Estados Unidos está bajo ataque por las mismas fuerzas que acometen a Guatemala y otros países, tratando de convertirlos en Estados socialistas unipartidarios. La elección de 2020 en EE.UU. es un dilema entre libertad con Donald Trump y caos, corrupción y socialismo con Joe Biden.
1. Biden continuaría la política exterior de Barack Obama en Guatemala.
Bajo el expresidente Barack Obama, la política de EE.UU. era imponer a los sucesores de los terroristas apoyados por Fidel Castro. Para esto, los funcionarios de Obama cometieron varios crímenes.
Los juicios de Sepur Zarco y Molina Theisen en contra de militares veteranos son ejemplos clásicos. Estos procesos fueron absolutamente ilegales, pero dos embajadores estadounidenses asistieron y elogiaron los juicios: Todd Robinson con Zarco y Luis Arreaga con Theisen. Los veteranos solamente fueron culpables de estar en la armada. Violaron sus derechos de tantas formas –pura persecución política–.
2. Biden lidera un despiadado conglomerado socialista que está sobre la ley.
De igual manera, el conglomerado socialista ha perseguido y extorsionado a miembros prominentes del sector privado guatemalteco. El conglomerado ha sido efectivo, porque han despojado a sus víctimas de su libertad y propiedades sin evidencia y en violación a la ley.
El conglomerado ha incluido a la embajada de EE.UU., sus aliados en el Departamento de Estado, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), la Corte de Constitucionalidad, el Ministerio Público liderado por Thelma Aldana, la Fiscalía Especial en Contra de la Impunidad liderada por Juan Francisco Sandoval, las ONG y los medios corruptos de Guatemala y Estados Unidos.
Biden abusaría del poder estadounidense para fortalecer al conglomerado en Guatemala. Los miembros del conglomerado cooptaron a la Fiscalía General y a la función judicial, especialmente a la Corte de la Constitucionalidad. Sus embajadores vieron al sector privado como un enemigo corrupto a quien neutralizar y conquistar. Los funcionarios de Obama protegieron a los grupos que destruyeron negocios, invadieron propiedad privada y forzaron a los residentes locales a cometer crímenes a su nombre.
3. Biden apoyaría un retorno de la Cicig.
Utilizar ilegalmente a fiscales y a la Justicia en contra de sus oponentes políticos se denomina guerra jurídica. Los socialistas la usan en varios lugares, incluyendo Estados Unidos, Israel, Colombia y Guatemala.
Biden fue el jugador clave que forzó al entonces presidente Otto Pérez para extender el mandato de la Cicig en Guatemala. Robinson luego la utilizó sin piedad para promover la agenda socialista. Arreaga hizo lo mismo; sus amenazas mantuvieron a la mayoría del sector privado fuera de la elección de 2019.
Cuando el presidente Jimmy Morales se opuso a la Cicig, abrió espacio para trabajar en contra del conglomerado. La extinción de la Cicig necesitaba del esfuerzo de dicha alianza para reconstruirla dentro del gobierno. Controlar la Corte Suprema al colocar a sus camaradas en ella es indispensable para la agenda del conglomerado.
4. Guatemala está en crisis constitucional y enfrenta una dictadura judicial marxista.
Pese al fraude electoral de 2019 gestionado por Arreaga, el conglomerado ha encontrado resistencia inesperada en la Corte Suprema y el Congreso en cuanto a la designación de nuevos magistrados. La Corte de Constitucionalidad ha demorado el proceso desde octubre.
Naturalmente, el conglomerado culpa al sector privado o a lo que ellos denominan el pacto de corruptos. El conglomerado ha contactado al Congreso de EE.UU. por ayuda. Sin embargo, varios individuos y organizaciones civiles están rechazando rendirse ante ante esta alianza.
5. Biden se ha alineado con candidatos socialistas revolucionarios en Guatemala.
Luego de respaldar a Sandra Tores en 2015 y 2019, la Embajada de EE.UU. desvió su apoyo a su fiel servidora Thelma Aldana. Ella obtuvo el visto bueno de muchos demócratas importantes, incluyendo a Biden, quien envió un tweet al Tribunal Supremo Electoral a su favor. Los demócratas ahora protegen a Aldana en Estados Unidos mientras evade cargos judiciales.
Biden probablemente expulsaría al presidente Alejandro Giammattei y al vicepresidente Guillermo Castillo, favoreciendo a los socialistas. Ellos se tomarán todo en las elecciones de Guatemala en 2023. Esto es similar al gobierno de Carter abandonando a Guatemala en las manos de las guerrillas a finales de los setentas. Guatemala fue capaz de escapar al comunismo en ese entonces por el coraje y la determinación de la armada y la ayuda de Israel. Ahora no habría quien apoye.
6. El gobierno de Guatemala no ha mostrado su capacidad de resistir la presión de Estados Unidos.
Si Biden llega a ser presidente, sería un desastre. Las libertades y propiedad de todos estarían en serio peligro. El cabildeo de Guatemala hacia Estados Unidos con Biden sería infructuoso.
Su gobierno sería manejado por enemigos de la libertad, quienes trabajarían para convertirse en criminales y represores en Estados Unidos, como en Guatemala.
En contraste, si Guatemala implementaría políticas para seguridad y desarrollo, ellos gozarían del apoyo de Trump.
7. El nuevo embajador parece dispuesto a implementar la política de Trump.
Los demócratas y sus aliados en los medios y en la burocracia permanente han sido capaces de continuar la toma socialista incluso durante el mandato de Trump. Él ha tenido tantos problemas apremiantes y vacantes que llenar. Robinson adoptó un perfil bajo con Trump y se mantuvo agresivo en su apoyo a los totalitarios como con Obama. Arreaga ha hecho exactamente lo mismo.
Trump sabe que Arreaga lo traicionó. Si Biden gana y William Popp se niega a cometer crímenes por el conglomerado, como sus antecesores lo hicieron, Biden reemplazaría a Popp con otro Robinson o Arreaga.
8. Si Trump es reelegido, varios factores favorecerán el desarrollo de Guatemala.
Como la única ruta terrestre desde América del Sur y Centroamérica hacia Estados Unidos, Guatemala es clave para reducir significativamente el tráfico de drogas y migrantes ilegales. Por ello, Guatemala debe utilizar sus fuerzas de seguridad para traer la ley y el orden al país, especialmente a las áreas rurales. Una población agradecida cooperaría.
La aplicación apropiada de la ley liberaría a los negocios para operar y crear empleo. Los guatemaltecos adorarían un gobierno capaz de crear desarrollo basado en principios económicos y legales sólidos.
Los intereses son enormes para Guatemala en la elección de EE.UU. de 2020. El país tiene los recursos y las condiciones para convertirse en un modelo de desarrollo. Además, los guatemaltecos a lo largo de todo el espectro demográfico siempre se han opuesto al socialismo. Es por eso que los comunistas, liderados por Cuba, han luchado tanto por mantener a Guatemala en el caos. Guatemala solamente puede mejorar si Trump vence.
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