El primer reportaje de investigación de Impunity Observer versa sobre el recientemente creado Consejo Nacional de Empresarios de Guatemala. Como tal, es informativo y no de opinión. Lo que sigue a continuación es mi análisis personal del asunto.
La vicepresidente de Estados Unidos, Kamala Harris, está supuestamente intentando mitigar las condiciones que promueven la migración irregular hacia Estados Unidos, y Guatemala es una pieza crucial de ese rompecabezas. Ella afirma estar trabajando con el sector privado en Guatemala, El Salvador y Honduras como parte de su iniciativa.
Harris ignora la realidad de América Latina, incluyendo la de Guatemala. Ella se apoya sobre Juan González, el director para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad de EE. UU. Él parece estar siempre en Guatemala y Washington D. C. con Harris cuando ella se reúne con guatemaltecos. González, nacido en Cartagena, Colombia, sirvió en los cuerpos de paz en Huehuetenango.
Cuando Biden era vicepresidente, González era uno de sus asesores. Durante la administración Trump, González fue subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental antes de pasar a su cargo actual. No es coincidencia que la política estadounidense hacia América Latina en general y Guatemala específicamente haya sido tan consistente a través de tres administraciones presidenciales. González ha sido una constante.
Él ha vinculado la migración a una “élite predadora” que “no paga ningún impuesto ni invierte en programas sociales”. No deberíamos sorprendernos de que ha trabajado para impulsar un grupo empresarial que reemplace a la “élite predadora” y proveer a Harris la apariencia de que ella está trabajando con el sector privado. Su narrativa es falsa.
¿Cómo es que el CNE, tan solo una semana luego de haber aparecido públicamente, ya esté presente en una reunión con González y Harris? El grupo de arribistas y progresistas salió de la nada para cumplir con las necesidades del régimen de Biden. Este da la apariencia falsa de que los involucrados representan al sector privado para promover el desarrollo económico.
Los participantes del CNE con vínculos y beneficios gubernamentales reflejan la corrupción que ellos mismos condenan, lo cual es típico del régimen de Biden dentro y fuera de EE. UU. Evidenciando más corrupción, Harris anunció que Nespresso compraría café de FEDECOCAGUA (un miembro del CNE) como parte de un acuerdo de US$150 millones con Guatemala y países vecinos.
Las declaraciones del CNE sobre el modelo económico fallido de Guatemala coinciden con el comentario de González sobre la élite predadora. Este año, González lamentó la salida de la CICIG de Guatemala. La aceptación de la CICIG por parte del CNE es una clara pista de que el CNE es un apéndice del régimen de Biden.
La Comisión Helsinki de EE. UU. desacreditó a la CICIG en una audiencia el 27 de abril de 2018 sobre la persecución rusa y de la CICIG hacia la familia Bitkov. Incapaces de abandonar su punta de lanza criminal, los demócratas mencionaron a la CICIG nuevamente durante la audiencia sobre independencia judicial en Centroamérica de la Comisión Tom Lantos de Derechos Humanos.
El copresidente Chris Smith, congresista republicano de New Jersey, repudió a la CICIG, diciendo que el caso Bitkov era aparentemente nada más que la punta del iceberg. Un extenso informe de cuatro organizaciones civiles guatemaltecas, el cual forma parte del registro oficial de la Comisión Helsinki, detalla varias de las falencias y los crímenes de la CICIG. Los autores del informe publicaron un anexo luego de que una corte en el sudeste de Guatemala mostrara que la CICIG se había convertido en lo que se había creado para eliminar.
La añoranza de Biden y González por la CICIG refleja su consternación de que ahora ellos deben abiertamente tomar la delantera en los esfuerzos contra la soberanía guatemalteca mediante los sucesores de las guerrillas apoyadas por Fidel Castro. El régimen ha hecho eso con la llamada lista Engel.
FEDECOCAGUA solía criticar fuertemente a la CICIG pero ahora participa en el CNE y apoya abiertamente a la CICIG. Esto levanta serias sospechas acerca del grupo y Harris.
El CNE ofrece bastante críticas pero ningún programa proactivo. Algunas de las cosas que dicen sobre Guatemala son ciertas. De lo contrario, Guatemala sería un país próspero.
González no entiende que muchos líderes empresariales guatemaltecos ya están abiertos a la liberalización del mercado y a la competencia. Ellos han entendido que el camino va por un Gobierno limitado, la separación de poderes y el imperio de la ley para acompañar al individualismo presente en la Constitución de Guatemala.
Estados Unidos debería apoyar y trabajar con aquellos en la comunidad empresarial que entienden y desean implementar esos principios. El resultante desarrollo económico reduciría la migración. Que el régimen de Biden no esté haciendo esto indica una agenda en sentido contrario: imponer el llamado “capitalismo de stakeholders”, una economía planificada centralmente, en Guatemala. Sus ciudadanos, ricos y pobres, han rechazado esto por muchos años.
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