El 30 de septiembre, una nueva caravana migrante partió desde San Pedro Sula, Honduras, hacia Estados Unidos a través de Guatemala y México. Esta es la primera caravana desde que la pandemia del COVID-19 llegó a Centroamérica en marzo de 2020, forzando el cierre de todas las economías y fronteras.
Los migrantes, sin embargo, no llegaron a su destino. Para prevenir una nueva crisis sanitaria y cumplir el acuerdo de asilo con Estados Unidos, el gobierno de Guatemala detuvo y desmanteló la caravana. Más de la mitad de sus integrantes regresaron a casa.
Esquema
- ¿Cómo se organizó la última caravana y quiénes la integraban?
- ¿Por qué Guatemala detuvo la caravana?
- ¿Cuál fue el fundamento legal del gobierno para detenerla?
- ¿Cómo reaccionó la comunidad internacional ante la respuesta de Guatemala?
¿Cómo se organizó la última caravana y quiénes la integraban?
Los organizadores utilizaron Facebook y WhatsApp para convocar a la caravana, cuya salida estaba programada para la mañana del 1 de octubre. Sin embargo, la caravana inició su marcha hacia Guatemala la noche anterior.
Un tema controversial es si estas caravanas reciben financiamiento de fuentes externas. En su investigación, Guadalupe Correa-Cabrera, profesora asociada de la Universidad George Mason, identificó influencia externa en olas migratorias previas. “No son simples movilizaciones orgánicas,” dijo al medio digital latinoamericano Infobae.
Ella explica que todas las caravanas que ha examinado comparten un origen común: condiciones reales de pobreza e inseguridad que empujan a los migrantes a explorar todos los medios para llegar a Estados Unidos, y actores externos proveen mecanismos de movilización masiva.
El 4 de octubre, el presidente de Guatemala Alejandro Giammattei dijo que alrededor de 3,500 personas —en su mayoría hondureños— se unieron a la caravana y que oficiales de Policía lograron repatriar a 3,384 de ellos.
No obstante, el gobierno hondureño publicó cifras diferentes. Nelly Jerez, viceministra de Relaciones Internacionales de Honduras, informó que alrededor de 1,250 personas abandonaron el país con la caravana y que 1,043 regresaron.
La mayoría de la caravana estaba conformada por hombres, pero familias enteras también se unieron a la aventura. De acuerdo con Jerez, ellos utilizan a los niños como pasaportes humanos con la esperanza de recibir trato especial por parte de las autoridades de migración.
Giammattei también mencionó que la caravana había colocado a mujeres y adultos mayores al frente como escudos humanos para aplacar a las fuerzas de seguridad. Pidió a los organizadores de la caravana que dejen de poner a individuos vulnerables en riesgo.
¿Por qué Guatemala detuvo la caravana?
Giammattei, quien dio positivo a COVID-19 a finales de septiembre, anunció que Guatemala estaba trabajando con Honduras para detener los intentos ilegales de cruzar sus fronteras. Argumentó que la principal responsabilidad de su gobierno durante la crisis sanitaria era proteger a los guatemaltecos de cualquier amenaza.
Pese a que el gobierno de Guatemala respeta el derecho a la migración, Giammattei dijo que la caravana ingresó al país de forma ilegal y violenta, sin seguir las medidas de bioseguridad.
El 18 de septiembre, Guatemala reabrió sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas, pero añadió requisitos de salud. Aquellos que entren al país tienen que presentar el resultado negativo de una prueba de COVID-19 reciente.
La mayoría de los miembros de la caravana no cumplían este requisito, bajo el criterio de que solo estarían de paso en Guatemala para llegar a México y luego a Estados Unidos. Debido a la gran afluencia de migrantes que ignoraban las medidas de protección sanitaria, Giammattei declaró estado de prevención en las regiones guatemaltecas de Izabal, Petén, Zacapa, Chiquimula, Jutiapa y El Progreso.
¿Cuál fue el fundamento legal del gobierno para detenerla?
Agencias de Seguridad guatemaltecas informaron que personal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estaba presionando para que se le permitiera a la caravana continuar su rumbo hacia México. Otras organizaciones internacionales también condenaron la aplicación de la ley por parte de Guatemala.
El gobierno de Giammattei se refirió a la Constitución de su país. Esta dispone que la seguridad de los ciudadanos prevalece al pleno goce de ciertos derechos, incluyendo la migración y el libre movimiento a lo largo del país.
La caravana también violó la Ley Migratoria de Guatemala al ingresar al país sin acogerse a los controles obligatorios y sin cumplir con las disposiciones de contingencia del COVID-19. Como la violencia se desató cuando la multitud entró ilegalmente a Guatemala, un integrante de la caravana murió.
Además de la legislación nacional, el acuerdo de asilo que Guatemala firmó con Estados Unidos en 2019 obliga a la nación centroamericana a adoptar un rol activo en la reducción de la migración ilegal hacia Estados Unidos.
¿Cuál fue el fundamento legal del gobierno para detenerla?
La agencia de refugiados de la ONU criticó cómo Guatemala detuvo la caravana. Argumentando que viajar en medio de una pandemia evidencia la desesperación de los migrantes, Felipe González, vocero especial de la ONU en temas de derechos humanos de migrantes, catalogó a la respuesta gubernamental como “represiva”.
En contraste, Estados Unidos y México, país que detuvo la anterior caravana, celebraron la actuación de Giammattei. Estos dos países han juntado esfuerzos para reducir la migración ilegal mediante un acuerdo de asilo similar; para ellos, las acciones de Guatemala demuestran que la cooperación para contener el tránsito de migrantes y drogas ilegales está siendo efectiva.
Esta vez, México estaba preparado para detener al remanente de la caravana que escapó de los controles guatemaltecos. El 2 de octubre, el gobierno mexicano desplegó 300 oficiales de Seguridad en su frontera sur. Pese a que Guatemala hizo casi todo el trabajo, ellos capturaron 235 personas en su camino hacia Estados Unidos.
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