Los criminales del Departamento de Estado no tienen dónde esconderse

El caso guatemalteco revela la instrumentalización de la justicia por parte de la alianza internacional de izquierdas

Todd Robinson fue embajador de Estados Unidos en Guatemala desde 2014 hasta 2017. (Flickr)

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El Departamento de Estado de Estados Unidos (DOS) está siendo expuesto por funcionarios guatemaltecos como criminal y de trabajar en contra de los intereses estadounidenses. El DOS está frenéticamente cubriendo sus huellas y protegiendo a sus aliados.

El nexo criminal del DOS involucra a funcionarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el presidente colombiano y fugitivos de Guatemala. Aunque estén unidos por su agenda socialista, los involucrados en este nexo criminal temen una posible división ya que sus crímenes se están volviendo cada vez más difíciles de ocultar.

Por qué le importa esto a Colombia

La pieza central de este nexo es Iván Velásquez, el actual ministro de defensa de Colombia que lideró la comisión anti impunidad de la ONU en Guatemala (CICIG). Él, junto con sus co-conspiradores, quienes tenían financiamiento de Estados Unidos y el apoyo del DOS, se enfrentan a cargos criminales como fue anunciado el 16 de enero. Estos incluyen: la obstrucción de la justicia, conspiración y abuso de su autoridad en el caso de Guatemala frente a Odebrecht.

El nexo también liga al exguerrillero y hoy presidente de Colombia, Gustavo Petro, porque él quiere a Velásquez a su lado para llevar a cabo su agenda socialista, que está uniendo más a Colombia y la dictadura chavista en Venezuela. Así, Petro dijo recientemente al Foro Económico Mundial que la humanidad debe superar al capitalismo.

La senadora colombiana María Fernanda Cabal dice: “Iván Velásquez es fundamental para la agenda de Petro de crear caos y socavar nuestras leyes y Constitución. Él ha estado debilitando nuestras fuerzas del orden y ayudando a Petro a ejecutar su plan de paz total, que dará impunidad a 22 grupos, incluyendo narcotraficantes como las FARC”.

Petro dijo a una unión de productores de coca que “pueden seguir cultivando coca hasta encontrar un sustituto que funcione”. Petro se llenó de discursos afectivos el 8 de enero para con Nicolás Maduro, quien tiene una recompensa proveniente de Estados Unidos de $15 millones por narcotráfico, algo de lo que su régimen depende.

El Departamento de Estado proyecta su criminalidad

El fiscal, Rafael Curruchiche, ha explicado que aquellos acusados en el caso Odebrecht conspiraron para liberar a funcionarios de Odebrecht de la demanda de Guatemala a la compañía por $384 millones. La justicia guatemalteca en 2022, sin embargo, determinó que la liberación era ilegal y la anuló.

Velásquez, aparentemente, ha conspirado con cinco personas, incluyendo a dos exfiscales vinculados fuertemente con el DOS. El órgano estadounidense ha elogiado públicamente y premiado formalmente a estos dos individuos porque eran agentes del DOS llevando a cabo una agenda socialista.

El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, tuiteó su posición en contra de “las órdenes de captura contra individuos que han trabajado para asegurar la rendición de cuentas de la corrupción en Guatemala en el caso Odebrecht”. La observación de Nichols es que las órdenes están motivadas políticamente —el burro hablando de orejas—. Curruchiche ha brindado evidencia, incluyendo las copias de comunicados de los acusados.

Petro inmediatamente respondió: “Jamás aceptaré la orden de captura de nuestro ministro Velasquez. Demostró luchar contra la corrupción y no permitiremos que la corrupción lo persiga. Nuestro embajador se llama inmediatamente a consulta”. Petro perdió el hilo y, de paso, llamó a Guatemala genocida.

El presidente guatemalteco Alejandro Giammattei respondió: “Voy a dejar que el presidente Petro siga cometiendo el error de un guerrillero, pero que es poco político”.

Petro también dijo: “La investigación contra Iván Velásquez es perversa”. Petro citó a las sanciones del DOS contra Curruchiche por “obstruir investigaciones contra la corrupción… y brindar declaraciones espurias contra fiscales, abogados privados y exfiscales de la CICIG”.

Cómo la CICIG y la Embajada estadounidense voltearon la “antimpunidad”

Velásquez fue comisionado de la pervertida CICIG desde 2014 hasta 2019 y Todd Robinson fue embajador de Estados Unidos en Guatemala desde 2014 hasta 2017. Robinson lideró Guatemala como un procónsul y utilizó a la CICIG para perseguir a sus adversarios políticos y proteger a sus aliados sin importar la ley. Ninguno de los dos quiere que el mundo revise sus acciones en Guatemala.

Cuando se le cuestionó sobre violar leyes internacionales, Robinson célebremente declaró a la prensa en 2016: “La soberanía viene al último”. Después de que Robinson intimidó al Congreso guatemalteco para que nombren a su opción para el magistrado de la Corte de Constitucionalidad, el presidente del Congreso fue grabado diciendo que el embajador estadounidense le dio órdenes directas.

La CICIG rutinariamente violó la ley, como fue documentado en un reporte detallado de la oenegé Asociación Liga Pro-Patria. La CICIG se volvió lo que intentaba destruir: un grupo de seguridad por encima de la ley que violó los derechos fundamentales de los guatemaltecos.

La Comisión Helsinki de Estados Unidos confirmó esto cuando expuso la colusión de la CICIG con los esbirros del dictador ruso Vladimir Putin en la persecución contra la familia Bitkov en Guatemala. Incluso la ONU escondió la criminalidad de la CICIG. El secretario general António Guterres violó la ley internacional al abstenerse de designar un nuevo comisionado, aunque Velásquez estaba excluido de Guatemala.

El bosque tapa el árbol

El portavoz de Guterres dio una declaración hipócrita el 18 de enero que condenaba la acción legal de Guatemala, aún así esté justificada con evidencia clara. Petro citó el comunicado y repitió la perspectiva de que Velásquez tenía inmunidad diplomática. En otras palabras, ellos no pueden refutar la culpabilidad de Velásquez y sus conspiradores apoyados por el DOS.

Respecto a la inmunidad diplomática, el exprofesor guatemalteco de ley constitucional José Luis González clarifica el porqué esta no aplica: “El acuerdo y la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas establece que la inmunidad diplomática solamente aplica al accionar oficial, mas no al accionar personal. Las acusaciones contra Velásquez sobre el caso de Odebrecht están claramente fuera de ser actividades oficiales de la CICIG, lo que sujeta a Velásquez al procesamiento judicial”.

El DOS, Petro y Guterres están desesperados para abolir el proceso judicial en contra de Velásquez porque están exponiendo sus crímenes y están impidiendo la propagación de sus agendas totalitarias al mero estilo chavista. Robinson es subsecretario de Estado de Antinarcóticos y Procuración de la Justicia, pero es inseparable de Velásquez, un amigo de los narcos colombianos y venezolanos. Esto hace de Robinson alguien no calificado para esa posición. Así, el caso de Odebrecht lleva a cómo conspiró con Velásquez para imponer el socialismo en Guatemala.

Steven Hecht

Editor at Large Steve Hecht is a businessman, writer, and film producer, born and raised in New York. He has lived and worked in Guatemala since 1972. He holds a Bachelor of Arts in Economics and a Master of Business Administration in Banking and Finance, both from Columbia University. He has worked on development projects in Guatemala to help the country leave its underdeveloped state and reach its great potential. Realizing the misconceptions prevalent about Guatemala and Latin America in the outside world, he has written for the Washington Times, Daily Caller, Fox News, Epoch Times, BizPac Review, Washington Examiner, Frontpage Mag, New English Review, PanAm Post, and PJ Media. He has appeared as a guest on national American media networks and programs, including the One America News, Newsmax, and The Lars Larson Show. Steve’s reporting has included meeting with coyotes, the human smugglers who have ferried millions of illegal immigrants into the United States via Guatemala’s 595-mile border with Mexico.

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