El modo en el que el régimen de Joe Biden ha elevado al presidente guatemalteco Bernardo Arévalo a estatus estelar es una muestra icónica de su corrupción, engaño y desprecio por los estadounidenses. Quienes se lamentan del ambiente tóxico del Congreso y promueven el bipartidismo han fallado en reconocer los ataques del régimen a nuestras instituciones y cultura.
Todo congresista republicano que se hace de la vista gorda fortalece al régimen y debilita los esfuerzos para restaurar los valores americanos y la libertad. No hay lugar para una causa común ni para el bipartidismo con el actual Partido Demócrata. Los ataques del régimen al excepcionalismo estadounidense incluyen la censura, la politización de la justicia, y el tácito respaldo a Antifa, Black Lives Matter y otros actores violentos. Más evidente y atroz es cómo el régimen ha fracasado en aplicar la ley, ocasionando fronteras abiertas, caos y crimen.
El predecesor de Arévalo, Alejandro Giammattei, explicó que los funcionarios de Biden obstaculizaron cada paso en torno a la lucha contra la migración ilegal. Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional de EE. UU., estuvo en Guatemala el 21 de marzo; Kamala Harris y Biden recibieron a Arévalo en la Casa Blanca el 25 de marzo. Todos prescribieron que Arévalo, quien asumió el cargo el 14 de enero, sería la cura para la migración “irregular”.
El régimen apoya a Arévalo porque es su títere, puesto en el cargo con un fraude electoral liderado por el Departamento de Estado (DOS). Una asociación cívica guatemalteca informó que “los funcionarios de Arévalo ya han cometido crímenes en sus primeros 72 días de Gobierno. Al ignorar los procedimientos gubernamentales, ellos siguen las órdenes estadounidenses”.
El régimen, con sus serviles oenegés, medios, organizaciones internacionales, DOS y Arévalo, ha acusado a la Fiscal General Consuelo Porras de investigar ilegalmente el fraude cometido por el Partido Semilla, de Arévalo, en su registro y las elecciones. Porras fue obligada por ley a responder denuncias recibidas con respecto a los dos asuntos.
El Ministerio Público, a cargo de Porras, identificó que más de 8.000 formularios de afiliación a Semilla eran fraudulentos y cerca de 2 millones de votos registrados en la primera vuelta –35% del total– no tenían sustento legal. Un juez autorizó los allanamientos que dieron con la evidencia.
El Ministerio Público también descubrió que la autoridad electoral había cargado votos al sistema electrónico desde temprano, durante la jornada electoral, antes de que se cierren los comicios. Ignorando esta evidencia pública, Harris declaró: “Estados Unidos, orgullosamente, está contigo, señor Presidente, luego de unas elecciones libres y justas y una dura transición”.
Durante el periodo entre la elección del 25 de junio y la toma de posesión, el régimen de Biden y sus aliados acusaron falsamente a la Fiscal General Porras de cometer actos criminales para mantener a Arévalo fuera del poder. Sin ser capaces de ahuyentar a Porras o forzar su renuncia, grupos locales alineados con el DOS bloquearon las oficinas y calles del Ministerio Público y vandalizaron su casa. El DOS y la Casa Blanca las catalogaron como protestas pacíficas y lograron intimidar a Guatemala lo suficiente para que no aplicara la ley, lo que hubiese prevenido que Arévalo asuma el poder.
Mayorkas mencionó: “Estados Unidos respalda al presidente Arévalo y a su lucha por la democracia, en contra de las fuerzas de la corrupción y a favor del pueblo de Guatemala. Estamos inspirados y agradecidos por su liderazgo”. Harris se dirigió a Arévalo: “Tu elección ha brindado un sentimiento de optimismo a la gente de América y el mundo entero’. Biden conversó con Arévalo sobre “buena gobernanza, administración efectiva de la migración, [y] la importancia de defender la democracia”.
El 29 de septiembre, el entonces presidente elegido Arévalo publicó su entusiasmo por asistir a la Cumbre del Grupo de Puebla y representar a los guatemaltecos. El Grupo de Puebla fue fundado en 2020 por los llamados progresistas. En su reunión de 2023, la vicepresidenta venezolana Delcy Rodriguez encomendó al grupo confrontar las sanciones estadounidenses en contra de Venezuela. El grupo explícitamente respaldó a Arévalo puesto que “él y su partido enfrentaban los esfuerzos para ‘sabotear’ la transición del poder”.
Las declaraciones de Mayorkas, Harris y Biden sobre Arévalo son mentiras Orwellianas. La imposición de Arévalo en Guatemala por parte del régimen de Biden facilita el tránsito de migrantes ilegales, drogas y armas hacia Estados Unidos. De acuerdo con el grupo cívico guatemalteco antes referido, el régimen instaló ilegalmente a Arévalo para habilitar estos mercados ilícitos.
La política exterior del régimen de Biden es apoyar a los enemigos de Estados Unidos y debilitar a sus aliados. Pese a ser menos evidente, la política exterior nos afecta igual o quizá más que el asalto interno del régimen a nuestras libertades.
Los comités de Control, Asuntos Judiciales y Medios y Árbitros del Congreso han estado investigando y exponiendo la corrupción y la instrumentalización del gobierno por parte del régimen de Biden. El presidente del Comité de Control James Comer dijo el 20 de agosto: “Estamos enfrentando una obstrucción como nunca antes había ocurrido en la historia de las investigaciones legislativas. No solo hemos sido obstaculizados por el equipo legal de Biden, sino también por el Departamento de Justicia, el FBI, el Servicio Secreto, el Servicio de Rentas Internas, y los demócratas de este Comité.”
Al inicio del Congreso número 118, 146 demócratas votaron para crear un comité selecto sobre la China Comunista y 109 demócratas denunciaron “los horrores del socialismo”. Pese a las apariencias, estos demócratas no estaban actuando de forma bipartidista. Ellos no percibieron que la política nacional del régimen de Biden es socialismo y que su política exterior es favorecer a China.
Las acciones que Comer describió hacen del bipartidismo con los demócratas una trampa. Para los republicanos, el bipartidismo ahora sería rendirse y facilitar al régimen de Biden la destrucción de nuestra República constitucional.
Los republicanos tienen una mayoría marginal en el Congreso y deben dar lo mejor de ellos para mantenerla y ser un contrapeso para el gobierno federal. Sin embargo, ellos deben transmitir que la elección del 5 de noviembre será por la libertad y la prosperidad con una nueva administración, o por la tiranía y la destrucción, bajo el régimen actual.
Join us in our mission to foster positive relations between the United States and Latin America through independent journalism.
As we improve our quality and deepen our coverage, we wish to make the Impunity Observer financially sustainable and reader-oriented. In return, we ask that you show your support in the form of subscriptions.
Non-subscribers can read up to six articles per month. Subscribe here.