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La satanización crasa de Joe Biden hacia los seguidores de MAGA como si fuesen una amenaza para la democracia es vieja y transparente. Con la declaración en Filadelfia el jueves, los titiriteros de Biden quieren mantener a sus seguidores enojados, agitados y temerosos de su enemigo. Esto los distrae de los desastrosos resultados de sus políticas en lugar de despertar y preservar nuestra libertad.
Cualquier cosa que el régimen hace, incluyendo cometer crímenes, es necesario y aceptable para sus seguidores con tal de mantener a los malvados fuera del poder.
Incapaz de esconder la inflación, el crimen en las calles y sus propios crímenes, el régimen de Biden está recurriendo a la infalible polarización. Esto funcionó en Rusia en 1917, Alemania en 1933, China en 1949, Cuba en 1958 y Venezuela en 1998.
Escondiendo una frontera anárquica
Aunque el público hará responsables de la inflación a aquellos en el poder, el régimen de Biden está echando la culpa a Vladimir Putin y la COVID-19. Esto puede ser debatible, pero la inundación del país, a través del régimen, con migrantes ilegales no lo es.
El jefe de Aduanas y Seguridad Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, Raúl Ortiz, fue llamado a declarar en la demanda de la fiscal general de Florida, Ashley Moody, contra el Departamento de Seguridad Nacional. Moody declaró: “Florida logró que el jefe de Seguridad Fronteriza admita, bajo juramento, la verdad. La administración de Biden causó la ola migratoria, hizo la frontera menos segura y está violando flagrantemente las mismas leyes federales que juraron defender”.
Desde que Biden llegó a la Casa Blanca, el CBP ha reportado un incremento de 250% en encuentros con migrantes. El total de encuentros fue de 3.385.000 a lo largo de julio de 2022. El New York Post reporta alrededor de 55.000 cruces de frontera sin detectar al mes, dejando a Biden con un total de 4,4 millones de migrantes ilegales en 18 meses.
El ardid de asilo
El régimen de Biden invitó a estos inmigrantes a volver al proceso de asilo dentro del país, dando marcha atrás de la política de Donald Trump de procesar las solicitudes de asilo fuera del país. Durante su mandato, los republicanos presionaron para obtener un arreglo legislativo para solucionar la imposibilidad de procesar rápidamente el gran número de solicitudes de asilo. Los demócratas no quisieron saber nada de esto.
Por ley, el gobierno debe soltar a los 20 días a los inmigrantes que soliciten asilo. Esto les da efectivamente estatus legal por algunos años mientras las audiencias están pendientes. Pocos aparecen porque saben que no tienen una solicitud de asilo legítima.
Por ley, un aplicante de asilo debe demostrar haber sufrido en el pasado, o un miedo creíble a, persecución basada en raza, religión, nacionalidad o membresía a un grupo social u opinión política. Cuando Trump asumió la presidencia, la mayoría de migrantes ilegales venían de El Salvador, Guatemala y Honduras. Ninguno de esos países ni México persiguen a personas dentro del marco legal para solicitar asilo. Los migrantes buscan empleo y una mejor paga.
Oenegés que favorecen las fronteras abiertas entrenan a los migrantes para solicitar asilo. Con los demócratas bloqueando las reformas para arreglos procedimentales, Trump llegó a acuerdos de asilo con México, El Salvador, Guatemala y Honduras.
La migración ilegal disminuyó dramáticamente cuando los aplicantes tuvieron que aplicar desde fuera del país. Los migrantes económicos sabían que sus aplicaciones de asilo serían rechazadas.
Caos deliberado
Después de llegar al poder, Biden inmediatamente canceló los acuerdos de Trump. Las autoridades estadounidenses estaban abrumadas con la predecible inundación de lo que Biden falsamente describió como aplicantes de asilo.
Videos han mostrado a autoridades federales anular a las autoridades estatales al abrir las puertas para dejar entrar inmigrantes ilegales. El régimen de Biden los ha llevado a muchas partes del país.
Esta política del régimen de Biden amenaza a la democracia. Absorber a todos quienes desean venir es abrumador para el país y le abre las puertas a criminales y terroristas. El voto generalizado de los no ciudadanos estadounidenses negaría la democracia.
Confirma la perfidia de Biden la afirmación de que su política migratoria es compasiva. Las mujeres son violadas, los niños son abusados, los inmigrantes arriesgan sus vidas y algunos buscan volverse sirvientes obligados para poder ingresar a los Estados Unidos.
Repartir visas sería más compasivo: los migrantes ahorrarían dinero y evitarían el riesgo al daño y a morir. Sin embargo, el régimen sacrifica a los migrantes para esconder su caos planeado. De manera orwelliana, Karine Jean-Pierre declaró: “Estamos arreglando un sistema [de inmigración] roto que nos dejó la administración pasada”.
Justificando los medios con los fines
El totalitarismo requiere destruir la moralidad y las instituciones de un país y dividir a su población. Los demócratas han usado sus brazos violentos —Black Lives Matter y Antifa— para crear violencia y caos. Sus fiscales corruptos protegen criminales y persiguen a sus objetivos políticos.
Buscando normalidad, la población está preparada para un gobierno centralizado y de mano dura. Esta es la vía hacia una dictadura.
Los titiriteros de Biden deben incrementar la polarización para completar su transformación de Estados Unidos. De esta forma, Biden dio su discurso divisivo y enardecedor en Filadelfia.
Los titiriteros de Biden se dan cuenta que es improbable acabar con el Gobierno constitucional ahora y tendrán que manejar un Congreso republicano por los próximos dos años. Incluso con una administración republicana en 2025, el establecimiento demócrata cree que su caos planeado y división —que continuará en los dos próximos años— les permitirá vencer.
Los titiriteros de Biden esperan que la población permanezca ignorante de que es víctima de una estrategia totalitaria. Está a la vista de todos.
El régimen de Biden y sus seguidores buscan silenciar a su oposición. Los seguidores de MAGA saben que ellos no podrán ser libres a menos de que todos los individuos sean libres.
Los estadounidenses tienen el beneficio de más de dos siglos de estructura democrática y principios para contraatacar el asalto totalitario de Biden. Ahora es el tiempo de ejercer nuestros derechos, antes de perderlos.
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