Este artículo se publicó primero en inglés en BizPac Review.
Los medios aliados de Joe Biden abordan la etiqueta socialista como un tema republicano de debate reversible para llegar a los hispanos. Esta noción es falsa y fatal para su campaña en Florida.
Biden viajó al estado del sol brillante la semana pasada, por primera vez en un año, para cortejar a los hispanos. Los medios de comunicación demócratas lo habían puesto en alerta que él estaba bastante detrás de los números de Hillary Clinton en 2016.
El primero de tres artículos que Político publicó en cuatro días resonó, “Biden permanece detrás entre los votantes hispanos de Florida”. El primer titular en la portada del Washington Post fue “Por qué el voto hispano en Florida está particularmente preocupado por la campaña de Biden”. Un encabezado del Miami Herald sugirió que Biden tiene dificultades con los latinos de Miami.
Aquellos medios dicen que Biden le lleva una ventaja de 17 puntos al presidente Donald Trump en el condado de Miami-Dade, lo cual da escalofríos a los demócratas porque Clinton ganó al condado por casi 30 puntos. Si la diferencia se mantiene así de estrecha y a Trump le va tan bien como en 2016 en el resto del estado —debería hacerlo mejor por su historial— , su aumento en Miami, atribuible a los cubanoestadounidenses, asegurará Florida para Trump.
El equipo de Biden erróneamente mira esto como un problema de mensaje, pero es substancial.
Los estadounidenses de origen cubano, venezolano, nicaragüense y otros lugares que han vivido bajo el socialismo reconocen las promesas demócratas: justicia social, salud y educación gratuitas. Estas fueron promovidas por tiranos que provocaron el desastre en los países de los cuales escaparon. Si Estados Unidos cae, no habrá sitio alguno en el mundo para quien quiera escapar del socialismo.
Dividir las sociedades es una clásica táctica marxista. Los izquierdistas han utilizado la raza como una herramienta divisoria desde los días de las Panteras Negras y los Weather Underground. Ahora personas de buena voluntad apoyan a Black Lives Matter (BLM) sin entender que los líderes de BLM se identifican como marxistas entrenados. Ellos utilizan el tema de la injusticia racial para dividirnos y provocar confrontación violenta en busca del poder.
Cada votante que escapó del comunismo puede ver las señales.
Bernie Sanders, quien ejerce una importante influencia en Biden, dice que la plataforma demócrata es la más progresista de cualquier partido grande en la historia. Las políticas que eran radicales hace solo cuatro años ahora son parte de la corriente dominante. Cuando Sanders dijo que Biden no estaba prestando suficiente atención a la base, atacó a Trump y absurdamente echó la culpa de los incendios y huracanes al fracaso de Trump para enfrentar el cambio climático.
En respuesta al pánico de sus medios aliados con respecto al estado de su campaña en Florida, Biden dio una entrevista con NBC en Miami. Sorprendentemente, Biden dijo que “las medidas severas del régimen sobre los cubanos han empeorado con el mandato de Trump”. En el delirio de Biden, esto es culpa de Trump y no de la dictadura. Biden también se contradice a sí mismo, porque la represión cubana aumentó antes de la visita del expresidente Barack Obama en 2016 y no ha cesado.
Biden mencionó a NBC que, si es elegido, retomará las políticas de él y Obama hacia Cuba. Ellos revirtieron las políticas de los últimos 10 gobiernos anteriores y salvaron al régimen de Castro del colapso al otorgarles la desesperadamente necesitada moneda fuerte. Biden también atenuaría los límites en las remesas. Esto ayudaría a los receptores, pero beneficiaría al régimen con el dinero que requiere para sobrevivir. Aquello se traduce en reprimir al pueblo cubano y atacar a las naciones libres de la región.
Biden culpó a Trump del desastre venezolano y afirmó que Trump ha hecho al dictador Nicolás Maduro más fuerte. De hecho, Maduro sobrevive gracias al narcotráfico que Biden y Obama permitieron. El punto crítico para el tránsito de drogas ilegales hacia Estados Unidos es Guatemala. Actuando como el brazo derecho de Obama, Biden empoderó a los sucesores de las guerrillas de Fidel Castro que hicieron y aún hacen de Guatemala una puerta trasera abierta que asegura la supervivencia de Maduro.
Biden también cortejó a los votantes puertorriqueños durante su viaje a Florida la semana pasada. Mientras que los puertorriqueños nunca han vivido en socialismo, los demócratas no pueden esconder sus intenciones de las víctimas de este. Eso, en pocas palabras, es el problema de Biden en Miami-Dade. Después del viaje de Biden, Político informó que los hombres latinos están dando malos resultados a los demócratas.
Si Trump nomina a la jurista de Florida, la cubanoestadounidense Barbara Lagoa, para la vacante de la Corte Suprema, los cubanoestadounidenses también estarán furiosos cuando los demócratas inevitablemente la ataquen.
La élite demócrata se unió a espaldas de Biden para prevenir que Sanders, quien lideraba, gane la nominación. Ellos creyeron que, como un autoproclamado socialista, Bernie perdería. Luego de su experiencia en 2016, los asesores de Biden supieron que necesitaban todo el apoyo de los seguidores de Sanders. Por este motivo la plataforma demócrata es socialista y Kamala Harris, calificada a la izquierda de Sanders en el Senado, es el binomio de Biden.
Sanders y su colega Alexandria Ocasio-Cortez están ahora manejando a Biden. Esto no ha dejado lugar para negar que la campaña es socialista.
Biden recientemente preguntó en Pensilvania, donde también enfrenta dificultades, “¿Me veo como un socialista radical?”. El socialismo se define por la política, no por como se ve. Su plataforma, el silencio demócrata de tres meses por la violencia y su giro para culpar a Trump de la violencia envía un mensaje claro a los hispanos que han huído del socialismo. Si camina como pato, nada como pato y hace graznidos de pato, es un pato.
El socialismo no solo es una preocupación para los hispanos; lo es para todos los estadounidenses. Debemos tomarnos en serio el temor de los hispanos que han huído del socialismo y sus advertencias de lo que Biden representa. Las señales son visibles. Perderemos nuestro país si lo elegimos a él y a su partido.
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