globalización se popularizó primero en las universidades estadounidenses en la década de 1980 y luego pasó al vox pópuli en la década de los 90, con la implosión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y el ascenso emergente de China. Sin embargo, poco se habla del origen histórico de este proceso, cuando el imperio español tuvo su gran apogeo.

El documental empieza contándonos cómo los Austrias y los Ming, las dos casas reales de los imperios más potentes a finales del siglo XVI — el hispano y el chino— se entrelazan por intereses económico-monetarios. China, en su intención por desprenderse del arroz como unidad de recaudación tributaria empezó a demandar plata, y solo los españoles estaban en condición de atender esa necesidad. La plata hispanoamericana impulsaba la economía en aquel tiempo. Si querías comerciar, debías usar ese metal precioso. Se convirtió en la divisa internacional. 

A partir de ello, el mundo empieza a tomar forma, de occidente a oriente y viceversa, apuntalando al imperio español como el motor de esa globalización. Una historia incomparable y asombrosa que hoy muy pocos conocen.

La academia subestima la trascendencia que tuvo España en la configuración del mundo actual. La ruta alternativa que tomaron los navegantes españoles rumbo hacia las indias orientales, un ambicioso proyecto de exploración. Fue una sociedad competitiva y con visión de futuro.

El ascenso y la hegemonía del imperio español permitió la exploración de los océanos Atlántico y Pacífico, estructurando consigo los mapas mundiales y reformando el calendario. La conexión intercontinental insertó un nuevo paradigma de alcance global.

Una vez derrumbado el mundo antiguo, nació una revolución científica encabezada por España. No se puede entender muchos de los avances del presente sin regresar a ver al contexto histórico del Siglo de Oro español. Este fue encabezado por los escolastiscos de la denominada Escuela de Salamanca, quienes brindaron importantes avances en diversas áreas como la filosofía, el derecho, la física y la ciencia económica. Martín de Azpilicueta, por ejemplo, se destacó en teorizar sobre el valor y los precios.

Un complejo enraizado

La mala fama de la historia de España parte de tergiversaciones y campañas propagandísticas de los Países Bajos, Francia e Inglaterra, sus enemigos manifiestos entre el siglo XV y XVII, en el gran auge de la hegemonía española. Estas campañas están amparadas en medias verdades por una parte, como adjudicar a España la total responsabilidad de la santa inquisición, y mentiras manifiestas por otra, como el supuesto gran genocidio indígena. 

La gran capacidad militar con la que contaba el imperio español obligó a sus adversarios a ingeniar y movilizar alternativas con las cuales poder debilitar su poderío. Los tercios españoles, la formación élite de las unidades militares al servicio de la corona española, se habían convertido en la infantería más temible de toda Europa.

Paradójicamente, los hispanos empezaron a creerse e interiorizar la leyenda negra, en la cual España es el gran villano. El mito se fue arraigando con facilidad en Hispanoamérica una vez los criollos — españoles nacidos en América— iban ganando fuerza en las gestas de independencia.

En la actualidad, los líderes populistas e izquierdistas hispanoamericanos persuaden a la gente con la leyenda negra para que juzgue la historia mediante las tendencias ideológicas del siglo XXI: políticas identitarias y la farsa de la justicia social. Distorsionan la historia para atraer a las masas, dividiendo a la población entre buenos y malos. Utilizan estas tácticas para consagrar el poder político y poder perpetuarse en este.

En marzo de 2019, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, solicitó al rey de España que pida perdón por la conquista de México. Pero AMLO ignora que esta se pudo llevar a cabo gracias a la llamada Doña Marina, la indígena quien abrió las puertas de México a Hernán Cortés.

En septiembre de 2021, el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, en el marco de la conmemoración del 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena — decretada con ese nombre por Hugo Chávez en 2002— instó al rey de España a pedir perdón “por el genocidio de 300 años contra los pueblos originarios”.

Es inverosímil pensar que unos cuantos conquistadores, sin conocimiento del lugar, de la población y de la interrelación entre las diferentes comunidades indígenas, hayan podido hacerse con toda la extensión territorial sin alianzas previas con los mismos indígenas. 

Muchas tribus buscaron la protección de los españoles por la brutalidad de los imperios que dominaban previamente esos territorios.

España no solo conquistó el continente americano, sino que se asentó e integró, desplegando toda su cultura previa, la cual a su vez había heredado de Roma. Así cultivó un legado de mestizaje y sincretismo.

Las Leyes de Indias posibilitaron que todos los habitantes de los territorios españoles sean también súbditos de la monarquía. La ley incluía a los indígenas, a quienes se les otorgaba derechos frente a los abusos de los encomenderos.

Con esta reseña, no se intenta movilizar al público desde una leyenda negra hacía una leyenda rosa, desconociendo todo aquello que hoy podemos categorizar como atrocidades. Por supuesto que se cometieron errores y exabruptos de todo tipo, aquello formaba parte de la dinámica del poder.

La finalidad es proporcionar un poco de luz para combatir a la demagogia que habita entre las sombras y aproximarse a los hechos históricos de una manera más fehaciente. Y así, desterrar todas aquellas mentiras infundadas que impiden la comunión de las fragmentadas sociedades hispanoamericanas.

Como bien menciona el escritor y académico Marcelo Gullo en el documental: “quien conoce la historia construye el futuro”. Es ilógico ignorar el hecho de que España cambió el mundo. Es absurdo querer borrar todo lo bueno mientras sobredimensionamos todo lo malo. 

Avergonzarse de los hechos consumados y sumirse en el victimismo, no hace más que deteriorar el presente y sabotear el futuro.

Andrés Sebastián Díaz Ponce

Andrés Sebastián holds a bachelor’s degree in political science and international relations from the University of the Americas, Ecuador. He founded Libertario, a Spanish-speaking community that promotes the ideas of liberty in Latin America, and he collaborates with the Ecuadorian liberal think tank Libre Razón. Follow @asdp250.

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