El 15 de octubre de 2023, el empresario y excongresista de 35 años, Daniel Noboa, ganó las elecciones presidenciales y se convirtió en el segundo presidente electo más joven en la historia de Ecuador. Junto a su movimiento, ADN, obtuvo el 52% de los votos, superando a la candidata correísta Luisa González. Con su victoria, Noboa ha evitado, al menos hasta 2025, el regreso del totalitario socialismo del siglo XXI. Sin embargo, se enfrentará a dos desafíos importantes: (1) la crisis de inseguridad más profunda en la historia del país y (2) un débil crecimiento económico. Este último también significa que tendrá que luchar para pagar las abultadas deudas del Estado.
Hoy hemos hecho historia, las familias ecuatorianas eligieron el Nuevo Ecuador, eligieron un país con seguridad y empleo.
Vamos por un país de realidades donde las promesas no se queden en campaña y la corrupción se castigue
Gracias Ecuador 🇪🇨💪🏼#SinCorrupcion#SinSobreprecio… pic.twitter.com/Ilmx6Iln0v
— Daniel Noboa Azin (@DanielNoboaOk) October 16, 2023
Mientras que su padre, Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos de Ecuador, se postuló cinco veces para la presidencia y perdió en todas las ocasiones, Daniel ganó en su primer intento. Durante su campaña, Daniel Noboa conectó con el electorado a pesar de no ser elocuente en el debate presidencial de segunda vuelta contra González.
El Consejo Nacional Electoral aún no ha fijado una fecha oficial para su investidura, ya que esta fue una elección extraordinaria. Sin embargo, se espera que sea entre el 11 y el 20 de diciembre. Luego estará en el cargo hasta el 24 de mayo de 2025. Si Noboa quiere ser reelecto, tendrá que negociar con otros actores políticos, como partidos de oposición, sindicatos y activistas, de esta forma podría alcanzar la tan ansiada gobernabilidad.
Por ejemplo, Leonidas Iza, líder de la organización indígena CONAIE, ha amenazado al nuevo gobierno con revueltas si este no cumple con 15 demandas de su agenda política. Además, Iza dijo que combatiría cualquier intento de implementar “políticas neoliberales”.
La CONAIE dirigida por Leonidas Iza, condiciona al presidente electo Daniel Noboa. La organización advierte con responder si se toman “medidas neoliberales”.
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— Ecuavisa (@ecuavisa) October 21, 2023
Esto es un desafío que resultó insuperable para la administración de Guillermo Lasso. En la Asamblea Nacional, el movimiento ADN solo cuenta con 14 de los 137 escaños, mientras que el correísmo tiene 52.
Atrapados en una espiral de violencia
En comparación con sus vecinos, Colombia, Venezuela y Perú, Ecuador ya no es un oasis de paz en la región. La espiral de violencia se agudizó en 2021 cuando las bandas criminales comenzaron a pelear por las rutas del narcotráfico para vender drogas a nivel internacional. En 2020, la tasa de homicidios de Ecuador fue de ocho por cada 100,000 habitantes. En 2023, la tasa se ha cuadruplicado a más de 35. Si la tendencia continúa, la tasa de homicidios de Ecuador llegará a 43 al final del año. Para ponerlo en perspectiva, en 2022 Honduras y Venezuela tuvieron las tasas de homicidio más altas de la región, con 36 y 40, respectivamente.
Bajo la administración actual, se evidenció que el Estado ha perdido la autoridad sobre las cárceles del país, estas se han convertido en los centros logísticos de las bandas criminales vinculadas a cárteles colombianos y mexicanos. Fernando Carrión, profesor ecuatoriano de ciencias políticas explica: “Los prisioneros son clasificados [en las cárceles] según su afinidad con una organización criminal en lugar de los delitos que han cometido”. En otras palabras, las bandas gestionan la operatividad interna de las cárceles, desafiando a las supuestas autoridades.
Dentro de los centros penitenciarios han sido masacradas alrededor de 500 personas en los recurrentes amotinamientos. Por ejemplo, en la semana previa a la segunda vuelta, seis implicados en el sicariato a Fernando Villavicencio fueron asesinados en la Penitenciaría del Litoral.
Las fronteras —con Colombia al norte y Perú al sur— se han convertido en verdaderos coladeros del tráfico de armas y drogas. Renato Rivera, coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), señala que el 70% de las incautaciones de droga por parte de la policía se dan en los puertos marítimos, esto quiere decir que los criminales transitan libremente la droga por todo el país antes de enviarla al exterior.
El Estado ha fracasado en la lucha contra las organizaciones criminales durante más de una década y ha manchado su legitimidad. Rafael Correa utilizó la agencia de inteligencia Senain para perseguir a sus adversarios políticos en lugar de estudiar grupos criminales. Por ejemplo, las autoridades de la institución llevaron a cabo el secuestro del disidente Fernando Balda cuando se encontraba en Bogotá, Colombia. Las autoridades ecuatorianas liberaron a Balda de la prisión ecuatoriana dos años después de su captura en 2014. En 2020, el Tribunal Nacional de Justicia condenó al exsecretario de Inteligencia, Pablo Romero, a nueve años de prisión por aquel secuestro.
Según el artículo 483 del Código Penal, la agencia de inteligencia no puede utilizar agentes encubiertos o realizar compras controladas de drogas sin autorización de la Fiscalía, lo que obliga a la institución a reaccionar en lugar de prevenir las operaciones criminales. En su plataforma de campaña, Noboa ofreció desarrollar el “Plan de Seguridad Fénix”, en el que mencionó la creación de una nueva agencia de inteligencia. Sin embargo, no proporcionó más detalles sobre la propuesta, su implementación o financiamiento.
Cambiar esta realidad en tan solo 17 meses es, sin duda, una tarea titánica, sin embargo, el gobierno de Noboa puede dar pasos importantes para devolverle la paz a los ecuatorianos. Por ejemplo, puede recuperar el control del Estado sobre las prisiones y las fronteras sin necesidad de un consenso en la Asamblea. Esto simplemente implica hacer cumplir las leyes que ya existen, aunque eso es más fácil decirlo que hacerlo.
Además, la administración puede depurar a su personal y deshacerse de los funcionarios que tengan algún vínculo con las bandas criminales. En una visita realizada en 2021, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos identificó complicidad entre las autoridades de las prisiones y las bandas criminales en las cárceles ecuatorianas.
Asimismo, la administración de Noboa debe garantizar la seguridad de jueces y fiscales. Esto evitará que los criminales manipulen la justicia amenazando a las autoridades del sistema de justicia a cambio de su liberación o de penas más leves. Además, Noboa puede fortalecer la cooperación en inteligencia y aplicación de la ley con los Estados Unidos.
Las políticas de seguridad eficientes son el primer paso para abordar la crisis económica. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo de 2018, la inseguridad impide a Ecuador producir un 3% adicional de crecimiento del PIB cada año.
Una economía que no arranca
La llegada de Noboa al palacio de Carondelet ha sido bien recibida por los mercados internacionales, los bonos ecuatorianos subieron alrededor de 2 centavos tras conocerse los resultados. Esto en relación a un valor de mercado de alrededor de 50 centavos y un valor nominal de un dólar. Sin embargo, los mercados también son conscientes de que el gobierno de Noboa probablemente será de transición. La administración no podrá aprobar reformas sustanciales que promuevan la inversión y la creación de empleo. Esto es crítico ya que siete de cada 10 ecuatorianos trabajan en el sector informal de la economía.
Según la campaña de ADN, la administración de Noboa fortalecerá la dolarización a través de la disciplina fiscal y el aumento de las reservas internacionales. Para evitar el despilfarro de recursos públicos, han propuesto implementar el “presupuesto base cero”. Queda por verse si esto se llevará a cabo o fue mera retórica de campaña.
No obstante, Noboa dijo —al igual que la candidata correísta— que podría utilizar $1.500 millones de las reservas internacionales para hacer frente a los estragos ocasionados por el fenómeno de El Niño, que está previsto que provoque un aumento significativo de las lluvias en la costa ecuatoriana. Tras esta declaración, según el Banco Central, el índice de riesgo país aumentó en 66 puntos. Esto significa un aumento del 0.66% en la prima de riesgo, demostrando la fragilidad financiera del Ecuador.
Hasta el momento, no se conoce al equipo económico que acompañará a Noboa, lo que suma mayor incertidumbre. El nuevo gobierno tendrá que lidiar con un déficit fiscal que podría llegar al 4% del PIB, un fenómeno del niño que promete ser especialmente virulento, la falta de oportunidades laborales y un riesgo país que supera los 1.800 puntos. Esto significa una prima de riesgo en la deuda soberana del 18%, lo cual es lapidario para cualquier gasto deficitario.
En definitiva, los desafíos que se le presentan a Noboa son inmensos y el tiempo juega en su contra. Dependerá de su astucia y voluntad política para llevar a cabo su plan de gobierno y cumplir con su promesa de devolver la paz a los ecuatorianos. Si busca ser reelecto en 2025, tendrá que evitar seguir los fatídicos pasos del gobierno de Lasso o sufrirá el mismo destino.
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