Si el presidente Joe Biden da seguimiento a sus nuevas sanciones a Cuba con medidas adicionales, como lo ha anunciado, el régimen dictatorial de la isla podría perder poder. Eso liberaría a Latinoamérica de 60 años de intentos de imponer el modelo cubano, primeramente a la fuerza y luego, desde 1990, mediante la subversión interna.
Al mismo tiempo, eso entraría en conflicto y condenaría la actual política del Departamento de Estado de EE. UU. (DOS) hacia Latinoamérica, la cual por décadas ha impuesto las preferencias de la izquierda. Un cambio de 180 grados para el DOS también sería una buena noticia para Latinoamérica.
Cuba es la cabeza de una serpiente que envenena a naciones en todo el hemisferio. El régimen tiene dos objetivos: (1) ganar aliados para sus organizaciones criminales transnacionales (OCT) y (2) impedir el surgimiento de cualquier sociedad próspera que pueda contrarrestar el fallido modelo autoritario de Cuba.
Cuba fue pieza clave en el establecimiento de dictaduras en Venezuela y Nicaragua. Cuba jugó un papel fundamental en la desestabilización de Chile y es prominente en la toma comunista de Perú. Colombia está bajo un asalto criminal, incluyendo el de Venezuela, Cuba y las OTC.
El DOS favorece a los socialistas en todo el hemisferio y apenas hace denuncias sin peso a Cuba, Venezuela y Nicaragua. El DOS felicitó a Perú por unas elecciones supuestamente modelos antes de que terminaran y a pesar de las numerosas acusaciones e indicios de fraude. El DOS guarda silencio sobre el vandalismo y el papel de Venezuela, Cuba y las OTC en el intento de derrocar al Gobierno de Colombia.
En Guatemala, el DOS se asocia con los sucesores de las guerrillas apoyadas por Fidel Castro. Ahora que las autoridades guatemaltecas se están rebelando contra el control del DOS sobre su sistema judicial, el régimen de Biden lidera abiertamente la carga socialista. El régimen ha sancionado y difamado a guatemaltecos cuyo único delito ha sido utilizar los tribunales y los medios de comunicación para desafiar a los jueces y fiscales favorecidos por el DOS.
El régimen de Maduro en Venezuela sobrevive gracias al narcotráfico y al apoyo de China, Irán y Rusia. Las drogas ilegales fluyen principalmente por aire y mar desde Venezuela a Honduras y Guatemala y luego por tierra a México. Enviar el contrabando por aire y mar directamente a Estados Unidos es mucho más riesgoso que hacerlo por tierra.
Colombia y Guatemala son dos puntos clave en la ruta terrestre del contrabando. Si las OTC derrocan al Gobierno colombiano, el flujo de contrabando por tierra aumentará significativamente. Con el control de la justicia guatemalteca por parte del DOS desde 2011, los socialistas han mantenido las fronteras de la nación abiertas. El DOS se enfrentó al presidente Donald Trump y ahora trabaja de la mano con el régimen de Biden.
Si el régimen cubano cayera, los efectos en toda Latinoamérica serían palpables. Las dictaduras venezolana y nicaragüense y los movimientos comunistas de toda América del Sur y Central se debilitarían, probablemente hasta el punto de colapsar.
Biden dijo: “Esto es apenas el comienzo. Estados Unidos continuará sancionando a individuos responsables por la opresión del pueblo cubano”.
Algunos miembros de las fuerzas de seguridad de Cuba son reacios a atacar a sus compatriotas. Biden podría acentuar esta reticencia advirtiendo a los militares cubanos que podrían enfrentarse a consecuencias en una Cuba liberada por abusar de los derechos humanos de sus conciudadanos.
Biden podría formar y liderar una coalición con países como Brasil, Canadá y Ecuador que han expresado su apoyo a la libertad de los cubanos. La dictadura sobrevive en parte gracias al crédito fácil del Club de París. Biden podría convencer a los miembros de que endurezcan las restricciones financieras hasta que el régimen respete los derechos humanos de sus ciudadanos.
Latinoamérica ha estado limitada por su tradición de centralización y abuso de poder desde que los europeos llegaron hace unos cinco siglos. Eso la hizo presa fácil para la conquista comunista.
Vivir bajo el comunismo o enfrentarse al comunismo exportado desde Cuba ha enseñado a muchas personas de toda la región que el gobierno limitado, la separación de poderes y el Estado de derecho son el camino a seguir. Han surgido muchos líderes en todo el continente deseosos de seguir este camino, que sería muy beneficioso para sus pueblos y para Estados Unidos.
Los burócratas del DOS tienden a ver solo fallas en los regímenes que critican. Esto los lleva a apoyar a aquellos que se oponen a dichos regímenes sin examinar quiénes son y qué harían cuando estén en el poder.
Por ejemplo, el DOS apoyó a Daniel Ortega para la presidencia de Nicaragua en 2007. Ortega se alineó con Hugo Chávez y Nicolás Maduro, quienes dependían de Cuba para su represión y crímenes. Hasta el DOS ahora considera a Ortega un dictador. Sin embargo, el DOS no aprende lo que no quiere aprender. En Chile, Perú, Colombia y Guatemala, el DOS apoya a personas similares a Ortega que prometen el paraíso pero construyen un infierno.
Las manifestaciones espontáneas y valientes de los cubanos de a pie han abierto la posibilidad de liberar no solo a Cuba sino al resto de Latinoamérica. La gente que el equipo de Latinoamérica de Biden apoya en la región se vería seriamente debilitada si la dictadura cubana cayera. Si Biden no hace lo que anunció y el régimen cubano sobrevive, su equipo de Latinoamérica continuaría sus políticas sin interrupción.
Por la causa de la libertad en Latinoamérica y en Estados Unidos, debemos esperar que el nuevo, aunque tarde, actuar de Biden contra la dictadura cubana sea real y duradero. Si así fuera, las personas más pragmáticas en el régimen de Biden habrán prevalecido contra su equipo de Latinoamérica.
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