La presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., la demócrata Nancy Pelosi, y dos de sus colegas partidarias, Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar, parecen haber dejado de lado sus diferencias. Les une una causa común: el socialismo en el extranjero para mantener el flujo de migración ilegal hacia EE. UU., el cual creen que les ayudará a derrotar a Donald Trump en las elecciones del año próximo.
Prensa Libre, el periódico más importante de Guatemala, informa que Pelosi y una delegación legislativa, incluyendo las dos congresistas del equipo demócrata, visitarán Guatemala el 8 de agosto. Su misión es mantener el flujo de migrantes hacia Estados Unidos. También pretenden ayudar a sus camaradas del Departamento de Estado a imponer su candidata socialista en la segunda vuelta de la elección presidencial del 11 de agosto.
El evento que unió a las subversivas fue el acuerdo de “tercer país seguro” firmado con Guatemala en la Casa Blanca el 26 de julio. El acuerdo esquiva la negativa del Partido Demócrata a reformar las leyes de asilo, las cuales son una puerta abierta en la frontera sur con México.
El Gobierno de EE. UU. ahora puede negar audiencias de asilo a migrantes y enviar de vuelta a Guatemala a quienes pasaron por dicho país. Deberán solicitar asilo allí, y EE. UU. pagará a Guatemala el costo de dicho proceso. Serán pocos, ya que casi todos son migrantes por razones económicas y no califican realmente para el asilo.
Quienes migran buscando un trabajo han abusado de las lagunas legales en el proceso de asilo para ingresar a EE. UU. Guatemala, en cambio, no es un destino laboral atractivo. El Departamento de Trabajo está negociando con Guatemala un programa de trabajadores visitantes que sea mutuamente beneficioso.
Al creer que la crisis en la frontera sur los ayuda a ganar las elecciones de 2020, los demócratas buscan fomentar el flujo de migrantes. Su política de mantener a poblaciones urbanas pobres y dependientes ha producido ciudades fallidas como Baltimore. Sus camaradas en Guatemala hacen lo mismo. El programa de trabajadores temporales fomentaría la independencia, a lo cual los colectivistas se oponen.
Los demócratas fingen indignación ante la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016, pero no tienen problema alguno en corromper autoridades para favorecer a los socialistas en la elección de Guatemala de 2019. Los diplomáticos del Departamento de Estado de Barack Obama en Guatemala ilegalmente impusieron a sus aliados para ocupar puestos en la Corte de Constitucionalidad (CC), la última palabra en asuntos judiciales. Estos magistrados emiten fallos ilegales que promueven un plan socialista.
La CC protege a los sucesores de las guerrillas apoyadas for Fidel Castro que lucharon en el conflicto armado de 1960-1996 contra el Gobierno de Guatemala, apoyado por EE. UU. Estos grupos hacen estragos, especialmente en áreas fronterizas, destruyendo negocios e invadiendo propiedad privada. Esto ha dañado la economía y la seguridad, empujando a más migrantes y drogas ilegales hacia Estados Unidos.
En la elección de 2015, el embajador nombrado por Obama apoyó a la candidata del Partido de Unidad Nacional (UNE) Sandra Torres, una exguerrillera, exvicepresidente de la Internacional Socialista y ex primera dama. En 2009, su esposo y entonces presidente le otorgó a Fidel Castro la más alta distinción de Guatemala. Luego de que Torres perdiera la elección ante Jimmy Morales, el embajador estadounidense en ese momento, Todd Robinson, empezó a tramar cómo llevarla a la presidencia en 2019.
La embajada estadounidense presionó al Congreso de Guatemala para que aprobara una ley electoral que favorecía a UNE. La embajada y sus camaradas luego se apoderaron de la autoridad electoral, cancelaron a partidos rivales y sacaron de la contienda a adversarios de Torres, sin aplicar la ley a ella. El actual embajador estadounidense Luis Arreaga protege a las autoridades electorales y a la mayoría de tres magistrados dentro de la CC que favorecen a Torres.
Las elecciones guatemaltecas del 16 de junio produjeron más de 2 mil denuncias sobre anomalías. Dos semanas después, sin haber examinado las urnas, la autoridad electoral declaró que Torres había obtenido la mayoría de los votos. Se enfrentará a Alejandro Giammattei en la segunda vuelta del 11 de agosto.
El 12 de julio la Casa Blanca anunció que el presidente Jimmy Morales haría una visita oficial el 15 de julio. Sin embargo, el día antes de partir, la CC emitió un fallo confuso e ilegal que derivó en la cancelación del viaje.
El senador Patrick Leahy de Vermont y los congresistas Eliot Engel de Nueva York y Norma Torres de California, todos demócratas, han denunciado a Morales por supuesta corrupción e incluso por oponerse a la CC. Sin embargo, desde el inicio de la negociación hasta la firma del acuerdo, los demócratas no dijeron nada. Aparentemente esperaban que su Departamento de Estado y sus simpatizantes en los medios fuesen capaces de matar el acuerdo y que Trump se olvidara de Guatemala.
Cuando era vicepresidente, Joe Biden visitó Guatemala tres veces para apoyar a los socialistas. Él también se mantuvo en silencio respecto al acuerdo. Durante el debate presidencial de los demócratas del miércoles, Biden presumió de haber apoyado el envío de fondos a Guatemala y otros países de Centroamérica.
Con el acuerdo y Trump enfocado en Guatemala, los demócratas ven amenazados su planes socialistas en EE. UU. y en Guatemala. Ambos están íntimamente vinculados. Para vencer en ambos países, Trump debe tomar control de su embajada y apoyar a Morales en la aplicación de la ley a la corrupta CC y a los magistrados electorales.
Imposibilitados de solicitar asilo en EE. UU. como resultado del acuerdo con Guatemala, quienes migran por razones económicas volverán a cruzar la frontera ilegalmente. Con la aplicación de la ley por parte del Poder Judicial y del sistema penal, Morales obtendría apoyo de los habitantes en zonas fronterizas. La colaboración reduciría la migración ilegal a través de lo que el secretario de Seguridad Nacional de EE. UU. llama el cuello de botella.
La otra ventaja de controlar la embajada y aplicar la ley sería prevenir el robo de la elección del 11 de agosto a favor de Torres. Como presidente, la autodenominada socialista se convertiría en una aliada de los demócratas que facilitaría el flujo de migrantes ilegales. Esta es la razón de la visita de Pelosi, Ocasio-Cortez, Omar y otras camaradas.
Con tanto fraude en la primera vuelta del 16 de junio, Guatemala debería convocar a una nueva elección. Sin la interferencia del Departamento de Estado, los guatemaltecos conservadores probablemente vencerían. En juego están la libertad, seguridad y prosperidad de ambos países.
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