Desde 1960, Guatemala ha sido un firme aliado de Taiwán, oficialmente conocida como República de China. El país centroamericano ha reconocido durante décadas a Taiwán como Estado soberano y manteniendo sólidas relaciones diplomáticas.
No obstante, esta histórica fraternidad peligra con la llegada del izquierdista Bernardo Arévalo a la presidencia, quien seducido por las dádivas que el Partido Comunista Chino (PCCh) ofrece a cambio de reconocimiento, podría dar la espalda y condenar al ostracismo a la China libre.
Conversé con Joseph Wu, Ministro de Asuntos Exteriores de la República de China (Taiwán).
Estamos listos para comenzar una nueva etapa para Guatemala mañana.
🇬🇹🤝🇹🇼 pic.twitter.com/SJvlNhpPqh
— Bernardo Arévalo (@BArevalodeLeon) January 13, 2024
Basándose en la narrativa de “una sola China”, la dictadura de Xi Jinping se ha empeñado en buscar la ruptura de cualquier lazo de legitimidad diplomática que exista hacia Taiwán. Por ejemplo, en 2021, siguiendo órdenes del PCCh, la dictadura nicaragüense rompió relaciones con Taiwán, y en 2023 gestionó su expulsión como observador internacional en el Parlamento Centroamericano. La República Popular China ocupó su lugar.
Como profundo golpe a la hegemonía estadounidense y a cualquier atisbo de la Doctrina Monroe, el PCCh pretende ahora conquistar Guatemala.
El voraz apetito chino por Centroamérica
En menos de una década, China se ha convertido en un socio comercial dominante para Centroamérica. Desde 2017, los países de la región han seguido el ejemplo de Costa Rica y han caído como fichas de dominó: Panamá, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Honduras han sucumbido ante Beijing, abandonando los lazos con Taipéi y ampliando las relaciones comerciales con la dictadura china.
En la actualidad, solo 12 países en todo el mundo reconocen a Taiwán como Estado soberano. Guatemala es el más relevante por el tamaño de su economía y población.
Arévalo se ha comprometido a mantener y mejorar las relaciones diplomáticas con Taiwán. Sin embargo, al mismo tiempo ha mostrado interés en ampliar las relaciones comerciales con China continental. Arévalo desconoce, o simplemente ignora, que el PCCh utiliza estas relaciones comerciales como instrumento político.
La organización civil taiwanesa Doublethink Lab ha publicado el China Index para explicar cómo influye el PCCh en otros países en distintos sectores, como la economía, la política, el ejército, las telecomunicaciones o la tecnología. Los autores recopilaron información de 82 países, entre ellos Panamá, Costa Rica y Nicaragua. Los países centroamericanos ocuparon los puestos 23, 39 y 76, respectivamente. En otras palabras, Panamá es el país más comprometido con el PCCh de las tres naciones centroamericanas en el ranking.
En Panamá, el PCCh ha financiado a medios de comunicación, think tanks y políticos a cambio de difundir su propaganda política entre la opinión pública. Algunos políticos, como Julio Yao Villalaz, han llegado a negar las sistemáticas violaciones de los derechos humanos en China. En 2018, Panamá fue el primer país de América en unirse al megaproyecto de la Nueva Ruta de la Seda, la iniciativa insignia del PCCh para expandir su influencia geopolítica a través del desarrollo de infraestructura. Desde entonces, el comercio de Panamá con China se ha disparado, y China se ha convertido en el mayor destino de las exportaciones panameñas.
Con ello, también ha aumentado la influencia china en las telecomunicaciones y el Canal de Panamá. Por ejemplo, el gobierno panameño ha adjudicado la construcción del Cuarto Puente sobre el canal a un consorcio chino. Además, empresas chinas son ya propietarias de dos de los cinco puertos adyacentes al canal.
El creciente autoritarismo en El Salvador y Honduras, junto con la consolidación de la dictadura en Nicaragua, ha provocado tensiones entre estos países y Estados Unidos, su mayor socio comercial. Por lo tanto, los lazos chinos ofrecen una válvula de escape contra cualquier presión de Washington D.C. Mientras El Salvador y Honduras han iniciado negociaciones para un tratado de libre comercio (TLC) con el gigante asiático, un TLC entre Nicaragua y China entró en vigor el 1 de enero de 2024.
Costa Rica estrechó relaciones comerciales y diplomáticas con China en 2007, mucho antes que sus países vecinos. Como resultado, Costa Rica es ahora la nación centroamericana con la mayor deuda con China. En marzo de 2023, la deuda declarada ascendía a $435 millones.
Quien alguna vez fue un aliado leal y estratégico de EE.UU.
A pesar de no contar con el reconocimiento oficial de Guatemala, China ya es uno de sus mayores socios comerciales. En 2022, fue el segundo país que más exportó a Guatemala. La falta de reconocimiento oficial no ha impedido a Guatemala comerciar con China, pero sí frena al PCCh inmiscuirse en la política guatemalteca.
Guatemala es un punto neurálgico en el continente americano y un país estratégico para Washington, debido a su ubicación en la frontera entre Centroamérica y Norteamérica. Según la Organización Internacional para las Migraciones, en 2023 más de 400.000 personas de múltiples nacionalidades cruzaron ilegalmente la frontera entre Guatemala y México con destino hacia los Estados Unidos.
Permitir que el PCCh tome el control de Guatemala sería como ofrecerle un daga afilada a China y esperar que no la utilice contra Estados Unidos. Los hechos demuestran lo contrario. En 2023, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a empresas chinas por suministrar precursores químicos a los cárteles mexicanos que producen fentanilo comercializado en Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que al menos 110.000 ciudadanos estadounidenses han muerto por sobredosis de fentanilo.
China tiene un largo historial de desplegar capitales corrosivos en la región y financiar proyectos faraónicos con una agenda política bajo el brazo, como la reciente construcción de la nueva Biblioteca o el futuro Estadio Nacional en El Salvador. Aunque Taiwán ha sido recíproco y ha proporcionado a Guatemala ayuda financiera y técnica, la pequeña nación de 24 millones de habitantes no puede rivalizar con la enorme chequera del PCCh.
Arévalo ha argumentado que Guatemala “no puede ignorar el peso y el poder que representa China“, por lo que contempla la creación de una oficina de comercio bilateral. El portavoz del PCCh, Wang Wenbin, sin embargo, ha afirmado con firmeza que el principio de “una sola China” es la base de cualquier cooperación. Espera que Arévalo “tome la decisión correcta lo antes posible”. Leyendo entre líneas: Guatemala sucumbiría a la diplomacia del dólar, pagada con yuanes.
Guatemala ha podido comerciar con China sin traicionar los fuertes lazos con Taiwán y Estados Unidos. No obstante, China quizá vea en Arévalo un caballo de Troya para penetrar en el país y romper estos lazos. Sus afinidades socialistas también sugieren que está más que dispuesto a promover los intereses de los autócratas que los principios occidentales.
Tras la violenta toma de Hong Kong en 2020, la invasión a gran escala de Taiwán está cada vez más cerca. Según el comandante de la Fuerza Indo-Pacífica de Estados Unidos, John Aquilino, China estará lista para invadir la isla en 2027. Eso sería mortal para la hegemonía de la Pax Americana y caótico para el comercio internacional. El estrecho de Taiwán alberga la ruta marítima más transitada e influyente del mundo, y la isla aporta el 63% de la producción mundial de semiconductores.
La pérdida de aliados de Taiwán a manos de China es una derrota icónica para la política exterior estadounidense, sobre todo cuando se produce en su propio patio trasero. Si bien Estados Unidos reconoce oficialmente a la China comunista, la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979 ha garantizado un marco legal para comerciar e incluso suministrar armas a la isla, a pesar de la inconformidad del PCCh. El menguante apoyo internacional a Taiwán debilita la capacidad de Estados Unidos para mantener esta incómoda incoherencia.
Reconocer a Taiwán como nación soberana es una cuestión de principios republicanos y democráticos, algo de lo que Guatemala puede estar orgullosa a nivel internacional. Por otro lado, acorralar a Taiwán y despojarle de cualquier reconocimiento diplomático es un paso crucial para Beijing en una eventual anexión de la isla. La postura de Guatemala, si se mantiene, podría servir de baluarte contra la expansión del PCCh.
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