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El régimen de Joe Biden ha fallado dramáticamente en combatir el apoyo de Irán al terrorismo de Hamás. Esta falla por diseño es consistente con las muestras de apoyo a Israel que únicamente sirven para el expediente político.
Israel es la punta del iceberg del patrón de las políticas exteriores del régimen para debilitar a Estados Unidos y fortalecer a sus adversarios. La agenda totalitaria del régimen, mostrada en la política exterior, es contraria a nuestra seguridad nacional.
Los sentimientos anti-israelíes mostrados por la base izquierdista de los demócratas surgen de la estrategia totalitaria de polarización a través de la satanización. Esta estrategia divide a la sociedad en oprimidos y los deplorables opresores. Los supuestos opresores israelíes merecen ser masacrados y los republicanos MAGA, ir a campos de reeducación.
Consultores de energía creen que las exportaciones iraníes de petróleo —cerca de 400.000 barriles al día en 2020— ahora están por encima de 3 millones de barriles al día. Irán ha ganado cerca de $80.000 millones gracias al petróleo desde que Biden asumió el cargo y su régimen alivió las sanciones impuestas por Donald Trump.
La guerra contra la exploración doméstica de petróleo del régimen de Biden infló los precios y benefició a los productores iraníes, rusos y venezolanos. Debido a que la producción estadounidense es más amigable al ambiente que la de estos países, la retórica de energías verdes contra la producción local es engañosa.
La negligencia deliberada hacia la dictadura iraní facilitó los ataques de Hamás a Israel. Además, las administraciones de Obama y Biden han intervenido en los asuntos internos de Israel para socavar su soberanía nacional.
El evidente pero vacío apoyo del régimen de Biden a Israel es un show para las elecciones de 2024. La mayoría de estadounidenses judíos y otros demócratas no han logrado entender que Israel no tiene un camino hacia la paz con personas que niegan su legitimidad.
Las masacres de Hamás en contra de israelíes demuestra esto y refuta la posición demócrata de que puede haber reconciliación. Los demócratas se olvidarán pronto que Israel debe destruir a Hamás para protegerse una vez que los medios tradicionales corran a cubrir al régimen de Biden. Incluso sin el uso de escudos humanos por parte de Hamás, que no recibe suficiente atención mediática, la confrontación resultará en muertes de civiles, como en todas las guerras, y voltearán las simpatías demócratas.
El régimen de Biden dará entonces marcha atrás a su posición pasivo-agresiva en contra de Israel. La ofensiva mención de “proporcionalidad” del secretario de Estado Antony Blinken cuando estaba con el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu lo muestra. El régimen tratará de evitar que Israel consiga su objetivo de eliminar a Hamás y continuará empoderando a Irán al no hacer lo que Trump probó que funciona: usar el poder estadounidense para cambiar el comportamiento de la dictadura iraní.
El Congreso tiene un rol importante en la confrontación de Israel frente a Irán. Exponer la instrumentalización de nuestro gobierno en el exterior por parte del régimen de Biden revelará su naturaleza totalitaria y traición. Esto presionará al régimen para que actúe contra Irán y dejará todo listo para que esto suceda plenamente con una administración y un Congreso pro Estados Unidos en 2025.
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara (HFAC) Michael McCaul recientemente dijo que los israelíes quieren justicia. Es más allá de la justicia, es supervivencia y terminar con el brutal totalitarismo.
El régimen de Biden ha ayudado a instalar criminales totalitarios en Brasil, Colombia y Perú. Ellos forman parte del Grupo de Puebla, un retoño del Foro de Sao Paulo fundado por Fidel Castro y Luiz “Lula” da Silva, actual presidente de Brasil. Ellos se están alineando con el Partido Comunista Chino (PCCh) para acabar con el dólar como la moneda de reserva mundial y ellos apoyan a Hamás.
El silencio de McCaul sobre las acciones del régimen de Biden en los tres países contradice sus fuertes palabras contra el PCCh. Lo mismo aplica para el comunicado de prensa de McCaul del 14 de julio, que repetía mentiras del Departamento de Estado sobre el Ministerio Público (MP) de Guatemala. McCaul ha empoderado el evidente fraude electoral del régimen de Biden para imponer a su títere comunista Bernardo Arévalo en la aliada Guatemala. Arévalo es anti-Israel y pro China comunista.
El MP respondió al comunicado denunciando la criminalidad del Departamento de Estado, citando hechos y la ley. McCaul y el HFAC no han actuado a pesar de su obligación constitucional de supervisión. El HFAC tenía de antemano una lista de evidencia que se remonta a 2010, donde cualquier parte de esto debería haber provocado investigaciones este año sobre la instrumentalización del Departamento de Estado de nuestro gobierno en contra de Guatemala.
La Cámara no puede actuar con éxito en el asunto de Israel mientras el HFAC sea un cómplice de la instrumentalización del régimen de Biden de nuestro gobierno. La Casa Blanca sabe que McCaul y el HFAC —en contraste con los comités de Supervisión, de Asuntos Judiciales y de Medios y Arbitrios— lo han empoderado.
Exponer la instrumentalización del régimen de Biden de nuestro gobierno en el exterior llevará a un entendimiento del deliberado fortalecimiento de nuestros enemigos y el debilitamiento de nuestros aliados. Debemos frenar la agenda antiestadounidense del régimen de Biden y recuperar nuestra libertad, fortaleza y valores.
Los republicanos de la Cámara deben elegir inmediatamente a un presidente que pueda liderar nuestra recuperación. La Cámara bajo Kevin McCarthy estaba exponiendo la instrumentalización de nuestro gobierno en asuntos domésticos. El nuevo presidente debe continuar con esto y asegurarse que lo mismo suceda con los asuntos exteriores. De ahí, podemos empezar a reavivar nuestra fortaleza y valores para que un nuevo gobierno pro Estados Unidos en 2025 pueda revitalizar nuestro liderazgo mundial.
Este artículo refleja únicamente la opinión del autor, mas no necesariamente la opinión del Impunity Observer.
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