Read in English on BizPac Review.
Joe Biden, en su primer discurso para la campaña de 2024, dijo estar continuando con el legado de libertad de George Washington. Las palabras de Biden cerca de Valley Forge camuflaron el hecho de que él es la cara de un régimen que intenta destruir la República.
“Su misión, declaró George Washington, no era menos que una causa sagrada…. Libertad. Democracia. Democracia estadounidense”. Si tan solo Biden creyera una de estas palabras.
Biden luego dijo que Donald Trump es un dictador que, si es elegido, se robaría nuestra libertad. La evidencia más importante de Biden eran declaraciones distorsionadas de Trump. La única evidencia tangible presentada era la llamada insurrección del 6 de enero.
Una insurrección, según el Diccionario de Cambridge, es “un intento organizado por un grupo de personas para vencer a su gobierno y tomar control de su país, usualmente a través de violencia”. Los manifestantes, que no tenían armas ni estaban organizados, no tenían la intención y tampoco la capacidad de derrocar al gobierno estadounidense.
Aquellos que empujan la narrativa de la insurrección son deshonestos y lo usan como un implemento para sus agendas políticas. Voltear la narrativa de los eventos del 6 de enero es parte del plan de polarizar al país y transformar nuestra República en una dictadura.
Las declaraciones de Trump son a veces desarticuladas, así que el equipo de Biden las saca de contexto para ayudar a su estrategia autoritaria. Durante su presidencia, Trump respetó la Constitución.
Esto no aplica para Biden y los demócratas aliados. Su primera legislación fue de nombre orwelliano, Ley para la gente. Esta ofrecía un sistema de votaciones para robarse las elecciones y crear un gobierno de partido único. Para evitar la inconstitucionalidad, los demócratas trataron de llenar la Corte Suprema con jueces que pusieran la política por encima de la ley y declaren a la ley constitucional.
Los demócratas pueden recurrir a muchos jueces así. Considere aquellos jueces en la Corte Suprema de Colorado que determinaron la eliminación de Trump de la papeleta del Partido Republicano para las primarias de 2024. Sin embargo, les falló el plan de llenar la corte de sus jueces porque dos senadores demócratas se negaron a eliminar la obstrucción en el legislativo.
Si los demócratas controlan al gobierno en 2025, pondrían un clavo en el ataúd de la Constitución. Cuando Biden dice: “Nosotros respetaremos la Constitución”, los idiotas útiles le creen.
Biden dijo falsamente que Trump trajo una turba a Washington, DC, para derrocar al gobierno. La verdad es que el Partido Demócrata usó la violencia, una táctica marxista, para que elijan a Biden en 2020. Empezando con la muerte de George Floyd en mayo del 2020, Black Lives Matter convirtió protestas pacíficas en disturbios violentos. BLM y Antifa continuaron con esto a lo largo del verano mientras los medios del régimen llamaban a la violencia “protestas pacíficas”.
Los demócratas, incluyendo a Biden, no dijeron nada de la violencia en su convención de agosto. Biden solo condenó la violencia cuando las encuestas mostraban que disturbios en Kenosha habían resultado en perjuicio suyo. La violencia disminuyó enseguida, lo que reveló que BLM y Antifa son agentes ejecutores de los demócratas.
El Departamento de Justicia (DOJ) de Biden le ha dado un pase libre a los responsables de los disturbios de 2020. Mientras tanto, el DOJ ha perseguido a cualquiera que ha estado remotamente asociado al disturbio del 6 de enero en el Capitolio. El primero entra en la categoría de insurrección, el segundo no.
El DOJ de Biden ha suprimido información sobre el 6 de enero. El representante Clay Higgins (R-LA) dice tener información de que habían más de 200 agentes encubiertos del FBI en la multitud ese día, varios vestidos como fanáticos de Trump. Muchos entraron al Capitolio.
Aquellos que pusieron a Biden en la Casa Blanca y lo manejan se tomaron una manifestación patriótica y pacífica para crear la falsa narrativa de la insurrección.
Por otro lado, invitar a 10 millones de inmigrantes ilegales es la base para un proceso de destitución a Biden por no ejecutar las leyes. La debilitación intencionada de la ley por parte de la administración de Biden —para dejar entrar una clase baja de personas dependientes y votantes de los demócratas— es lo opuesto a promover la ley. Biden ha violado su juramento y la ley.
El discurso de Biden contenía muchas otras afirmaciones falsas sobre su supuesta lealtad a la democracia. Por ejemplo, Robert Kennedy, Jr. ha denunciado que las primarias de los demócratas están arregladas para asegurar la nominación de Biden.
Además, el régimen de Biden y sus aliados están usando la persecución judicial contra Trump en múltiples jurisdicciones a través de un abuso antidemocrático del poder. Mientras Biden ha politizado la justicia y dicho que “la violencia política no es aceptable nunca”, él ha apoyado a BLM y Antifa. También ha proyectado sus propios errores a Trump por supuestamente “aceptar la violencia política”.
Biden dice que Trump “admira” a dictadores para insinuar que Trump es uno de ellos, pero eso es invertir su discurso que está por la labor de contener a dictadores para el beneficio estadounidense. Biden promueve y apoya a los tiranos alrededor del mundo, incluyendo al Partido Comunista Chino (PCCh) y los ayatolas de Irán.
El régimen de Biden critica las dictaduras socialistas de Cuba, Nicaragua y Venezuela solo para disfrazar la ayuda hacia estas. El régimen de Biden también apoya a los socialistas criminales de Brasil, Chile, Colombia y Perú. El régimen ha dirigido un fraude electoral en Guatemala para instalar a un comunista que se alineará con Irán, Hamás y el PCCh y asegurará que más inmigrantes ilegales y narcóticos lleguen a Estados Unidos.
Biden sostiene que Trump “está prometiendo… venganza y castigo”. Trump sabe que una mayoría de estadounidenses quiere que la ley se aplique de forma apropiada a Biden y todos aquellos que han violado la confianza institucional. Tal como sucede en países tercermundistas, Biden y sus titiriteros están haciendo lo posible para mantenerlo en el poder y evitar enfrentarse a la justicia por sus crímenes.
Biden describió su régimen perfectamente al decir: “Estamos viviendo en una era donde una minoría determinada está haciendo todo en su poder para destruir nuestra democracia por su propia agenda”.
Biden prosiguió: “La democracia está en la papeleta. Tu libertad está en la papeleta”. Sí, para mantenerla debemos votar por Trump por encima del corrupto y totalitario Biden o cualquier otro demócrata por el que sus titiriteros demócratas lo puedan reemplazar en la convención.
Este artículo refleja únicamente la opinión del autor, mas no necesariamente la opinión del Impunity Observer.
Join us in our mission to foster positive relations between the United States and Latin America through independent journalism.
As we improve our quality and deepen our coverage, we wish to make the Impunity Observer financially sustainable and reader-oriented. In return, we ask that you show your support in the form of subscriptions.
Non-subscribers can read up to six articles per month. Subscribe here.