La manera en que miembros y simpatizantes del Partido Demócrata señalan colusión donde no la hay e ignoran donde sí existe está socavando la democracia y el imperio de la ley.
Estos globalistas también están promoviendo la anomia en Guatemala con el dinero de los contribuyentes de Estados Unidos. Mientras, ocultan la colusión entre Rusia y la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de las Naciones Unidas.
En dos años no ha aparecido ninguna prueba de que el presidente Donald Trump ilegalmente conspiró con Rusia. Sin embargo, sí han surgido convincentes evidencias del abuso de poder del Gobierno Obama durante y luego de las elecciones de 2016. De todas formas, congresistas demócratas están redoblando esfuerzos para probar lo anterior y detener investigaciones sobre lo último.
El caso Bitkov bajo la lupa
El 27 de abril la Comisión Helsinki de la Cámara de Representantes de EE. UU. celebró una audiencia sobre la persecución de los Bitkov, una familia rusa en Guatemala, por parte de la CICIG a pedido de los amigotes de Vladimir Putin. Luego de que el Gobierno ruso obligara a los Bitkov a abandonar su negocio, ellos huyeron. La empresa Cutino International ayudó a Igor Bitkov y a su familia a obtener nuevas identidades en Guatemala a cambio de $150.000.
En 2015 la CICIG los hizo arrestar y los sometió a tratos brutales por utilizar documentos falsos. Igor Bitkov fue encarcelado por tres años mientras aguardaba juicio. VTB Bank, propiedad del Estado ruso y dirigido por un esbirro de Putin sancionado por EE. UU., era querellante adhesivo.
La CICIG, en alianza con el Departamento de Estado, tiene influencia sobre la mayoría de la Corte de Constitucionalidad (CC) de Guatemala. El exembajador estadounidense Todd Robinson colocó en dicha corte a aliados serviles.
Dos días antes de la audiencia de la Comisión Helsinki el 27 de abril, la CC confirmó la decisión de una corte de apelación que decía que la Convención de Palermo se aplica a los Bitkov. Esto los absolvía efectivamente de los cargos y daba por terminado el caso.
Alfonso Carrillo, un abogado guatemalteco que trabaja de cerca con la CICIG, pidió a Bill Browder, inversionista y defensor de los Bitkov, que la audiencia de la Comisión Helsinki sea cancelada. Browder fue víctima de la persecución de Putin, incluyendo el asesinato de su abogado, y el principal promotor de la Ley Magnitsky de 2012.
Las revelaciones durante la audiencia llevaron al senador republicano Marco Rubio a congelar algunos de los fondos de EE. UU. para la CICIG. Sin embargo, el senador republicano Bob Corker, un férreo opositor de Trump, luego liberó los fondos, ayudando así a la CICIG y a Rusia.
En marzo, el Wall Street Journal empezó a exponer la corrupción de la CICIG en el caso Bitkov. Cuatro organizaciones civiles guatemaltecas también publicaron un informe detallando la historia, acciones e inacciones de la CICIG. Dicha comisión ha coaccionado a congresistas guatemaltecos a votar por sus intereses, ha fabricado testimonios falsos contra sus objetivos políticos y ha obligado a las cortes a emitir fallos ilegales. El senador republicano Roger Wicker dio una precisa y mordaz evaluación de la CICIG en el Congreso de EE. UU.
En una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el congresista republicano Chris Smith afirmó que hubo colusión rusa con la CICIG contra los Bitkov. No obstante, el diplomático Kenneth Merten del Departamento de Estado testificó que no están al tanto de evidencia alguna para respaldar la afirmación de Smith.
Apoyo a la CICIG en Guatemala
La alianza globalista hizo que la CC emitiera una orden para liberar a los Bitkov para evitar mala prensa sobre la CICIG. Luego de la audiencia de la Comisión Helsinki, una juez de menor rango abiertamente desobedeció el fallo de la CC y ordenó un nuevo juicio para los Bitkov por los mismos cargos relacionados a los documentos falsos. La CC se contradijo abiertamente al aceptar el actuar de la juez.
El Wall Street Journal, Browder y Bitkov especulaban que el poder de Rusia sobre la CICIG era tan grande que la comisión de la ONU no podía permitir que la familia quede en libertad, como debía ser por ley. Rubio y Smith están presionando a la alianza globalista para que desista de sus esfuerzos en contra de los Bitkov.
La alianza globalista empleó todos los medios para mantener el poder ilegítimo de la CICIG sobre Guatemala. Una de las muchas declaraciones y cartas fue firmada por 23 senadores y congresistas demócratas que alabaron la CICIG ante el secretario de Estado Mike Pompeo por combatir la corrupción y la impunidad, pese a la evidencia contraria.
El 4 de septiembre el Gobierno de Guatemala, siguiendo el derecho internacional, notificó a la ONU que el comisionado de la CICIG Iván Velásquez era inaceptable y no sería admitido al regresar a Guatemala. El presidente Jimmy Morales solicitó un nuevo comisionado.
El 6 de septiembre, Eliot Engel, congresista demócrata del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, elogió a Velásquez y se reunió personalmente con él. Judicial Watch informó que “como abogado en Colombia, Velásquez se alineó con las FARC, la violenta guerrilla marxista.” La congresista demócrata Norma Torres también viajó a Guatemala y, junto al embajador estadounidense Luis Arreaga, se reunió con altos funcionarios gubernamentales y apoyó a la CICIG.
En el nuevo juicio contra los Bitkov la corte rechazó evidencia de la defensa que mostraba la complicidad de Cutino International y el exoficial de inmigración que firmó los documentos de los Bitkov. Si la CICIG se adhiriera a su mandato y a la ley, iría tras la estructura criminal que aceptó el dinero de los Bitkov y les proveyó los documentos.
Bitkov fue condenado el 28 de diciembre, sentenciado a pasar siete años en prisión y a ser deportado a Rusia. Su condena puede atribuirse directamente al apoyo de demócratas a la CICIG y a la corte cooptada. Si Bitkov es deportado a Rusia, podrían además llegar a tener sangre en sus manos.
Un mensaje intimidatorio
Demócratas y globalistas del Departamento de Estado han enviado el mensaje a los guatemaltecos de que la CICIG es intocable, capaz de violar la ley a su antojo y castigar a cualquiera que se interponga en su camino. Esto se suma a los esfuerzos de la CICIG de robarse las elecciones presidenciales de 2019, lo cual dañaría incluso más a Guatemala y a EE. UU.
El apoyo de los demócratas a la CICIG y al fiscal especial Robert Mueller tiene la misma estrategia. Perseguir a los enemigos y proteger a los aliados a toda costa, mientras los propagandistas promueven a estos últimos como puros y luchadores contra la corrupción. La diferencia está en que la CICIG tiene mayor margen de acción, puesto que Guatemala nunca ha tenido un verdadero imperio de la ley.
Estados Unidos se convertirá en Guatemala si continúa en este camino.
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