El Cartel de los Soles es la principal preocupación de seguridad nacional para el presidente estadounidense Donald Trump. El narcotráfico del cartel ha sido la justificación proclamada para eliminar al ilegítimo régimen de Nicolás Maduro. Igualmente importante, si no más, es desmantelar la penetración del cartel en la comunidad de inteligencia (IC) y el Departamento de Estado (DOS) de Estados Unidos.
Los opositores nacionales e internacionales de Trump intentan mantenerlo tan ocupado como sea posible y distraerlo de lidiar con los traidores en la IC y el DOS. Si estos últimos sobreviven al mandato de Trump, eventualmente tendremos otro régimen como el de Joe Biden.
La libertad de EE. UU. es una amenaza existencial para los regímenes tiránicos que conforman el Cartel de los Soles: Venezuela, China, Cuba, Rusia, Irán. Pretenden convertir a nuestro país en un estado de partido único para mantener sus regímenes y su agenda totalitaria.
Los socios del cartel en la IC y el DOS socavan a nuestro país a nivel interno e internacional. Ellos y los marxistas que controlan al Partido Demócrata comparten la agenda del cartel.
El régimen de Maduro ha brindado “refugio seguro para fuerzas rusas e iraníes, agentes cubanos, Hezbolá, Hamás y guerrilleros colombianos para operar libremente durante 26 años”. Esto según la líder opositora venezolana y ganadora del Premio Nobel de la Paz, Maria Corina Machado, como declaró en su entrevista del 25 de octubre con Maria Bartiromo en Fox News.
Otra justificación para desmantelar el cartel es la seguridad hemisférica. Eliminar el cáncer del cartel promovería la soberanía nacional de los países del hemisferio. Los traidores de la IC y el DOS y el Partido Demócrata han ayudado a los socialistas en todo el hemisferio al menos desde el Foro de São Paulo de Fidel Castro y Lula da Silva en 1990.
La dictadura cubana ha producido miseria para el pueblo cubano. Su especialidad es la represión y la subversión. Según profesionales de inteligencia, el servicio de inteligencia cubana ha estado infiltrándose en nuestro gobierno desde que Castro tomó el poder.
Desde el mandato de Bill Clinton, EE. UU. ha promovido —con participación cubana— la subversión socialista de nuestro hemisferio. Esa capacidad está ahora al servicio del cartel.
Para reducir la influencia nefasta del Partido Comunista Chino en nuestro hemisferio, Trump debe desmantelar el cartel e identificar y remover de nuestro gobierno a los traidores del DOS y la IC. Aunque es crítico para la seguridad estadounidense y del hemisferio, los críticos de Trump lo condenarán con vehemencia en un intento por proteger a nuestros enemigos.
Machado explicó: “convertiremos este centro criminal en el corazón de las Américas y un escudo de seguridad para Estados Unidos”. Habló de liberar al país de invasores extranjeros, aumentar la producción de petróleo en millones de barriles por día y acabar con el mercado negro de petroleo que favorece a los enemigos de EE. UU. Si se le diera el liderazgo que le corresponde en Venezuela, Machado facilitaría un auge empresarial, y Venezuela se convertiría en el principal aliado energético de EE. UU.: “No hay otra oportunidad como la que representa Venezuela”.
Bartiromo preguntó si los críticos de Trump tienen razón al decir que eliminar el régimen de Maduro crearía “una disrupción masiva”. Machado respondió que esta es una falsa narrativa del cartel, ya que el 90% de los venezolanos quiere vivir en paz: “Veremos una transición ordenada. Ténganlo por seguro”.
Los críticos de Trump seguramente lo condenarán por el cambio de régimen en Venezuela. Machado dice que la oposición ha demostrado que ganó la elección del año pasado por un amplio margen, lo que la hace legítima y hace ilegítimo al régimen de Maduro: “[Maduro] inició la guerra. El presidente Trump está deteniendo la guerra”.
Los globalistas del comité del Premio Nobel de la Paz y sus camaradas se contradirán si condenan a Trump por remover a Maduro. Incluso partidarios de Trump, como Rudy Giuliani, han dicho que Machado merecía el premio. Irónicamente, los detractores de Trump le ayudaron al otorgarle el premio a ella, que lo dedicó a Trump.
Desmantelar el cartel y exponer a sus socios en EE. UU. creará un efecto dominó en América Latina, dando esperanza a quienes promueven la libertad en sus países. El presidente socio de Maduro, Gustavo Petro en Colombia, y sus compinches perderán su control sobre Colombia. Esto abrirá el camino para que el Centro Democrático y su candidata puntera, María Fernanda Cabal, promuevan la libertad y la prosperidad como lo hizo Álvaro Uribe.
El presidente socio de Maduro, Bernardo Arévalo en Guatemala, estará bajo gran presión ahora que un juez ha cancelado la inscripción de su partido por fraude. El embajador de EE. UU. Tobin Bradley y su número dos, Patrick Ventrell, ya no podrán mantener ilegalmente a Arévalo en el cargo. Los guatemaltecos tendrán la oportunidad de reclamar su soberanía frente a la imposición de socialistas criminales por parte de Biden y el DOS.
El socio de Maduro, Lula de Brasil, al igual que Arévalo, fue instalado fraudulentamente como presidente por Biden y el DOS. Lula también estará bajo gran presión por sus muchos crímenes. Jair Bolsonaro, víctima del lawfare de Biden y Lula, podría regresar al poder en Brasil.
Eliminar el régimen de Maduro y desmantelar el cartel aumentará la seguridad hemisférica y la seguridad nacional de EE. UU. Identificar y remover a los traidores de la IC y el DOS dará a los países del hemisferio la oportunidad de crear prosperidad. Devolverá el poder de la burocracia federal a los representantes elegidos por el pueblo, como lo concibieron nuestros fundadores.
