La encuestas muestran a Joe Biden delante del presidente Donald Trump en la elección estadounidense de 2020. Quienes desafían a los líderes de turno normalmente lideran antes de las convenciones nacionales. Luego de eso, hasta el día de la elección, los votantes se enfocan en asuntos importantes para ellos, y la carrera se hace más estrecha.
La diferencia entre Trump y Biden se volverá clara. Varios elementos favorecen a Trump.
Qué hacer con las encuestas
Ambas campañas saben en cuáles estados están seguros que ganarán. Se concentran en los estados que pueden ir en cualquier dirección. Florida, Michigan, Wisconsin, Pennsylvania, Ohio y Arizona fueron por Trump en 2016; Colorado, Nevada, Minnesota y New Hampshire fueron por Clinton. Las encuestas nacionales no tienen significado.
Biden lidera en las encuestas de los estados indecisos, pero estos resultados son engañosos. Alrededor de 33% de votantes en 2016 fueron demócratas, pero la mayoría de las encuestas estimaba un 42% – 44% de demócratas, lo que significa un sesgo en contra de Trump.
La clase política demócrata, los republicanos en contra de Trump y las élites económicas globalistas desesperadamente quieren vencer a Trump. Añadan la mayoría de los medios y celebridades a la lista. Ellos crean una apariencia de la inevitable derrota de Trump en un intento de suprimir la participación de votantes a su favor.
Esto no funcionó en 2016 y no funcionará ahora. Muchos del electorado a favor de Trump no responden las encuestas de forma sincera por la agresividad y violencia socialista. La campaña de Trump y fuentes de noticias más objetivas informan a sus audiencias de las encuestas sesgadas.
Los noticieros demócratas pretenden que las encuestas son acertadas. Esconden la verdad a sus audiencias –describiendo a los disturbios como protestas pacíficas–. Difunden propaganda –categorizando a Trump como racista–.
Sin entusiasmo por Biden y confiando en las encuestas, los votantes de Biden podrían quedarse en casa, como hicieron los votantes de Clinton en 2016. Al contrario, entendiendo el peligro de elegir a los demócratas y repudiados por sus políticas y posturas, los votantes de Trump lo apoyarán vehementemente e irán a votar.
Trump ganó con 8% del voto negro en 2016. Sus políticas –zonas de oportunidad, reforma penal, financiamiento a largo plazo para universidades afroamericanas, elección educacional –han ayudado sin duda a la población negra–. Trump ha hecho más por ellos que Obama. Muchos afroamericanos prominentes están haciendo que esto se sepa, incluyendo algunos demócratas. Más vulnerables al crimen, los afroamericanos quieren más policías, no menos. Trump obtendrá un porcentaje mayor de voto negro que en 2016.
Covid-19: Un obstáculo en el camino para la economía
La gestión de Trump ante el Covid-19 ha sido excelente, pero los medios de comunicación constantemente lo atacan con distorsiones y narrativas falsas. Trump ha estado contrarrestando, y las noticias relacionadas al virus deberían mejorar en los próximos meses. Cada vez más, los votantes percibirán que los demócratas incitan a lo peor y ponen la política antes que la salud.
Biden graciosamente alega que él podría manejar al Covid-19 mejor que Trump. Incluso los demócratas conocen la incapacidad de Biden para servir como presidente debido a su reducida habilidad cognitiva. Ellos se acorralaron a sí mismos, y ahora los demócratas están buscando una forma para que Biden evite debatir con Trump. Saben que Trump lo expondrá, pero no debatir también puede resultar costoso para la oportunidad de Biden.
Los anuncios que favorecen a Trump serán más efectivos que lo usual, porque estos brindan información que los medios demócratas han estado ocultando a sus audiencias. Por ley, los medios no pueden negarse a transmitir anuncios políticos en el espacio de tiempo que una campaña elija. La campaña de Trump y los comités de acción política que lo favorecen expondrán a Biden. A diferencia de los demócratas, los republicanos solamente necesitan mostrar antecedentes.
La economía nunca ha estado tan fuerte como durante el mandato de Trump. El empleo estuvo al más alto nivel y el desempleo al más bajo de todos los tiempos antes de que el Covid-19 forzara una paralización económica. La recuperación económica desde entonces ha excedido la expectativa general. Partes del mercado de valores han alcanzado altos históricos y otros están cerca de llegar a sus niveles antes del Covid-19. Los inversores creen que la bonanza económica continuará con Trump.
La locura del Nuevo Acuerdo Verde
Biden será desastroso para la economía. Solamente el Nuevo Acuerdo Verde socialista por sí mismo detendría el crecimiento y provocaría recesión. Biden no puede ganar sin los defensores de Bernie Sanders, quienes lo jalan hacia la izquierda y explica el porqué escogió a Alexandria Ocassio-Cortez (AOC), una socialista autodeclarada, como una asesora. Biden, AOC y Sanders terminarían con el fracking. Por este hecho, eso aseguraría a Trump la victoria en estados indecisos claves como Pennsylvania, Ohio y Michigan, quienes en conjunto tienen más de 700.000 trabajadores relacionados al sector del esquisto.
Nuevos impuestos por el Nuevo Acuerdo Verde y la atención médica universal serían el final de la partida. Lo mismo para la postura anunciada por los demócratas con respecto a la atención médica universal para migrantes que ingresan al país sin documentos o permiso. Los demócratas creen que ellos pueden crear su propia utopía sin límites. Los estadounidenses razonables entienden que no podemos tener todo lo que queremos, e intentar aquello nos llevaría al desastre.
El candidato de la ley y el orden
La seguridad es la función principal del gobierno en toda sociedad. Los llamados demócratas para desfinanciar a la Policía y su falta de voluntad para detener los disturbios han demostrado su amenaza a nuestra seguridad. Como en todo lo demás, los demócratas se amparan en sus medios de comunicación aliados para esconder la verdad, pero los estadounidenses pueden ver la realidad con sus propios ojos.
Los alcaldes y gobernadores demócratas protegen a los criminales de Antifa y Black Lives Matter, lo cual incita aún más al crimen. Los fiscales demócratas protegen a los criminales y persiguen a ciudadanos respetuosos con la ley, como la pareja de San Luis que fue acusada de un crimen por mostrar sus armas legalmente adquiridas a unos intrusos. Biden y los demócratas quieren confiscar armas. Hay más armas que personas en Estados Unidos. Su pueblo no entregará su protección.
Los medios aliados de Biden quieren que creamos que las cosas volverán a la normalidad si él es elegido. Lo opuesto es cierto. Los criminales y fiscales envalentonados continuarán con lo que ellos están haciendo y lo expandirán a lo largo del país. La condena de Trump hacia los disturbios y su aplicación proactiva de la ley federal –a diferencia de los demócratas aplacando criminales– muestran que él y los republicanos representan la ley y el orden.
La campaña de Biden y sus medios aliados lo retratan como una buena persona y a Trump como el malo y odioso. La campaña de Trump mostrará a Biden como un hostigador corrupto y embustero, para lo cual hay varias filmaciones que muestran evidencia. Esto hará que la elección se trate sobre política, en lugar de personalidades. Luego Trump debería, y muy probablemente lo haga, ganar con comodidad en el Colegio Electoral.
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